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Científico Juan G. Navedo: «La nueva Constitución debe establecer un marco regulador mucho más restrictivo para los procesos extractivos» de la salmonicultura CULTURA|CIENCIA

Científico Juan G. Navedo: «La nueva Constitución debe establecer un marco regulador mucho más restrictivo para los procesos extractivos» de la salmonicultura

Marco Fajardo
Por : Marco Fajardo Periodista de ciencia, cultura y medio ambiente de El Mostrador
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Juan G. Navedo, del Instituto de Ciencias Marinas y Limnológicas de la Universidad Austral de Chile, escribió recientemente una carta a la revista Science, donde denunciaba la grave situación de contaminación en la salmonicultura. La misiva recomendaba detener la expansión salmonera en Chile y usar el proceso constituyente para aumentar regulaciones. El texto, además, solicitaba a los consumidores internacionales presionar para que el país proteja sus ecosistemas patagónicos. «Es especialmente importante que se establezca cuanto antes una moratoria al cultivo del salmón en Chile, para evitar que se sigan expandiendo por la Región de Magallanes, al menos, hasta que exista un nuevo marco regulatorio derivado de la Convención Constitucional», advierte.


A mediados de mayo pasado, la prestigiosa revista Science publicó una carta titulada «La acuicultura del salmón amenaza la Patagonia». La misiva recomendaba detener la expansión salmonera en Chile y usar el proceso constituyente para aumentar regulaciones.

Los firmantes fueron Juan G. Navedo y Luis Vargas-Chacoff, acádemicos de la Universidad Austral de Chile (UACH). El texto además solicitaba a los consumidores internacionales presionar para que el país proteja sus ecosistemas patagónicos.

Navedo es miembro del Instituto de Ciencias Marinas y Limnológicas de la UACH y cuenta que la carta surgió de la motivación por que el conocimiento científico sea utilizado «para establecer causalidades en el contexto actual de crisis socioambiental asociada al nefasto ciclo de 30 años de desarrollo de la salmonicultura en la Patagonia chilena, con muy pocas restricciones y seguimiento de procesos».

En ese sentido, quiso «ofrecer un soporte científico a las demandas ciudadanas y dar voz a la biodiversidad».

Contaminantes biológicos

El científico señala que actualmente están estudiando específicamente el efecto de contaminantes biológicos en la fauna silvestre, más en concreto, los efectos de los residuos antibióticos, las bacterias resistentes y sus genes de resistencia generados en el ambiente cercano, y no tan cercano, a las zonas de cultivo de salmones en el mar interior de Chiloé, sobre aves migratorias que se reproducen en lugares tan remotos como Alaska y que pasan la mitad del año en Chiloé.

Sobre el impacto de la salmonicultura en Chile, Navedo advierte que «Chile ha regalado el mar patagónico a las multinacionales, que pagan un precio irrisorio por las concesiones otorgadas, siguiendo el modelo extractivista general en la República de las últimas décadas».

«Tal y como se ha venido desarrollando, incluyendo la actual escasa regulación, la ausencia de fiscalización efectiva y de régimen sancionatorio, en el actual contexto de aumento de las temperaturas, acidificación general del océano derivado del cambio global provocado también por las actividades humanas, la salmonicultura en la Patagonia es actualmente una bomba de relojería para el mantenimiento de múltiples procesos ecológicos en los hábitats de muchas especies amenazadas a escala global», advierte.

«Por ejemplo, varias especies de ballenas y delfines, muchas especies de aves migratorias y residentes, corales, peces endémicos, entre otros muchos, que encuentran en la Patagonia chilena algunos de sus últimos reductos para poder sobrevivir al actual desarrollo global».

Juan G. Navedo.

Posible regulación

Frente a la cuestión de que si es posible, desde el punto de vista científico, que la salmonicultura no afecte negativamente el medio ambiente, Navedo puntualiza que cualquier industria, por definición, presenta una huella ecológica en el ambiente.

«No hay ninguna industria que sea beneficiosa, no hay que llevarse a engaño. Pero sí que hay un margen muy amplio para la mejora de procesos en cualquier industria y, especialmente, en la salmonicultura en Chile».

El especialista lamenta que, a pesar de las innumerables voces de científicas y científicos de diferentes disciplinas, medicina, biología, veterinaria y distintos(as) agentes sociales que llevan clamando por un cambio en la salmonicultura en Chile desde hace dos décadas, «hasta ahora, nunca se ha evaluado la afección de forma integral».

«Por tanto, tampoco se han establecido capacidades máximas de carga en los diferentes sectores del mar patagónico, esto es, cuántas granjas salmoneras podrían estar simultáneamente en un lugar determinado, ni medidas de mitigación alternativas para reducir el impacto de cada una», alerta.

Y pone como ejemplo que una reducción en la densidad de salmones que puede haber en una granja, reduciría notablemente la necesidad de uso de diferentes sustancias, incluyendo los antibióticos, para paliar la afección de enfermedades en los salmones, que están gatilladas en muchas ocasiones por el estrés que comporta el confinamiento a elevadas densidades.

«Si se aplicaran los criterios regulatorios para el cultivo de salmones de Noruega, que es el primer productor mundial de salmones y cuyas empresas están igualmente involucradas en el capital inversor de la salmonicultura en Chile, y hubiera una fiscalización efectiva, la mayoría de las granjas actuales por no decir todas no podrían renovar sus concesiones en el mar Patagónico», sentencia.

Proceso constituyente

En ese sentido, Navedo expresó sus expectativas con el proceso constituyente.

«En Chile es patente la ausencia de un Estado que vele por lo público, las personas, los paisajes, la biodiversidad, el patrimonio histórico, la cultura. Prima la economía y los beneficios no se reparten. Los tipos impositivos a las grandes fortunas son de los más bajos del mundo, por tanto, el beneficio se queda en unas pocas familias, como es bien conocido. Chile es una oligarquía disfrazada de democracia», analiza.

A su juicio, la nueva Constitución «debe establecer un marco regulador mucho más restrictivo para los procesos extractivos y la fiscalización, como en cualquier país desarrollado, del origen de los insumos, caracterización y destino de los residuos y efluentes de las industrias en relación con los recursos naturales existentes en las áreas donde las industrias ejercen su actividad».

En este sentido, dice, lo que se está extrayendo, obviamente no son los salmones, que además son especies exóticas en Chile, sino que la salmonicultura ha afectado y está afectando gravemente el hábitat natural para otras especies, extirpando silenciosamente la biodiversidad de una de las zonas costeras más prístinas del planeta, al menos, hasta que llegó la salmonicultura.

«Es especialmente importante que se establezca cuanto antes una moratoria al cultivo del salmón en Chile, para evitar que se sigan expandiendo por la Región de Magallanes, al menos, hasta que exista un nuevo marco regulatorio derivado de la Convención Constitucional», concluye.

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