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“Maniac”, de Benjamín Labatut: una partícula transformada en una obsesión CULTURA|OPINIÓN

“Maniac”, de Benjamín Labatut: una partícula transformada en una obsesión

Nicolás Bernales
Por : Nicolás Bernales Escritor y columnista literario. Ha publicado el libro de cuentos "La Velocidad del agua" (Ojo Literario 2017), por el cual se adjudicó el Fondo Nacional de Fomento del Libro y la Lectura en el área de creación. En 2023 publicó la novela "La geografia dell` esillio", Edizioni Ensemble. Roma.
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El tema a tratar o la materia que ronda en la cabeza de los artistas y luego es plasmado en sus obras, puede venir de distintas fuentes; a veces son accidentes, imágenes, una noticia, una lectura o un sueño que no alcanza a desaparecer del todo.


“Maniac”, la última novela de Benjamín Labatut está compuesta de tres partes, un tríptico donde cada una de ellas funciona de forma independiente, pero las conecta un hilo común, el cual se tensa en nuestra memoria cuando terminamos el libro. Y ahí, en ese momento, el hilo se hace visible y peligroso. Se inserta de forma inquietante en la historia de la humanidad desde comienzos del siglo XX hasta el día de hoy.

Labatut se caracteriza por hacer uso de la vida de personajes reales e históricos para crear sus relatos, toma lo que han hecho otros y lo transforma en una experiencia literaria. Tal vez esta forma de trabajo comenzó un poco antes de “Un verdor terrible”, comenzó en su novela “Después de la luz”, donde el protagonista se enfrenta a un paralizante vacío lleno de posibilidades. O quizás fue en esa experiencia donde encontró el camino que comenzaría a seguir a continuación.

El tema a tratar o la materia que ronda en la cabeza de los artistas y luego es plasmado en sus obras, puede venir de distintas fuentes; a veces son accidentes, imágenes, una noticia, una lectura o un sueño que no alcanza a desaparecer del todo. Y casi siempre esa primera partícula, si logra anidar en el lugar correcto se va transformando en una obsesión. La ciencia, las matemáticas, la inteligencia, el genio y la locura entrelazadas son la materia que hasta ahora obsesionan al autor. No importa si nos interesa a nosotros de igual forma e intensidad, lo que buscamos en la lectura, en cualquiera de ellas, es la capacidad de este al hacer uso del material de sus obsesiones, los instrumentos y trucos que ocupa para transformarlos en literatura.

 

La primera parte de la novela es sobre el físico austriaco Paul Ehrenfest. En el párrafo inicial relata los últimos momentos de su vida en septiembre de 1933, cuando entra al instituto pedagógico para niños discapacitados en Ámsterdam, le dispara a su hijo Vassily de catorce años y luego se pega un tiro en la cabeza. Los temores y el abatimiento que llevan a Ehrenfest a tomar esa drástica decisión son contados en la ágil biografía que ocupa las páginas siguientes. No solo nos encontramos con su genialidad, trastornos y depresiones, también nos sumergimos en el momento histórico que comienza a asfixiar a Europa con el surgimiento del nazismo y la preocupación latente en el físico por el curso que a sus ojos toma la ciencia durante esos años. «El contacto con la realidad concreta de las cosas estaba siendo reemplazado por la fuerza bruta de la artillería matemática, y las fórmulas abstractas habían tomado el lugar de los átomos, las fuerzas y los campos». Labatut nos presenta la vida de Ehrenfest de forma vertiginosa, sus postulados académicos se entrecruzan con su vida privada y amorosa. Una de las investigaciones del físico sobre el fenómeno de las turbulencias puede servir de metáfora o ejemplo de la forma en que narra ese periodo de vida. A veces nos preguntamos, sin perder jamás el interés, si no estamos frente a una biografía tradicional. Pero al acercarnos al final de esta parte, frente a las últimas horas de la vida de Ehrenfest, reconocemos los mecanismos de la ficción. Esa es la herramienta que ocupa el autor para recrear de forma detallada el día en que el físico se levanta con la primera luz del 25 de septiembre de 1933 y se dirige a la estación de trenes de Leiden con una pistola en la mano.

En la segunda sección, la más extensa y tal vez la más importante del libro, el autor aborda la vida del matemático húngaro Jónas Von Neumann, quien sentó las bases de la mecánica cuántica, ayudó a diseñar las bombas nucleares y creo el primer computador moderno. Para contar la biografía de Von Neumann el autor hace uso de un a polifonía de voces, distintos testigos relatan su relación con el matemático y así se nos revela el arco de su vida. Labatut no experimenta con las voces de cada uno de lo testigos que se expresan en primera persona. No intenta distinguirlas o crear formas de hablar particulares, todas ellas son un mecanismo que suena de forma pareja y siguen un mismo fin, contar la vida del personaje principal. Lo que no es un ejercicio simple frente a la complejidad de Von Neumann, frente a la complejidad de sus ideas, trabajos y logros. Una de las gracias que posee el autor es la de tratar temas difíciles y mediante su prosa facilitárselos al lector de forma comprensible. Y no solo eso, logra que el texto sea endiabladamente entretenido. Desde la niñez hasta sus ultimo días recorremos la vida de Von Neumann a través de la mirada de sus familiares, amigos, rivales y la de sus mujeres. Los segmentos de Klara Dan, su segunda mujer son un ejemplo perfecto de como se combinan las distintas aristas de la vida de Von Neumann en un relato. Mientras avanzamos en la lectura en medio de este coro de voces comenzamos a sospechar que su protagonista, quien fue catalogado como el hombre más inteligente del mundo, confirma los temores que causaron preocupación en Ehrenfest. Temores que empezamos a compartir nosotros como lectores, cuando vemos que esta inteligencia superior propone la elevación precisa donde detonar las bombas para que su efecto sea más devastador, altura que se usó sobre las ciudades japonesas durante la segunda guerra mundial. «Para el progreso no hay cura», es la sentencia de Von Neumann ya avanzada su vida mientras se sumerge obsesivamente en el trabajo con el computador MANIAC, sentencia llena de implicaciones sobre el futuro de la humanidad. Así, vamos siendo testigos de que estas mentes prodigiosas son capaces de crear invenciones creativas y destructivas conjuntamente, ese futuro es nuestro presente.

Ahí está el paralizante vacío lleno de posibilidades. Lo que nos lleva a la tercera parte, al enfrentamiento entre un maestro del Go y un programa de inteligencia artificial. Nos introduce en el milenario juego chino, en la biografía del jugador coreano Lee Sedol y en la historia de la creación del programa AlphaGo, para luego situarnos como uno más entre los miles de espectadores que tuvo el encuentro en marzo de 2016, donde se vislumbra el alcance de la inteligencia artificial. Entonces el hilo se termina de tensar y las obsesiones de Labatut, sus personajes, sus historias, las fuerzas que estas desatan, comienzan a ser nuestras obsesiones también.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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