MUNDO
Desde Kabul, donde es testigo de la caída de la capital afgana a manos de los talibanes tras la retirada de Estados Unidos, el documentalista chileno y colaborador de El Mostrador, Jorge Said relata cómo se vive la tensión en el ambiente, sobre todo para las mujeres. “Esto es un drama. Kabul tenía una presencia occidental importante, y de un día para otro las mujeres no pueden salir a la calle o tienen que salir con el hijab completo, con el burka, solamente con la apertura de los ojos. Es muy duro, la presentadora de la radio y televisión afganas no puede presentar más noticias por ser mujer, me tocó entrevistar a una joven en el Conservatorio, su pasión es el contrabajo y estar en una orquesta, pero para los talibanes es considerado un instrumento occidental. Frente a eso me dice ‘no tengo más que suicidarme’ y lo mismo se repite con una niña que es modelo, porque para los talibanes eso es causal de apedreamiento”. Si bien los talibanes han dejado cartas de “buenas intenciones” y hay negociaciones en marcha, Said asegura que “la gente está con mucho temor”, sobre todo las etnias minoritarias y los excolaboradores del antiguo régimen. “Nadie le cree a los talibanes que le van a perdonar la vida a los generales”, dice. En el ámbito geopolítico, comenta que hay varios elementos en juego: “Hay gente muy beneficiada con la salida de los norteamericanos, los pakistaníes están muy contentos y los chinos estarían dando su reconocimiento diplomático al gobierno talibán”.
