DEPORTES
Las leonas son merecidamente las justas soberanas del fútbol chileno femenino, por su talento, trabajo, disciplina y especialmente energía. Un equipo que hace enorgullecer a sus hinchas, una escuadra que entrega todo y que, por ende, responde a la historia de la U. Enhorabuena, la copa está en las manos de las mejores del 2021.
Termina la final y las jugadoras azules levantan los brazos al cielo en señal de agradecimiento. El tan esquivo título del torneo femenino, volvía después de cinco años a las vitrinas del CDA. Una final donde Las leonas fueron tras ese objetivo, que la temporada anterior se les había escapado a manos del mismo rival: Santiago Morning.
Pero hay mucho mérito en el trabajo serio y consolidado del equipo femenino azul. Jugadoras de primer nivel y, además, con toda la logística e infraestructura que merece una escuadra profesional. Y ahí sí que se anotó un punto fuerte el directorio de Azul Azul.
Un proyecto que comenzó por tener a Carlos Veliz como líder del equipo. Un técnico joven e inquieto que salió fuera de Chile para seguir sumando conocimientos y vivencias. Que no importó en su momento que haya trabajado en Colo Colo, se valoró por su manejo en el medio y eso fue clave.
Después quiso tener el mejor plantel de Chile. Y vaya que tiene jugadoras de primer nivel y seleccionadas nacionales. También, eligieron bien a las extranjeras, que llegaron para ser aportes reales a la campaña, como Yael Oviedo, Bárbara Sánchez y Rebeca Fernández.
La U se propuso este 2021 levantar la copa. Campaña invicta, superando a Santiago Morning, el otro poderoso del torneo. Un partido intenso y bien jugado, con un marco impresionante de hinchas en el Santa Laura, para darle una connotación merecida del torneo femenino.
Sin embargo y a pesar de los esfuerzos de algunas instituciones como U. de Chile, Colo Colo, Santiago Morning y Palestino (las cuatro más importantes en esta serie), el resto por ahora no logra dar un salto cuantitativo y cualitativo para seguir creciendo y mejorando la liga. Ahí está la base para darle al fútbol femenino la plataforma sólida que se requiere y que parece, por su más mínima expresión, la piedra angular del desarrollo y avance de otros equipos más.
Las leonas tienen varios méritos para ser las campeonas. Ya dijimos, campaña invicta, con la mejor delantera y la mejor defensa. Además, en semifinales se dieron el gusto que los hombres no han logrado por más de 21 años. Ellas fueron al Monumental y ganaron con propiedad. Como decía el emperador Julio César: “Veni, vidi, vici” (Vine, vi, vencí).
Lograron superar la ausencia de su capitana y líder, como es el caso de Carla Guerrero. También lograron soslayar la partida de Daniela Zamora, jugadora clave en el andamiaje azul. Un equipo donde destaca el talento de Paloma López, la seguridad de Natalia Campos, el vértigo de Fernanda Pinilla y los goles de la venezolana Bárbara Sánchez y la paraguaya Rebeca Fernández.
Las leonas son merecidamente las justas soberanas del fútbol chileno femenino, por su talento, trabajo, disciplina y especialmente energía. Un equipo que hace enorgullecer a sus hinchas, una escuadra que entrega todo y que, por ende, responde a la historia de la U.
Enhorabuena, la copa está en las manos de las mejores del 2021.
