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Cuatro medidas para tratar la migración Opinión Crédito: ATON

Cuatro medidas para tratar la migración

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Gabriel Gaspar
Por : Gabriel Gaspar Ex embajador de Chile y ex subsecretario de Defensa, FFAA y Guerra
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El tema ha cobrado una envergadura que requiere de una respuesta multidimensional y de Estado, no bastan medidas puntuales –y a veces con tintes de propaganda más que de una política pública seria–, y afectan a las actuales autoridades y seguirán preocupando a las que vienen. Asumiendo, por tanto, que se requiere una política de carácter estatal, se sugieren con humildad las siguientes medidas.


La migración se ha transformado en un fenómeno descontrolado en los últimos años y en especial ha impactado al norte de Chile. Pero no solo en nuestro país, se trata de un drama global, con diferentes capítulos. En Sudamérica, el éxodo venezolano aporta el mayor contingente, pero no es el único. Ciudadanos de diversas nacionalidades abandonan sus países de origen en busca de mejores oportunidades.

Nuestro país ha sido receptor de migrantes desde sus orígenes, a ratos de procesos programados (como los colonos alemanes del siglo XIX), o por razones humanitarias (recordemos el Vancouver y los asilados políticos sudamericanos que intermitentemente buscaron refugio en nuestra tierra). Agreguemos que, a lo largo del siglo XX, a numerosos ciudadanos peruanos y bolivianos, muchas veces con sus familias. También arribaron miles de familias judías, palestinas, croatas, libanesas, entre otras, todas las cuales se integraron sin dificultad y han contribuido al desarrollo nacional.

Según datos del Departamento de Extranjería y Migración, a julio del 2021 en Chile la población extranjera que vive en el país asciende a 1.462.103 personas. Agreguemos que se trata de población registrada y, por cierto, no considera el incremento desde esa fecha hasta hoy.

Las cifras también indican que los migrantes se radican preferentemente en algunas comunas de la RM (Independencia, Estación Central, Santiago), y en especial en la zona norte, en las capitales de Arica y Parinacota, Tarapacá y Antofagasta. En particular en los últimos días el incremento por la frontera con Bolivia (Colchane) es a veces de centenares de migrantes, especialmente venezolanos.

El tema ha cobrado una envergadura que requiere de una respuesta multidimensional y de Estado, no bastan medidas puntuales –y a veces con tintes de propaganda más que de una política pública seria–, y afectan a las actuales autoridades y seguirán preocupando a las que vienen. Asumiendo, por tanto, que se requiere una política de carácter estatal, se sugieren con humildad las siguientes medidas.

 1. En el ámbito diplomático. La convocatoria urgente a una conferencia sobre migración en el ámbito sudamericano, sin ideologismos y sin crear un nuevo mecanismo. Se trata de compartir un mismo desafío, aprender de experiencias y concordar comunes formas de tratamiento a los migrantes, desde su documentación e identificación hasta cuotas por países acordes a su estatura. Colombia y Brasil tienen mucha (y buena) experiencia.

2. En el mismo plano diplomático, un acuerdo bilateral, especialmente con Perú y Bolivia. Chile no limita con Venezuela, por tanto, los ciudadanos que llegan de allí han transitado por otros países anteriormente. Todos debemos asumir una política común –para eso la Conferencia– y terminar con la fórmula de enviarle los migrantes al vecino.

3. Escuchar a las comunidades. Las autoridades centrales debieran hacerse presentes en la zona norte y escuchar a alcaldes, gobernadores y autoridades de Orden y Seguridad. No agrega nada que viajen autoridades que no escuchan o que solo dan una conferencia de prensa en la zona y luego regresan a Santiago.

4. Pedir al sistema ONU toda la ayuda y asesoría en la materia. ACNUR, OIM, Programa Mundial de Alimentos entre otras, son agencias con vasta experiencia y que nos pueden colaborar en el tratamiento de este desafío.

La migración es un fenómeno histórico, no lo podremos detener, pero sí podemos definir una política que lo regule. Lo han logrado los países europeos y Estados Unidos. Existen agencias especializadas a nivel ONU, y diversas agencias humanitarias internacionales que nos pueden asesorar. Lo último, aprendamos de los errores, no politicemos el tema, ya harto caro nos está saliendo el bochorno de Cúcuta.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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