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En los últimos años se ha adelantado la demanda por estos productos, ideales para quienes no quieran hacer una inversión mayor o no cuentan con un gran espacio para instalar una piscina.
Con la llegada del calor y próximos al verano, tener una piscina para refrescarse parece ser cada vez más imprescindible.
Pero instalar piscinas puede no estar al alcance de todos, por lo que hay alternativas más económicas con las que también se puede disfrutar. Y es que una piscina no solo es un lugar donde nadar, sino también un elemento estético dentro de la terraza y jardín, que permite compartir diversos momentos con familia y amigos.
Con la pandemia y el confinamiento, en la pasada temporada estival aumentó la venta de piscinas estructurales y piscinas inflables, con un crecimiento en las ventas durante 2020 de un 45% en Chile, según datos de Bestway.
“En el país las compras se incrementaron notablemente, así como también en Latinoamérica con un 60%, principalmente por el confinamiento”, explica Cristóbal Achurra, gerente general de Bestway Latinoamérica.
También cambió el tiempo o estación de compra. “Antes las personas comenzaban a cotizar y comprar sus piscinas o accesorios desde diciembre con el objetivo de prepararse para enero y febrero, pero desde hace unos años las ventas empezaron a adelantarse y en 2020 se masificaron en octubre, generando que quienes querían comprar en el último mes no encontrarán productos, cuando lo regular era contar con stock disponible en tiendas hasta febrero del año siguiente”, comenta Achurra.
Este adelanto en las compras de productos de verano, como las piscinas estructurales y piscinas inflables, también se debe a que en los últimos años el calor ha comenzado más temprano, anticipando la temporada de verano.
Las piscinas enterradas pueden ser de mayor durabilidad y contar con mejores prestaciones, pero implica una mayor inversión y personal especializado, junto a un mayor costo de mantención. Por eso las piscinas de superficie se han vuelto una de las alternativas más requeridas, ya que son más económicas, tienen una instalación muchísimo más fácil y pueden servir para zonas con menor espacio, además de tener un mantenimiento sencillo.
Y si bien una de sus desventajas es que no son tan estables como las piscinas fijas, se puede ahorrar espacio cuando no se usa y guardarla.
Entre las opciones desmontables, existen a su vez de distinto tipo y precio. Las piscinas estructurales, que mantienen mejor su forma, pueden alcanzar mayor tamaño y pueden contar con mecanismos de limpieza como filtros de agua, y las piscinas inflables, que pueden ser una buena alternativa para espacios más reducidos, no implican mayor dificultad en la instalación y pueden ser un elemento seguro para niños pequeños.
