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Copa América llega a Chile con los cabecillas del fútbol en la cárcel y con los sponsors manchados por escándalo FIFA

Copa América llega a Chile con los cabecillas del fútbol en la cárcel y con los sponsors manchados por escándalo FIFA

Hoy comienza el torneo de selecciones más antiguo de la historia del fútbol, y lo hace envuelto en un enrarecido clima de corrupción vinculado a varios dirigentes latinoamericanos. Los auspiciadores, que tienen en juego US$60 millones, temen salir salpicados.


Mientras Alexis Sánchez, Lionel Messi y Neymar llevarán su talento a las canchas, los auspiciadores de la Copa América cruzan los dedos para no arriesgar el nombre de sus marcas ante el escándalo que sacude a la FIFA.

La competición de selecciones más antigua del mundo comienza este jueves acá en Chile bajo la nube de la investigación de la FIFA, que dio lugar a la acusación de 14 personas por parte de las justicias de EE.UU. y Suiza.

Fiscales estadounidenses han declarado que varios dirigentes están vinculados a hechos de corrupción, incluyendo US$ 110 millones en sobornos relacionados con los derechos de televisión de cuatro ediciones del torneo continental. Todos, excepto dos, son de América Latina y el Caribe.

El escándalo supone un potencial riesgo para las empresas, incluidas las del Banco Santander, CorpBanca y MasterCard, que patrocinan el torneo continental –y, en el caso del banco de Saieh, a la Roja–, debido a que sus marcas pueden estar contaminadas a través de su asociación con la FIFA, dijo Pedro Trengrouse, profesor de Derecho del Deporte en la Fundación brasileña Getulio Vargas.

«De una forma u otra, todo este dinero proviene de las empresas, por lo que las mismas al final son responsables de la inyección de dinero en el fútbol», dijo a Bloomberg desde Río de Janeiro. «Tienen que velar para que sus marcas no sean asociadas con estos escándalos de corrupción».

El evento probablemente generará cerca de US$ 60 millones sólo en ingresos de patrocinio, según Jim Andrews, vicepresidente senior de la consultora en marketing Chicago IEG. La cifra representa más del doble de lo que habría recaudado el evento por concepto de entradas. De acuerdo a cifras oficiales, la recaudación por ventas de entradas de la Copa América en nuestro país podría llegar a los US$29.054 millones

Los patrocinadores de la Copa América 2015 han mantenido su respaldo al certamen, pero sin duda han sido más cautos que en ediciones anteriores, limitando sus declaraciones y apariciones públicas, declarando casi al unísono que están «monitoreando la evolución» de los casos.

«Esperamos que cualquier entidad con la que llevamos a cabo negocios opere con los más altos estándares éticos y prácticas, sin excepción», respondió a Bloomberg un portavoz de MasterCard. «Estamos siguiendo la situación muy de cerca y vamos a seguir haciéndolo a medida que evolucione», agregaron.

Otros patrocinadores, como el Banco Santander y el operador de telefonía Claro –propiedad del multimillonario Carlos Slim– declinaron comentar al respecto. La Conmebol, el organizador del evento, tampoco respondió a solicitudes de comentarios.

Hay nerviosismo también en La Moneda, donde hasta el cierre de esta nota se debatía si la Presidenta Michelle Bachelet asistiría a alguno de los partidos.

Desde 1916

El torneo, celebrado por primera vez en 1916, tendrá un total de 26 encuentros repartidos durante las próximos tres semanas y alineará a algunas de las mayores estrellas del fútbol mundial, incluyendo a los delanteros del Barcelona, Lionel Messi y Neymar Jr., así como el crédito local, Alexis Sánchez.

El evento además se produce en un buen momento para el fútbol sudamericano, ya que arriba un año después de que la mitad de los 12 equipos participantes de la región llegaran a los octavos de final de la Copa del Mundo en Brasil, generando altas expectativas por el espectáculo que brindarán las selecciones, aunque con el riesgo inminente de ser opacado por eventuales nuevos escándalos o revelaciones.

Primera Fila

El sorteo para el torneo, que se celebró el 24 de noviembre pasado en Viña del Mar, mostró cómo la investigación del Departamento de Justicia de Estados Unidos ha dado en el corazón del fútbol sudamericano: al menos seis de los 14 funcionarios y ejecutivos que enfrentan acusaciones por cargos de extorsión, fraude electrónico y lavado de dinero, entre otras acusaciones, compartieron primera fila con la Presidenta Michelle Bachelet.

El ex presidente de la federación que rige al fútbol sudamericano, Eugenio Figueredo, de 83 años, estuvo dos asientos a la izquierda de Bachelet. Junto a él estaba Jeffrey Webb, de 50 años, presidente de la federación de fútbol en Norte y Centroamérica.

Tanto ellos como los miembros del comité ejecutivo de la FIFA permanecen bajo custodia después de que se emitiera la orden de arresto el 27 de mayo pasado en Zúrich, como parte de la investigación.

Figueredo también está acusado de afirmar falsamente demencia severa para obtener la ciudadanía estadounidense en 2006.

Los otros funcionarios encarcelados

José María Marín, quien dirigiera la federación de fútbol de Brasil durante la Copa Mundial del año pasado, ahora también está en la cárcel. Alejandro Burzaco, el «zar» de la televisación del fútbol argentino, fue acusado como uno de los autores intelectuales de los sobornos de los derechos televisivos del torneo. Burzaco se entregó a las autoridades italianas este martes, después de que la Interpol emitiera alertas para él y otros cinco ejecutivos de fútbol nombrados en el escándalo de corrupción.

David Carter, director del Instituto de Empresas Deportivas en el Marshall USC School of Business en Los Ángeles, dijo que los auspiciadores tienen la oportunidad de convertir el escándalo en una fuerza para el cambio.

«Si los patrocinadores son vistos como defensores de una reforma verdaderamente exigente, entonces pueden ser vistas con una luz positiva». Añadió además que los aficionados consideran que «los enredados en la crisis deberían haber sido más proactivos para pedir transparencia.»

Pedro Trengrouse, de la Fundación Getulio Vargas, sentenció que «es importante que nos demos cuenta de la magnitud del daño potencial» y que «se necesita un golpe de transparencia».

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