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Felipe Larraín revela puntos centrales de la reforma tributaria que se viene


Varios detalles se habían filtrado en las últimas semana, pero en una entrevista con la revista Que Pasa, Felipe Larraín muestra la mano: la reforma tributaria que se viene incluirá impuestos verdes, el de las empresas vuelve al 20% y el de las personas baja en todos los tramos. En la entrevista también le mando un recado a su par de Economía, Pablo Longueira: «las opiniones que los ministros dan en materias que no corresponden a sus carteras son juicios personales». “Vamos a reducir la tasa máxima de 40% y también bajaremos la carga a lo largo de toda la escala, que parte en quienes ganan algo más de $500.000 por mes. O sea, vamos a aliviarles la carga a más de 1.500.000 personas que pagan impuesto a la renta y así vamos a llegar a sectores amplios de la clase media”, fue como explico la decisión de bajar los tributos a las personas.

Dijo que la reforma tributaria que el Gobierno pretende enviar al Congreso a fines de este mes busca mejorar varios aspectos del sistema actual, uno de ellos es que hay una diferencia muy grande entre la tasa de impuestos a las personas y la tasa de las empresas, que va entre un 40% y un 17%, respectivamente. Eso, dice el ministro, se traduce en que hay un incentivo muy grande a la formación de sociedades, lo cual es bueno en la medida que éstas tengan como objetivo producir riquezas y no generar un mecanismo para abaratar la carga tributaria personal.

Ante las críticas de la oposición Larraín agrega que la gran reforma no se mide por la cantidad recaudada, sino que se mide por lo que se hace, y que la reforma tributaria tiene que contribuir perfeccionando el sistema actual, acortando la brecha entre las empresas y las personas, reduciendo significativamente impuestos como el de timbres y reduciendo o eliminando mecanismos que se utilizan para la elusión. “Nuestro objetivo es obtener una recaudación que permita aumentar la cobertura preescolar, mejorar la subvención, aumentar las becas para la educación superior y mejorar las bases de acceso al crédito y para todo eso necesitamos entre US$ 700 millones y US$ 900 millones.

Respecto del tema de eliminar o no el impuesto específico a los combustibles el titular de Hacienda reiteró que han tenido un pronunciamiento bastante claro sobre este impuesto y argumentó que los estudios dicen que un 60% de este impuesto lo paga el 20% de la población con mayores ingresos, y el 80% lo pagan los dos quintiles más altos del país, por lo tanto, es un impuesto progresivo y que no lo modificarán.

También dijo que se vienen impuestos «verdes» que van a grabar actividades que generan contaminación. «El daño al medioambiente debe ser pagado para que la gente tenga menos incentivos para generar ese daño», explicó. Larraín dijo que plantearan una rebaja significativa para el impuesto de timbres y estampillas, al que describió como un impuesto al crédito.

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