Argentina le ha dado la responsabilidad de revertir el rumbo de su mayor empresa petrolera a un hombre de 40 años con grandes ambiciones políticas cuya experiencia en la administración empresaria consiste en haber pasado seis meses en la deficitaria aerolínea estatal.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner el 16 de abril le encargó al viceministro de Economía Axel Kicillof que colaborara con el ministro de Planeamiento Julio De Vido en la conducción de YPF SA cuando anunció la expropiación del 51 por ciento de la compañía en manos de la española Repsol YPF SA.
Al día siguiente, Kicillof, luciendo largas patillas y una camisa con el cuello abierto, tomó la delantera en defender la toma de control ante un salón lleno de senadores de traje oscuro. En una alocución que duró más de dos horas, el ex activista estudiantil explicó los planes de Fernández para YPF, justificó su intervención en la economía y criticó a los economistas que la censuran por reforzar los controles cambiarios, limitar la importaciones y usar los fondos del Banco Central para financiar el gasto.
“Es una estrella en ascenso”, dijo Rosendo Fraga, analista político de Buenos Aires. “Es parte de la nueva generación que quiere promover la presidenta”.
Kicillof expresó ante los senadores que el crecimiento de la segunda mayor economía de América del Sur, que promedió 7,7 por ciento anual desde 2003, se debía a las políticas del gobierno.
“Cuando hay una crisis profunda lo peor que se puede hacer es pensar que el Estado es malo, que el Estado es el problema”, señaló. “El Estado es la solución. Cuando hay recesión y crisis económica, el Estado se convierte en el actor clave para revitalizar la demanda y la producción”.
Dirigente de La Cámpora, un ala juvenil del partido peronista vinculada a Máximo Kirchner, hijo de la presidenta, Kicillof se hizo cargo de las finanzas de Aerolíneas Argentinas SA en 2009, un año después que la aerolínea de bandera fuera nacionalizada. Pasó seis meses en ese puesto.
Las pérdidas de Aerolíneas se redujeron de US$943 millones en 2008 a US$486 millones en 2010, según un comunicado de la compañía.
El año pasado, Kicillof fue designado miembro del directorio de Siderar SAIC, la mayor empresa siderúrgica del país, como representante del organismo de seguridad social que administra los fondos de pensión nacionalizados por Fernández en 2008. Doctor en economía por la Universidad de Buenos Aires, Kicillof pasó al ministerio de Economía en diciembre, cuando Fernández inició su segundo mandato.
Desde que el economista se hizo cargo de la Secretaría de Política Económica del Ministerio, Argentina reforzó las restricciones a las importaciones, modificó la carta orgánica del Banco Central para darle al gobierno mayor acceso a las reservas y limitó el acceso de los argentinos a la compra de moneda extranjera.
Ayer, el costo del endeudamiento para el país superó al de Venezuela por primera vez desde junio de 2009 por la preocupación de que la nacionalización de YPF desaliente la inversión y frene el crecimiento.
El rendimiento adicional que exigen los inversores para comprar deuda argentina en dólares en lugar de bonos del Tesoro estadounidense trepó 51 puntos básicos a 1.044, mientras que la prima de rendimiento de Venezuela se elevó 21 puntos básicos a 1.030, según el índice EMBI Global de JPMorgan Chase Co.
El nombramiento de Kicillof probablemente responda más a su apoyo a las políticas de Fernández que a su capacidad para revertir la caída de la producción en YPF desde que Repsol tomó el control de la compañía, declaró el analista político Jorge Giacobe.
“Para Cristina, la lealtad es más importante que el talento”, agregó Giacobe en una entrevista telefónica desde Buenos Aires. “Esto quedó demostrado con el anuncio sobre YPF”.
