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Nuevo hombre al frente de Barclays es todo lo que no era Bob Diamond


Antony Jenkins, el nuevo máximo responsable ejecutivo de Barclays Plc, es todo lo opuesto a su antiguo jefe: un banquero minorista, corredor de maratones y reconocido como tranquilo y de perfil bajo en comparación con el estilo intrépido de banquero de inversión de Robert Diamond.

Jenkins, de 51 años, asume en Barclays después de que el banco pagó una multa sin precedente por manipulación de tasas de interés, lo cual derivó en la renuncia de Diamond, del presidente Marcus Agius y del ex director de operaciones Jerry Del Misier. En una ruptura con el pasado, es el único máximo responsable ejecutivo de un banco universal, global que no tiene antecedentes en banca de inversión. Obtuvo el cargo luego de las muchas dificultades que tuvo Barclays para encontrar otros candidatos adecuados, dijo Paul Myners, ministro de servicios financieros del Reino Unido desde 2008 hasta 2010.

“Jenkins representa al arquetípico máximo responsable ejecutivo inglés, considerado bastante seguro, en comparación con el banquero de inversión estadounidense agresivo que era Bob Diamond”, dijo Alan Beaney, que colabora en la gestión de 200 millones de libras (US$315 millones), incluidas acciones de Barclays, en RC Brown Investment Management Plc en Bristol, Inglaterra. “Su nombramiento indica que el banco no será tan audaz como en el pasado”.

Diamond, de 61 años, que pasó a ser símbolo del exceso en el sector bancario después de llevarse una remuneración de unos 120 millones de libras desde que se incorporó al directorio en 2005, desarrolló la banca de inversión de Barclays y cuenta entre sus amigos al cantante Mick Jagger de los Rolling Stones y al golfista Phil Mickelson. Por el contrario, a Jenkins se lo conoce como un banquero de consumo con una autoridad discreta basada en el compañerismo, corredor de larga distancia que sobrevivió a sus rivales para conquistar el puesto más alto. Su mantra es “simplificación constante”.

‘Líder transformacional’ Jenkins debe restablecer la confianza con los reguladores convenciendo al mismo tiempo a los inversores de que mantiene la rentabilidad bajo la atención permanente de una regulación más intrusiva y de la supervisión política.

“Soy un líder transformacional, y confío plenamente en que mi inteligencia empresarial, mi experiencia general en la banca y los conocimientos y talentos del equipo que tenemos en banca de inversión me permitirán continuar llevando a Barclays” en la dirección correcta, dijo Jenkins ayer en una entrevista. “Barclays tiene muchas cosas buenas”.

Jenkins, que estudió filosofía, política y economía en la Universidad de Oxford, es responsable de banca minorista en Barclays desde noviembre de 2009 después de ser ascendido desde máximo responsable ejecutivo de Barclaycard, la división de tarjetas de crédito del banco, donde había ingresado en 2006. Nacido en Stoke-on-Trent, una ciudad en el norte de Inglaterra, Jenkins ingresó en Barclays en 1983 recién salido de la universidad para luego pasar a Citigroup Inc. en 1989, donde fue vicepresidente ejecutivo de la división tarjetas de crédito.

Volvió a ser reclutado en Barclays en 2006 por el entonces máximo responsable ejecutivo John Varley y llegó a ser el principal candidato interno después de evitar una serie de escándalos y errores estratégicos que debilitaron a sus colegas para el puesto más alto. Era uno de los pocos banqueros de alto nivel originario del Reino Unido en el equipo de Diamond dominado por norteamericanos.

Jenkins proviene de la clase trabajadora. Ninguno de sus padres fue a la universidad y su padre tenía dos empleos: como vendedor de abrasivos para una firma estadounidenses y en una estación de servicio. Asistió a una escuela estatal en Cheshire antes de ir a Oxford.

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