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Fondo de Celfin logra salirse casi por completo del más grande y polémico de los fondos de Southern Cross


En 2010 Southern Cross lanzó el cuarto y el más grande de sus fondos: US$ 1.700 millones. Al año siguiente se produjeron tres eventos al hilo —el escándalo de La Polar, la quiebra de Campanario, y la forzada venta de Supermercados del Sur a SMU— que afectaron la confianza de los inversionistas locales y extranjeros en el negocio liderado por Raúl Sotomayor y Norberto Morita, que, hasta estos episodios, era grito y plata.

Ya en marzo, tres altos ejecutivos de la industria nos aseguraban que, al menos, tres family offices pidieron salirse del fondo. Uno de ellos fue el de la familia Matte, que había firmado un acuerdo para invertir US$ 4 millones, y concretado un aporte de US$ 1 millón al momento de pedir salirse. De acuerdo a nuestras fuentes un fondo compró su participación, lo que se tradujo —como ocurre en estos casos— en la aplicación de un castigo de US$ 500 mil. Y asumió los US$ 3 millones comprometidos.

Celfin tuvo mejor suerte. Después de meses de buscar la fórmula para salirse y ayudar a sus aportantes —muchos de ellos AFP y aseguradoras— en el proceso, anoche anunció que su vehículo de inversión, Celfin Private Equity IV Fondo, concretó venta de activos y compromisos vigentes por US$ 105 millones a un conjunto de inversionistas institucionales extranjeros. En un hecho esencial enviado a la Superintendencia de Valores y Seguros, Celfin informó que esos recursos son equivalentes al 93,75 % del total de promesas firmadas y mantenidos con el fondo Southern Cross IV.

Ya en mayo se había llegado a un acuerdo de salida, pero no la fórmula. Fuentes que conocen el desarrollo de las tratativas dicen que Juan Andrés Camus, Alejandro Montero y Jorge Errázuriz, han estado negociando directamente con Southern Cross. Entre los aportantes al fondo de Celfin estaban cuatro AFP: Habitat, Capital, Provida y Planvital.

Celfin Private Equity IV hizo su primer aporte de capital a Southern Cross IV en abril de 2011. El monto fue cerca de US$ 100 millones los que el fondo del banco de inversión local comprometió, pero a julio de este año sólo había aportado US$ 17,2 millones.

Retirarse de un fondo es extremadamente inusual, y se puede hacer solo con el consentimiento del fondo o si otro inversionista compra la participación.  Estos fondos se rigen por reglamentos que establecen fórmulas para el retiro de inversionistas: “usualmente se negocia, cuando son family office muy grandes los fondos buscan compradores para que los que se quieren salir”. Pero no necesariamente es gratis, ya que el fondo puede cobrar el honorario de administración.

El fondo Celfin Private Equity IV representa solo el 6 % de los US$ 1.700 millones que levantaría Southern Cross para su fondo IV.

Los fondos de Southern Cross han sido altamente rentables y fuentes que conocen como operan Sotomayor y Morita, dicen que hay una larga lista de inversionistas institucionales que siguen fiel al fondo.

Los fondos de inversión privados son altamente rentables y tienen una fórmula standard que en la industria se le llama “2/20”, cobran 2 % de honorarios de administración y 20 % de las utilidades. Tienen una duración de 10 años y el fondo promete utilidades promedio de 8% anual. Si estas son inferiores a un 6 u 8 % tradicionalmente el fondo ofrece no cobrar el primer ítem y negociar las utilidades.

Celfin Capital tiene un contrato de exclusividad para la distribución institucional de los fondos de Southern Cross en Chile, Perú y Colombia.

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