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La difícil tarea para el Banco Central

Iván Weissman S
Por : Iván Weissman S Editor El Mostrador Semanal
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Sigue aumentando la presión sobre el Banco Central para que ponga freno al rally del peso.

Ayer el peso tuvo su mayor caída en dos meses luego que el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, anunciara que se reunirá con el banco "entre mañana y pasado" ante la renovada fortaleza del peso y para demostrar su preocupación por el tema.

El mercado de inmediato lo interpretó como una intervención verbal al mercado y como una forma de presionar al banco a que intervenga. No pocos notaron que el anunció ocurrió en la víspera de la reunión de política monetaria de abril que tiene lugar esta tarde.

Hoy Hacienda precisó que reunión tendrá lugar antes de la reunión de Política Monetaria de esta tarde.

Hoy la moneda vivió una jornada de menor volatilidad, marcando mínimos y máximos de $468,08 y $469,93 respectivamente

Analistas dicen que esta leve baja es sólo producto de expectativas generadas por Larraín, que dejó en segundo plano a los fundamentos y cuestionan que se reuna con Vergara justo antes de la reunión del Consejo.

Operadores de la plaza dicen que hubo un cierre de posiciones cortas previo a la reunión del BC el día de hoy a las 18:00 hrs.

Si bien no se esperan cambios en la tasa de interés (actualmente en 5%), existe temor que el banco pueda anunciar una intervención en el mercado cambiario o al menos manifestar en el comunicado su incomodidad por las últimas baja.

Se especula que si no se anuncia una  intervención directa en el mercado, como compras de dólares por ejemplo,  se podría dar a conocer alguna otra medida que, si bien no tendría un gran impacto alcista en el tipo de cambio podría servir para evitar que el dólar siga cayendo

Esta semana la moneda chilena tocó su nivel más alto desde septiembre de 2011 y se acercó a los niveles de la última vez que el Banco Central intervino en enero de 2011 con compras por US$ 12.000 millones.

Larraín volvió a culpar a las políticas de relajo cuantitativo de los bancos centrales del mundo desarrollado.

"Cuando se anuncia la tercera etapa del relajamiento cuantitativo en Estados Unidos a razón de US$ 85 mil millones, con Japón señalando que va a duplicar la masa monetaria dentro de este año y el próximo, y una Europa que sigue en problemas y por tanto tiene que estimular sus economías a través de nuevas inyecciones de liquidez, es indudable que eso tiene un efecto muy significativo", argumentó.

A pesar de la presión de los gremios exportadores, el consenso entre los economistas es que una intervención no tendría mucho efecto dada las condiciones del mercado, principalmente la diferencia entre las tasas de las economías desarrolladas y las tasas chilenas. Es sabido entre los cercanos al presidente del Banco Central, Rodrigo Vergara, que no es partidario de intervenir excepto en casos muy puntuales.

Francisco Schneider, gerente de divisas en Celfincapital, afirma que no le parece prudente una intervención. "La pregunta que Rodrigo Vergara y sus colegas tienen que hacerse es si el reciente rally del peso es algo temporal, y este es un factor patente y claro para el BC. Ante flujos que serán transitorios no parece adecuado ni prudente embarcarse en una intervención cambiaria con un alto costo patrimonial para el banco".

Sea lo que sea, economistas de la plaza estiman que el banco no intervendrá hasta que el peso se acerque a $ 460 el dólar.

En una nota del Diario Financiero de ayer, el economista jefe de Banco Santander, Pablo Correa, dijo que no ve al Central actuando antes que el peso toque $ 460 y estima una intervención cercana a US$ 20.000 millones para mantener el ratio de reservas internacionales como porcentaje del PIB.

"Una intervención menor tendría bastante poco efecto sobre las transacciones de mercado. El Banco Central tiene la posibilidad de cambiar los niveles del dólar, pero no las tendencias. Es probable que después de seis meses se haya diluido el efecto de la intervención", explica.

La encuesta de expectativas económicas del banco estima que el peso llegará a $ 472 en dos meses, un nivel similar al que tienen los operadores del mercado financiero.

La presión para que el BC haga algo también vino de uno de los candidatos a la Presidencia. Laurence Golborne, el candidato de la UDI, presentó una serie de cuatro medidas enfocadas en frenar el peso. La más importante fue "un llamado al Banco Central de Chile a que establezca un programa de compra de dólares diarios tal como se hizo el año 2011, 50 millones de dólares diarios, para que efectivamente el tipo de cambio lo podamos sostener en términos adecuados. Toda vez que se está produciendo una situación puntual en los mercados internacionales que es necesario detener".

En los antecedentes de la reunión de política monetaria de hoy publicados anoche, el banco hace mención de lo que sucedió en el mercado estos últimos días.

"En general, las monedas de los países exportadores de materias primas se fortalecieron respecto del dólar. El peso se apreció frente al dólar estadounidense, transándose al cierre de esta minuta por debajo de $ 470 por dólar. En términos multilaterales la apreciación fue algo mayor. Con el nivel de tipo de cambio nominal y las paridades correspondientes, se estima que el tipo de cambio real (TCR) de marzo se ubicó en 87,1 (en su medida 1986=100)".

La presión sobre el Banco Central no viene solo de los que lo empujan a que intervenga en el mercado cambiario. Con igual fuerza, pero con quizás menos volumen, está la presión para que Vergara y sus colegas hagan algo para enfriar la economía y evitar que se sobrecaliente.

En el IPoM de marzo que presentó la semana pasada en el Senado, Vergara advirtió al mercado que, de no enfriarse la demanda interna, el banco actuaría y tiene las herramientas para hacerlo.

Entre sus predecesores, Vittorio Corbo, es uno de los que opina que el central tiene que hacer algo. LarrainVial hace meses que lo viene advirtiendo, lo mismo los economistas Tomás Izquierdo y Alejandro Fernández de la consultora Gémines. El temor de ellos es que se desaten desequilibrios macroeconómicos.

El Grupo de Política Monetaria señaló que las cifras sugieren que la economía ya se está desacelerando y recomendó al BC que no haga nada con las tasas en la reunión de hoy.

"Las últimas cifras en materia de gasto y crecimiento indicarían que la brecha entre ambos no estaría profundizándose, lo que atenúa los riesgos inflacionarios. Por lo mismo, considerando que la inflación se mantiene bajo el rango de tolerancia del Banco Central y que las expectativas inflacionarias están ancladas en el centro de este rango, el GPM recomienda mantener la TPM en su nivel actual de 5 %".

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