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Tres presidentes regionales de la Fed dicen que la desinflación podría gatillar nuevos estímulos


Tres presidentes de bancos regionales de la Reserva Federal de los Estados Unidos dijeron que una mayor caída de la inflación del país por debajo del objetivo de 2 por ciento de la Fed podría indicar la necesidad de nuevas medidas.

“Si diera la impresión de que la inflación fuera a bajar más de forma persistente, sin duda consideraría un estímulo con el objeto de elevarla hasta el objetivo”, dijo ayer Jeffrey Lacker, presidente de la Fed de Richmond, que agregó que no observa un riesgo inminente de desinflación. El presidente de la Fed de Minneapolis, Narayana Kocherlakota instó ayer a proteger el objetivo de inflación “de un descenso”, mientras que James Bullard, de St. Louis, también dijo ayer que “debemos defender el objetivo de inflación de una declinación”.

Las autoridades manifiestan su temor respecto de una desinflación a pesar de que algunos funcionarios, Lacker entre ellos, proponen reducir la flexibilización mediante una desaceleración del ritmo mensual de compra de bonos de la Fed, que es de US$ 85.000 millones. Los precios al consumidor aumentaron 1,3 por ciento en febrero respecto de igual mes del año pasado y alcanzaron el nivel más bajo desde octubre de 2009, según el índice que prefiere la Fed.

“La Fed está en falta con su doble mandato en ambos sentidos: el desempleo es demasiado alto y la inflación es demasiado baja”, dijo Josh Feinman, economista jefe global en Nueva York de DB Advisors, la administradora de activos de Deutsche Bank AG.

“Eso hace más probable que la Fed mantenga el programa durante un tiempo, mientras que se habla menos de reducir las ventas este verano, en parte debido a los datos de inflación”, dijo Feinman, un ex economista de la Fed en Washington.

Primera vez

Las expectativas de inflación para los próximos cinco años medidas por el diferencial entre los Valores del Tesoro Protegidos contra la Inflación, TIPS por la sigla en inglés, y los bonos nominales, declinaron ayer 2 por ciento por primera vez desde noviembre. En los próximos 10 años, los inversores pronostican una inflación anual de 2,3 por ciento, menos que el 2,6 por ciento que estimaban en marzo.

La caída del precio del oro también podría indicar que los inversores retiran las apuestas –que mantuvieron durante mucho tiempo- a que el estímulo monetario terminará por generar inflación.

En lo relativo a la inflación, “los riesgos son de un descenso, no de un aumento”, dijo Ward McCarthy, economista financiero jefe de Jefferies Co. en Nueva York y ex economista de la Fed de Richmond. “Si crece la inquietud respecto de una deflación, es posible que puedan empezar a incrementar las compras de activos”.

La Fed podría tener que aumentar el estímulo para evitar una persistente desinflación, dijo Bullard a la prensa el miércoles luego de un discurso en Nueva York.

“Si las cosas no empiezan a revertirse pronto, pienso que tendremos que repensar nuestra política”, dijo.

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