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La petrolera brasileña OGX de Batista solicita protección de bancarrota


La petrolera brasileña OGX, empresa bandera del grupo dirigido por el magnate Eike Batista, anunció hoy que se acogió a la ley de quiebras para iniciar un proceso de concurso de acreedores.

La compañía decidió acogerse a la ley de protección por quiebras debido a sus graves problemas financieros, lo que le permitirá seguir operando mientras negocia con sus acreedores sin presiones financieras, según informó el abogado Sergio Bermudes a medios locales.

La petrolera, de capital abierto, todavía no ha informado su decisión de forma oficial a la bolsa de Sao Paulo.

Este anuncio se dio un día después del fracaso de las conversaciones que OGX desarrollaba hace meses con los tenedores de sus bonos, para intentar reestructurar su deuda que asciende a cerca de 3.600 millones de dólares.

Al acogerse a la ley de quiebras, OGX convocará una nueva asamblea de acreedores, que tendrá la mediación de un juez y cuyo objetivo será definir un plan de recuperación para evitar la quiebra definitiva.

A principios de este mes la petrolera comunicó al mercado la suspensión del pago de 45 millones de dólares en intereses referentes a títulos que vencían el 1 de octubre.

OGX dijo entonces que tenía un plazo de 30 días, que hubiera vencido esta semana, "para adoptar las medidas necesarias".

El anuncio del fracaso de las negociaciones hizo que el valor de los títulos ordinarios de la OGX se desplomasen un 20,69 % el martes y un 26,09 % este miércoles, cuando terminaron cotizados a 0,17 reales (siete centavos de dólar) por acción en la bolsa de Sao Paulo.

Si la justicia acepta la petición de OGX de acogerse a la ley de quiebras, los accionistas minoritarios no podrán vender sus papeles, que dejarán de cotizar en la bolsa.

OGX, la empresa más emblemática de Eike Batista, fue creada en 2007 cuando el entonces séptimo hombre más rico del mundo ganó los derechos para explorar 21 áreas petroleras en Brasil.

La empresa abrió su capital en junio de 2008 en una operación que le permitió recaudar 6.700 millones de reales (unos 3.045 millones de dólares) para financiar sus planes de extracción de petróleo en el Atlántico.

Los problemas financieros surgieron el año pasado, cuando la compañía admitió que la producción prevista para el hasta entonces prometedor yacimiento de Tiburón Azul sería muy inferior a la calculada debido a dificultades técnicas para extraer el petróleo.

Este año la compañía informó de que las reservas en otro yacimiento, el Tiburón Martillo, son solo la tercera parte del volumen recuperable calculado inicialmente.

Estos problemas financieros conllevaron un desplome en la bolsa de Sao Paulo, donde las acciones han perdido cerca del 100 % de su valor en pocos meses y también ha afectado a otras de las empresas que componen su conglomerado, llamado EBX.

Eike Batista decidió en los últimos meses vender parte del capital de sus empresas, entre ellas parte de la minera MMX, de la propia OGX y de LLX, empresa que lleva a cabo las obras de un gran puerto industrial en el sureste de Brasil.

Esta situación generó preocupación incluso en el ministro de Hacienda, Guido Mantega, quien el mes pasado dijo que la situación de la empresa "provocó un problema para la imagen del país y para la bolsa de valores".

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