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Reforma Tributaria: Hacienda salió a la calle, pero un video le desordenó las filas


La semana pasada, el ambiente en el Ministerio de Hacienda era de un extraño relajo. Una cosa era lo que se veía: funcionarios que habían dejado sus trajes formales, después de haber conseguido la aprobación por parte de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados del proyecto ley de Reforma Tributaria. Sin embargo, los diálogos trasuntaban preocupación por lo que venía en las próximas semanas.

Existía la sensación de que poco a poco el empresariado había ido tomando posiciones y contratado a la mayor parte de los abogados y constitucionalistas de la plaza para encarar la iniciativa legal. Además, se podía observar una mayor sensibilidad ante las críticas que se hicieran, ya sea desde foros o a través de los medios. No ha habido junta de accionistas que se precie donde el tema no se haya tocado de alguna manera y el mensaje es más o menos el mismo, aunque con distintos tonos de pasión dependiendo del interlocutor: la inversión se verá resentida.

El voto de la gente

A juzgar por los hechos de las últimas semanas, parte de la estrategia de Hacienda se ha enfocado a mantener los votos de la calle.

El ministro de Hacienda, Alberto Arenas, ha ido a encuentros con organizaciones sociales y pequeños empresarios, donde se ve bastante más suelto y a sus anchas que cuando concurre a reuniones similares con empresarios. No se puede dejar de mencionar que al menos en el encuentro que se realizó en el GAM había funcionarios del Servicio de Impuestos Internos (SII) especialmente invitados.

Lo mismo ha hecho Alejandro Micco. El subsecretario de Hacienda estuvo en Copiapó y Vallenar a fines de la semana pasada; y hoy se presentó ante el foro de Icare y luego se dirigió a la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile.

Si hasta la semana pasada la vocería estaba radicada en ellos dos y los respaldos venían de círculos académicos, esta semana comenzó a ingresar al ruedo un segundo grupo que es el de los asesores. Casualidad o no, el coordinador de políticas tributarias y uno de los redactores de la Reforma, Alberto Cuevas, escribió una columna en el diario El Pulso. Asimismo, el asesor de políticas tributarias de Hacienda, Ricardo Guerrero, y el jefe de gabinete del subsecretario, Ricardo Batarce, dieron una charla en la Universidad de Atacama con el mismo objeto.

La calma que no era tal

Y si en Hacienda presagiaban que en los próximos 15 días se iba a vivir una tensa calma, pues suponían que la discusión en el Senado sería fuerte, la verdad es que la emisión del video del gobierno en defensa del proyecto sólo hizo que el clima se crispara antes de tiempo.

El ex ministro de Hacienda Andrés Velasco, durante su intervención en Icare, dijo que: “No ayuda que algunos vean un potencial Transantiago en cada intento de cambio. Tampoco ayuda un video que caricaturiza posturas. Conozco a la Presidenta y al ministro, no sé de qué sótano de la Moneda salió”. Agregó que el video ”es propio de culturas más autoritarias, no de la chilena, y sólo ayuda a caricaturizar”.

Efectivamente ese video salió de la Moneda y el guión –no las imágenes– fue revisado por gente del equipo de Hacienda y si bien el texto se “licuó” bastante, no fue suficiente. Andrés Santa Cruz, el presidente de la CPC, lo calificó de “ofensivo” y el economista Juan Andrés Fontaine señaló que su tono era “chavista”.

Aunque Micco trató de bajarle el perfil a la polémica que generó el video, diciendo a la salida de Icare que: ”Si vamos a llevar el debate de una reforma tan importante de lo que sale en un video, creo que es una pérdida (de tiempo) y una falta de respeto a la población que requiere de un debate hoy día serio respecto de una reforma estructural. Debe ser un debate serio y perder el tiempo en un video parece que no es serio”.

Pero el daño ya estaba hecho y corría por las redes sociales, mientras era comentario obligado de programas de radio y televisión.

 

Hoy martes en la mañana se señalaba que en Hacienda preparaban tres o cuatro folletos escritos donde se apuntaba a destacar los beneficios de la reforma y en un lenguaje inclusivo y no excluyente. Además, se tenía planificado realizar videos para ser propagados por las redes sociales con el esquema de explicar los principales avances de la iniciativa en unas dos semanas.

La discusión que viene

La discusión ya se da por zanjada en la Cámara de Diputados y la mayor parte de las fuerzas se están guardando para el debate en el Senado. Y el intercambio de ideas se tiene que dar en este espacio porque, tal como fue tramitado el proyecto en la Comisión de Hacienda, de poco sirve para entender cuál fue el espíritu que movió al legislador a votar un artículo en un sentido o en otro.

Este tema no es irrelevante por varias razones. Una de índole práctico, cuando un abogado lee un artículo de la ley cuya interpretación le merece dudas, recurre al mensaje presidencial que se envió con el proyecto y, si no encuentra respuesta allí, acude a la discusión legislativa. Resulta que la Comisión de Hacienda votó los artículos en bloque y no hubo un debate pormenorizado del sentido de cada uno de ellos. Por lo tanto, si Hacienda sigue con la misma estrategia que ha ocupado hasta ahora, la interpretación de la ley queda en manos del Servicio de Impuestos Internos.

En el Gobierno señalan que este es un tema de estrategia y el Ejecutivo es el llamado a elegir el momento para abrir el debate. “Este es un tema de cuándo lo vamos a hacer y ese cuándo es en el Senado”, se explicó.

La segunda razón es que si mantienen todas las puertas cerradas o aparentemente cerradas, están ayudando a extremar las posiciones y eso fuerza a recurrir al Tribunal Constitucional. La comisión tributaria del Colegio de Abogados está preparando un informe sobre la legalidad de la reforma y uno de las preguntas importantes que debe contestar es sobre la constitucionalidad de la misma. Ya su presidenta, Olga Feliú, dio los principales argumentos que inclinan la balanza sobre una posible inconstitucionalidad y hoy, en Icare, el abogado Juan Manuel Baraona, recogió la mayor parte de ellos y vaticinó: “Esto va a pasar por el Tribunal Constitucional”, refiriéndose a la parte del proyecto que le da atribuciones al Servicio de determinar si la manera en que se organiza un negocio tuvo como intención pagar menos impuestos y no un sentido económico.

La nota de humor la puso el mismo Baraona cuando dijo: “No sé para qué nos metimos en la OECD. Voy a ser bien franco… ¿Para compararnos con la OECD y ponernos tristes? Antes nos comparábamos con los chiquillos del vecindario y andábamos más contentos”.

Las bromas del experto ayudaron a aliviar el clima pesado que había cruzado gran parte de la jornada y en donde un video sólo había cooperado a agriar más los ánimos.

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