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La declaración de Carlos Lavín a la fiscalía en el caso Penta


La declaración del dueño de Penta tiene nueve páginas y aborda los distintos capítulos que ha tenido el caso Pentagate desde que comenzó en el llamado caso fraude al FUT. Hoy se dio a conocer una selección de párrafos de la declaración de Lavín en el diario La Segunda.

La principal linea de defensa de uno de los dueños de Penta es clara: todo lo que se hizo fuera de la ley era sólo del conocimiento de Bravo.

Sobre el comienzo de los problemas con Bravo y de como se vivía el caso Penta al interior del grupo empresarial, Lavín señala que “en el intertanto habíamos decidido traer a un presidente nuevo que reorganizara todo, que fue Alfredo Moreno (…). Esto porque no estábamos dispuestos a seguir haciendo lo que antes hacíamos, estábamos cansados, y necesitábamos gente nueva y más joven”.

Luego Lavín detalla que fue el propio Bravo quien lo alertó de que el fiscal Gajardo había citado al contador de Penta, Marcos Castro. Lavín habló primero con Castro y luego se reunió, junto a Alfredo Moreno y Carlos Alberto Délano, con Hugo Bravo a quien “le sacamos la información a ‘tirones’ y confesó acordarse de devoluciones por 90 millones (al final eran como $260 millones). Todo relacionado con empresas personales de él”.

“El día siguiente, el 10 de julio, hablé personalmente con Hugo Bravo y le dije que tenía que renunciar a todo lo que tenía que ver con Penta, y que ojalá pudiera salir de esto lo mejor posible, pero que la verdad es que era incompatible lo que había confesado con su permanencia en la empresa”.

La declaración de Lavín continúa entregando detalles sobre la relación que mantuvo la empresa con Bravo, la renuncia de éste a los directorios y su retraso para renunciar a Penta III. Además, se detalla la diferencia que surgió entre la empresa y Bravo, por el concepto de finiquito, razón que hoy tiene a ambos sentados en la sala del Segundo Juzgado Laboral, donde Bravo demanda una indemnización de más de 2mil millones.

Acorde a su línea de defensa, y en paralelo al interés mediático que adquirir el caso Penta, Lavín señala que el “22 de julio se lleva a cabo un allanamiento a empresa Penta, donde nos dimos cuenta de que la cosa estaba más o menos mal, ya que los computadores incautados fueron los de Marco Castro, Hugo Bravo y Horacio Peña”.

A continuación, relata que después del allanamiento, Bravo pidió hablar de nuevo con ellos. La reunión fue el el 29 de julio de 2014 en la oficina de Alfredo Alcaíno. “Nuevamente llega con peticiones económicas y señalando que lo que se perseguía en el caso ‘no es Hugo Bravo, sino que es Penta’. Estuvo Carlos también en la reunión”. Y continúa afirmando que “en los primeros días de agosto, yo fui solo a ver a Hugo Bravo. Estaba él y su señora. Era otro Hugo Bravo, más entero. De entrada me dijo ‘Carlos, soy culpable, la cagué me arrepentiré los días de mi vida de haber hecho esta huevada’, ante lo cual sólo lo acogí no más. Acto seguido me dice ‘¿no crees que será momento de que yo cobre?’, ante lo que le dije que ya habíamos conversado esto, y que en este momento no era correcto que estuviera cobrando nada, y luego conversamos otras cosas y me fui”.

Luego Lavín aborda lo que fue la última reunión, el 7 de septiembre, entre él y Bravo y en la que estuvo presente también su hijo, Carlos Eugenio Lavín Subercaseux. Al respecto, Lavín no hace ninguna mención a los nombres de políticos que mencionó Bravo y que este lunes se conocieron luego de que la tercera publicara la grabación.

“Cuando se sienta, de inmediato dice en forma poco amable ‘¿Cuándo me van a pagar?’. Ante esto me enojé un poco y le digo ‘hasta cuando me hueveas con eso?, me lo has preguntado no sé cuántas veces’”, aseguró Lavín, quien luego le pregunto a Bravo “¿en qué está el caso?”, quien le habría respondido: “Van por Penta”. “Le pregunto qué significa esto, y me dice que no son sólo las boletas, sino que hay otras cosas, como las pérdidas de la PCR”.

“Ante esto le dije que él sabía mejor que nadie que las pérdidas eran verdaderas, y me dice que puede ser que esas pérdidas no tengan justificaciones. Le pregunté qué más, y me dice que hay unos cheques entre empresas Penta y el Banco. Le dije que estaba muy tranquilo porque siempre hemos tenido encima a la Superintendencia de Bancos, que se pasaba varios meses al año dentro del Banco (…). Esa fue la última vez que vi a Hugo Bravo”, finalizó Lavín.

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