El nuevo ministro de Finanzas de Brasil, Joaquim Levy, indicó que podría aumentar la recaudación fiscal para poder alcanzar un reequilibrio fiscal “necesario” e impulsar la confianza de los inversores en la economía más grande de América Latina.
“Estamos comenzando del lado del gasto”, dijo ayer Levy, de 53 años, después de suceder a Guido Mantega al inicio del segundo mandato de la presidenta Dilma Rousseff. “Eventualmente, podríamos analizar algunos ajustes del lado del ingreso”.
Un aumento de los impuestos daría credibilidad a la meta del presupuesto primario del gobierno, que excluye los pagos de intereses, dijo por teléfono desde Nueva York Italo Lombardi, economista de Standard Chartered. “Es importante que hayan hablado de aumentar los impuestos y es lo que terminarán haciendo”.
Rousseff, que juró como presidenta el 1 de enero, designó a Levy en su nuevo equipo económico en momentos en que el gobierno se esfuerza por reactivar el crecimiento. Las cuentas fiscales deterioradas y la inflación flotando cerca del tope del rango meta incrementan los retos que éste enfrenta para no perder el estatuto de grado de inversión.
Levy reemplazó a todos los principales colaboradores de Mantega. Designó como secretario de Hacienda a Marcelo Barbosa Saintive, que trabajó con él como subsecretario de Finanzas del estado de Río de Janeiro. Jorge Rachid presidirá el organismo fiscal y Afonso Arinos, ex alumno de la Universidad de Chicago junto con Levy, será secretario de Política Económica.
Pago al FMI
Como tesorero en tiempos del ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva, Levy contribuyó a allanar el camino para la primera calificación de grado de inversión de Brasil en 2008, reducir la deuda pública y pagarle al Fondo Monetario Internacional. Siendo secretario de finanzas del estado de Río de Janeiro, la propensión de Levy a reducir el gasto le valió el apodo de “Edward Scissorhands” (Eduardo, manos de tijeras), una referencia a la película del mismo nombre de 1990.
El equipo económico saliente ya comenzó el realineamiento fiscal de Brasil, dijo Levy. Los cambios en las normas sobre los beneficios de pensión y desempleo y una reducción del crédito subsidiado anunciada en las últimas semanas generarán miles de millones de reales en ahorros, ayudarán a financiar el gasto en seguridad social y reducirán los costos de financiamiento para la administración pública y las empresas, dijo Levy durante una ceremonia en Brasilia.
“Probablemente nunca antes en períodos democráticos de nuestra historia existió en el país la madurez para hacer correcciones antes de que se instalara una crisis”.
La inflación de Brasil durante el mes previo a mediados de diciembre se aceleró hasta 079 por ciento desde 0,38 por ciento un mes antes, dijo el 19 de diciembre la agencia nacional de estadísticas. La inflación anual creció hasta 6,46 por ciento a mediados de diciembre desde 6,42 por ciento el mes anterior. El banco central apunta a una inflación anual de 4,5 por ciento, más-menos dos puntos porcentuales.
