MERCADOS
Fue propuesto como director independiente para integrar la testera de la clínica y, de acuerdo a conocedores del proceso, llega en un doble rol de mediador. Por un lado, es buen nombre ante las diferencias que se han gestado entre los accionistas y, de paso, viene a representar a un grupo de socios de CLC que arrastran una pelea familiar.
Este debería ser el último año de Andrés Navarro al mando de la Clínica Las Condes (CLC). El empresario –conocido por ser el fundador de Sonda– ya retirado de sus labores ejecutivas más activas, ingresó al centro de salud hace casi dos años con la meta de sacar a la clínica de una crítica situación financiera, después que esta reconociera errores contables en 2017 y viera caer sus resultados en más de $ 10 mil millones.
Su mano derecha ahí ha sido el gerente general de la entidad, doctor y ex ministro de Salud, Jaime Mañalich. Un hombre duro que ha estado a la cabeza del recinto del sector oriente, donde se han dado varios desacuerdos entre sus accionistas, principalmente entre los médicos y María Cecilia Karlezi, la poderosa empresaria heredera del clan que controla Falabella y dueña del 27% de CLC.
Sin tener el control total, la hija de la fallecida María Luisa Solari ha insistido, a través de sus directores en el centro de salud, en dilucidar una serie de incongruencias que, a sus ojos, se han cometido en la administración.
La solicitud de un peritaje y cambiar el modelo de negocios de la clínica, han sido parte de sus propuestas, que no les han caído bien a los otros socios del grupo, los doctores.
La dupla Mañalich-Navarro comprometió que la clínica saldría de los números rojos. Entremedio han tenido varios capítulos dignos de páginas en la prensa, como el despido del oncólogo Manuel Álvarez, acusado de abuso sexual –proceso hoy en investigación por parte del Ministerio Público–, que también enfrentó a los socios por la forma en que se manejó esa crisis.
Tanto Navarro, como empresario, y Mañalich, en su rol político, tienen una relación de simpatía con el Presidente de la República Sebastián Piñera, quien en el pasado también fue accionista del recinto. Y ahora un tercer «piñerista» se sumaría al grupo: Herman Chadwick Piñera, primo del Mandatario y conocido director de empresas. En efecto, es presidente de la mesa de Enel Chile.
¿Pero con qué rol aterriza Chadwick Piñera en CLC? Fue propuesto como director independiente para integrar la testera de la clínica y, de acuerdo a conocedores del proceso, llega en un doble rol de mediador. Por un lado, es buen nombre ante las diferencias que se han gestado entre los accionistas y, de paso, viene a representar a un grupo de socios de CLC que arrastran una pelea familiar.
Se trata del grupo de accionistas que ostenta cerca del 10% de los papeles del recinto, la familia Gómez Pacheco, herederos del ex parlamentario radical de Tarapacá y Antofagasta Jonás Gómez Gallo. Cuatro hermanos se encontraban –según detalló El Mercurio– divididos por varios bienes familiares por un total de US$ 1.200 millones, entre ellos, la clínica.
De allí que siempre haya corrido el rumor de que ese paquete de acciones podría venderse, pero al parecer las diferencias familiares no lo permitieron. El conflicto involucra arbitrajes, demandas y reconocidos abogados de la plaza, como Felipe Bulnes y Sebastián Oddo.
Chadwick Piñera aterriza, precisamente, como representante de esos accionistas, a través de Inmobiliaria Conosur. Algunos accionistas comentaron que parece un buen nombre, pues probablemente la clínica atraviese un año 2019 «decisivo».
Esto, pues el mismo Navarro dijo que lo mejor sería aceptar la petición del arbitraje y disipar las dudas de Karlezi, pero también porque algunos conocedores opinan que tendría que darse un punto de inflexión definitivo para la salida de los Gómez de la propiedad del centro. Parte de su acuerdo implicaba liquidar dichos papeles.
Durante 2018 circularon versiones en prensa que señalaban el interés de grupos extranjeros en la clínica, aunque ninguna de ellas tomó fuerza. Lo anterior fue leído como intentos de traer algún comprador para parte de las acciones de CLC, sin mayor éxito.
La clínica tiene una capitalización bursátil de US$ 500 millones, pero le ha costado adaptarse a un modelo de negocios más dinámico, tomando en cuenta el avance de clínicas masivas como Dávila, Indisa, Santa María y la Clínica Bicentenario.
El primo del Presidente y abogado tiene importantes redes. Es destacado por su extensa trayectoria en arbitrajes y actualmente es presidente del Centro de Arbitraje y Mediación de la Cámara de Comercio de Santiago. A la par es socio principal de Estudio Chadwick y Raymond y, paralelamente, lidera empresas –además de Enel Chile S.A.– como Club El Golf 50; es vicepresidente de Aguas Andinas; director de IAM (Inversiones Aguas Metropolitanas) y consejero del Centro de Estudios Públicos (CEP).
Tuvo, además, un rol decisivo en el plan de unificación societaria de Enel bautizado como Plan Elqui. «Todo partió en mayo de este año. Chadwick y algunos directores de Enel Chile viajaron a Roma con el objetivo claro de discutir el futuro de los activos locales del brazo verde de Enel. En la ciudad europea, el presidente de Enel Chile y algunos de sus directores sostuvieron una reunión con el CEO de la italiana, Francesco Starace, y su equipo cercano», relató La Tercera en torno al rol clave que tuvo en convencer al resto de los accionistas de darle la venia al plan.
