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La ‘coyuntural’ premiación de El Mercurio a director de SQM cercano a Ponce


Era comentario en el mercado local. También en los pasillos de El Mercurio. La Gala Empresarial que se realizó el miércoles por la noche en Casa Piedra tenía atractivos condimentos por el momento que vive el país.

El Decano no esquivó el bulto y en su edición de ayer jueves le dedicó una página completa al evento en su sección económica.

Tres fueron los premiados. Un empresario poco conocido, de menor tamaño, Rolando Carmona; el presidente de Telefónica Chile y hoy una especie de jefe de campaña de Andrés Navarro para ser timonel de la Sofofa; y el tercero, el más polémico, Wolf von Appen, uno de los hermanos que controlan el grupo naviero Ultramar.

En momentos en que la clase empresarial está en entredicho por los casos de financiamiento ilegal a políticos y evasión tributaria que estallaron en el último año, no era el mejor momento para que el hombre de 77 años y de origen alemán subiera al estrado.

Von Appen es director de SQM, la empresa que controla Julio Ponce Lerou y que hace pocos días se cruzó con un terremoto al reconocer aportes irregulares a políticos de todos los sectores, con evasión tributaria de paso, por al menos US$ 11 millones.

El directorio, donde participa Von Appen, elegido con votos de Ponce, se lavó las manos y delegó toda la responsabilidad en el gerente general (hoy fuera de la compañía) y amigo histórico de Julio Ponce, Patricio Contesse González.

Además, el empresario naviero, junto a Ponce y el ex ministro del dictador Augusto Pinochet (ex suegro de Ponce), Hernán Büchi, fueron acusados por la SVS de violar la Ley del Mercado de Valores y de Sociedades Anónimas.

El historial de von Appen no termina ahí. En 2006, Ultramar junto a SAAM (de la Sudamericana de Vapores) fueron sancionadas por el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) por colusión con otras navieras, aunque luego ello fue revertido por la Suprema, la que afirmó que el mercado era altamente competitivo.

La nueva denuncia de la FNE hace pocas semanas –que no incluye a Ultramar y sí a SAAM como delator– podría confirmar las dudas que generó en el mercado el fallo de la Suprema, el que –a juicio de la FNE en su momento– ponía estándares de prueba antiguos y demasiado exigentes.

La ceremonia, además, tuvo como segundo organizador a la auditora Ernst and Young, la misma que vivió una disputa con las sociedades cascadas que controla Ponce, por utilidades obtenidas en operaciones financieras que luego se incluyeron en el esquema por el que la SVS terminó multando con US$ 70 millones al líder de SQM.

No fue sólo la noche de Von Appen. El subdirector de El Mercurio, Juan Jaime Díaz, se aseguró el protagonismo en la publicación de su medio, con destacadas frases de su discurso, que no dejaron a nadie indiferente.

Díaz intentó explicar las causas de los casos Penta y SQM, atribuyéndolas principalmente al “desfinanciamiento crónico de la política y al fenómeno más universal de desconfianza en las instituciones”, sin apuntar a la responsabilidad de los empresarios.

Sólo aludió a ello al afirmar que la línea editorial de El Mercurio ha sido invariablemente que “la empresa chilena necesita cuidar su honra” y advirtió que el evento no era “ni por asomo un intento de disculpar tan negativas circunstancias”.

Sus frases sorprenden, pues en el medio periodístico fue comentada la cobertura que le dio al Caso Penta en los primeros meses, en que gran parte de la prensa publicaba con gran despliegue los antecedentes que emanaban de la investigación del Ministerio Público sobre las acciones de Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín, mientras El Mercurio se esforzaba por evitarla o difundir la versión de dirigentes de la UDI cuestionando las indagatorias del fiscal Carlos Gajardo.

La actitud pasiva del diario cambió drásticamente cuando apareció el Caso Caval y ahí desplegó su equipo para reportear con fuerza las aristas que destapaba su competencia, el grupo Copesa de Álvaro Saieh, a través de revista Qué Pasa.

Otra sorpresa de la noche fueron algunos de los invitados, como Heriberto Urzúa, vicepresidente de La Polar cuando la dirigía Pablo Alcalde y cuando estalló el escándalo financiero de 2011.

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