Publicidad

Poli Délano reúne a los lobos literarios heridos por el Golpe

Ramón Díaz Eterovic, Hernán Rivera Letelier, Darío Oses y Pía Barros sobresalen como los más destacados entre los escritores seleccionados. Pero más de alguien podría preguntarse cómo es posible que una antología con este eje temático deje a algunos connotados afuera, inquietud que rápidamente es resuelta por el propio Poli.


"No son cuentos necesariamente políticos, sino simplemente relatos que registran parte de la atmósfera que se vivió", explica el escritor y responsable de esta antología que abarca desde los viejos lobos -como los denomina- encabezados por José Miguel Varas, hasta los lobos debutantes de ahora, pasando entre las cuatro generaciones 33 cuentistas compilados.



"Yo soy bilingüe. He vivido muchos años en México y siempre trato de hacer un puente literario entre los escritores mexicanos y chilenos. He hecho aquí antologías del cuento mexicano y viceversa. Ahora para editorial Ficticia me pidieron hacer una selección con plena libertad, hasta dijeron que podía llamarse cuentos de los amigos de Poli. Entonces como era el año 2003, a 30 del golpe militar, se me ocurrió que podían ser cuentos con la atmósfera de la dictadura", resume Poli Délano la génesis de Después del 11 de Septiembre, Narrativa Chilena Contemporánea.



Ramón Díaz Eterovic, Hernán Rivera Letelier, Darío Oses y Pía Barros sobresalen como los más destacados entre los escritores seleccionados. Pero más de alguien podría preguntarse cómo es posible que una antología con este eje temático deje a algunos connotados afuera, inquietud que rápidamente es resuelta por el propio Poli.



"Sé que faltan muchos autores que son significativos, pero la selección la hice rápido porque los editores querían venir a Chile y la tuve que hacer muy sobre la marcha. Además me centré, porque como nunca pueden entrar todos, en los autores más relacionados con nuestra Corporación Letras de Chile", explica sin rodeos este escritor que vivió muchos años en México.



"Es un pretexto para que se conozcan autores chilenos de cuatro generaciones"



Podríamos decir que si Poli Délano es el autor material y quien puso sus manos y huellas para que la obra resultara exitosa, el autor intelectual detrás de Después del 11 de Septiembre es Marcial Fernández, escritor y director de la editorial mexicana Ficticia, editorial por lo demás especializada en narrativa breve y que en sus cortos dos años de existencia en papel ya lleva publicados 14 títulos.



"Más que editores marchantes de lo que es el libro en sí, los que estamos en el proyecto editorial somos escritores, entonces si no apostamos por lo nuestro nadie lo va a hacer. De ahí que no sea un compromiso mercantil, sino una propuesta artística literaria. Está dado a que se vuelvan libros de culto, porque los tirajes son sólo de mil ejemplares, que para México es poco. No nos interesa tanto vender, sino hacer una apuesta por lo bueno, porque lo bueno se va a terminar vendiendo tarde o temprano", cuenta el propio Marcial de su editorial.



Sobre la gestación de Después del 11 de septiembre, libro número 13 de la Biblioteca de Cuento ‘Anís del Mono’ de la editorial, Fernández comenta:



"Poli Délano es un autor muy conocido y prestigiado en México. Hace un tiempo, platicando con él sobre autores chilenos, me comentó la idea que tenía de publicar un libro con la temática de lo que sucedió en Chile después del 11 de septiembre, combinándolo también con lo que pasó en Estados Unidos. Fue entonces cuando surgió la antología propuesta por el propio Poli", comenta Fernández.



– ¿Pero el objetivo es sólo dar a conocer lo que se ha hecho después del 11 de septiembre o hubo algún criterio específico a la hora de seleccionar a los autores y cuentos?
– La unidad la da el libro y por supuesto el tema del 11 de septiembre, aunque también es un pretexto para que se conozcan los autores chilenos de cuatro generaciones que Poli Délano los define lobos feroces. El objetivo no era publicar autores muy conocidos en México, como Luis Sepúlveda, Roberto Bolaño o Isabel Allende que suenan allá, sino creadores emergentes o ya consagrados pero que no han tenido la posibilidad de darse a conocer íntegramente en mi país.



– Como escritor extranjero, ¿de qué forma percibes la influencia del golpe en los antalogados?
– Influye de distintas maneras. No hay un registro parecido en casi ninguno de los autores, sino más bien hay diferentes registros para contar las cosas. Y así como hay diferentes registros, hay distintos tonos. En el libro, por ejemplo, encuentras autores que presentan cuentos muy crudos, como La Perra, de José Miguel Varas, o La importancia de llamarse Augusto, de Darío Oses que combina la tragicomedia de una manera magistral. El ya plantea una manera distinta de ver el golpe, pues se puede burlar de lo sucedido, cuestión muy sana por lo demás. Después tenemos El hijo de Marcial, de Antonio Ostornol, quien muestra como las mentalidades cambian mediante el relato de un padre que está más clavado en rollos antipinochetistas y de lucha social, mientras que su hijo ya ha sido absorbido por el sistema. Para conocer la narrativa chilena del golpe hasta nuestros días la unidad temática es una buena ruta.



– ¿Ves alguna influencia de los lobos viejos sobre los jóvenes?
– La literatura en Chile, al menos por lo que se refleja entre los escritores compilados, está en una lógica de puestas personales. Veo influencias de mucho otros autores, como Borges o Dostoiewski, pero que se siga una línea directa de los viejos lobos a los novatos, el libro al menos no lo indica. Encuentro diversos registros, una gran diversidad de propuestas y es lo que mantiene a la literatura viva en cualquier país. Los narradores que no están compilados aquí me da la idea que no se parecen el uno al otro, lo que es interesante y saludable.



– ¿Qué opinión tienes de los nuevos escritores chilenos?
– Ahora está saliendo en Chile una nueva generación, encabezada por Fouguet, que no me gusta y que está llegando a México vía editoriales españolas que han frivolizado mucho lo que es la literatura. Más que de la calidad, se han preocupado de vender cosas llano, fácil de digerir. Pero eso que está sucediendo en Chile ocurre también en México. Lo que pasa es que se ha vuelto el mercado tan difícil, tan comercial, que está golpeando a la literatura y se está tornando ligera. Por fortuna Poli no incluyó a ninguno de ellos.



– ¿No rescatas nada de la denominada generación McOndo a la que haces alusión?
– Conozco pocos. He leído a Fouguet y no me satisfizo en lo absoluto. En México hay también una generación que es exactamente igual, que se llama la generación del crack. Fueron adoptados por los españoles y que producen pura basura, pero basura bien comercializada. Este tipo de escritores están adoptando cargos públicos. Es la burocratización comercial de la literatura.



– Por último, Marcial, de los escritores elegidos por Poli para la antología, ¿a cuáles rescatas y ves con posibilidades de editarlos en México?
– Hay muy buenos autores. Fernando Jerez, José Miguel Varas, Rolando Rojo, Lucía Guerra o Darío Oses son grandes escritores. De los jóvenes puedo mencionar a Yuri Soria-Galvarro. En realidad, cualquiera de los autores compilados tienen el potencial de ser publicados en México, pero se padece allá, como en todas partes, que hay mayor oferta que demanda. Se lee muy poco, pero además el estado hace una competencia muy desleal a las editoriales independientes. Así, es difícil trabajar para que escritores novatos puedan surgir. Quizás cuántos Borges o Cortázar han muerto por falta de espacios.

Publicidad

Tendencias