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Faluya: una victoria militar para EEUU que puede derivar en revés político

El periódico estadounidense The Christian Science Monitor (que se distribuye sólo a sus suscriptores), reconocido por la seriedad de sus análisis, sostuvo que la caída de Faluya sólo contribuiría a expandir la rebelión sunita a otras zonas de Irak. Lo mismo reportó el New York Times, citando un informe de la CIA.


En la agenda de la administración Bush II, Faluya era una prioridad y una obsesión. La ciudad sunita es hoy tierra arrasada después del feroz ataque de las fuerzas militares de ocupación norteamericanas, británicas y de las tropas del gobierno provisorio del primer ministro designado Yyad Alawi.



Estas últimas, mal entrenadas y mal equipadas, tenían un valor simbólico; mostrar al mundo que hay iraquíes buenos que tienen el coraje de enfrentarse con iraquíes malos. Para la mitad de los estadounidenses el maniqueísmo tiene valor de virtud religiosa. Además, el conocido procedimiento de la amalgama da siempre frutos. En este caso, todos los que resistieron en Faluya fueron designados como terroristas.



No hubo, por supuesto, como ya es la norma en todas las guerras recientes -imperiales o intestinas-, ninguna compasión con los civiles. Tampoco la tuvieron sus secuestradores con la ciudadana británica directora de la organización humanitaria Care, quien fue decapitada.



Una vez más los telespectadores del mundo entero vieron las imágenes filmadas por un reportero "incrustado" de NBC, donde un soldado norteamericano, profiriendo vituperios en una mezquita, le disparaba a sangre fría a un combatiente herido. Es de imaginarse la reacción de horror en el mundo árabe-musulmán.



Faluya quedará en los anales de las ciudades mártires, junto a Guernica, Varsovia, Sarajevo, Panamá, Bagdad, Sabra y Chatila, Beirut, etc., símbolos y paradigmas de la capacidad de la civilización de producir barbarie.



Muchos de los 250.000 civiles que se quedaron a cuidar sus pocas pertenencias, su hogar y su familia (valores morales sagrados de la ideología conservadora de los EE.UU.) fueron considerados "enemigos" por las tropas invasoras. La cifra oficial proporcionada por el ministro de Seguridad Nacional Kassem Daud es de 2.085 muertos, un número desconocido de heridos y 1.600 detenidos. Difícil es saber cuantos de ellos son ancianos, mujeres y niños.



La "crisis humanitaria" , otro eufemismo contemporáneo para no hablar de masacres programadas, es ignorada por el gobierno y por las autoridades de ocupación norteamericana, denunció La Media Luna Roja.



El cotidiano británico The Independent informaba el 24 de noviembre que: "Perturbadores reportes de abusos de las fuerzas estadounidenses en Faluya, incluyendo el asesinato de civiles iraquíes y el ataque deliberado contra un hospital, han emergido de gente que escapó de la ciudad al finalizar los combates mayores."



Según las cifras del Pentágono, 39 soldados estadounidenses murieron y 320 fueron heridos, de los cuales 134 reintegraron sus unidades de combate. El senador demócrata Jack Reed, miembro de la Comisión de las Fuerzas Armadas declaró: "La operación es un éxito militar pero habrá que demostrar que es un éxito político". El objetivo declarado de la toma de Faluya era obtener la colaboración de una parte de los iraquíes sunitas con el gobierno interino así como su participación en las elecciones de enero. Sin embargo, más de 66 movimientos sunitas radicales afirmaron que no respaldarán las elecciones.



Después de Faluya, una fuerza de 5 mil soldados estadounidenses, británicos e iraquíes emprendió el 25 de este mes una operación de gran envergadura contra bastiones rebeldes al sur de Bagdad, informó el ejército estadounidense. Se buscan afanosamente "cabecillas" de Al Qaeda para probar la conexión terrorista.



El selecto periódico estadounidense The Christian Science Monitor (se distribuye sólo a sus suscriptores), reconocido por la seriedad de sus análisis, sostenía la semana pasada que la caída de Faluya sólo contribuiría a expandir la rebelión sunita a otras zonas de Irak. Lo mismo reportó el New York Times, citando un informe de la CIA.



La Conferencia Internacional sobre el Futuro de Irak, celebrada en el balneario egipcio de Sharm el Sheij, terminó con la adopción de una declaración en la que se expresa el apoyo a las elecciones del 30 de enero y se resalta que la presencia de las tropas extranjeras en Irak no es indefinida y deberá plegarse a la resolución 1.546 de Naciones Unidas.



Los cancilleres de más de 20 países árabes instaron a fomentar la unidad regional para luchar contra el terrorismo. Subrayaron el papel directivo de Naciones Unidas y la necesidad de celebrar una reunión entre las diferentes facciones iraquíes, antes de los comicios. El secretario general de la ONU, Kofi Annan, por su parte, criticó veladamente al gobierno provisorio por haber permitido que las tropas de ocupación atacaran Faluya antes de las elecciones en Irak, fijadas para enero próximo.



Los desafíos de Condoleeza Rice



Como puede verse, la reelección de Bush produjo resultados inmediatos. Las elites regionales y algunos centros de poder internacionales admiten ahora la idea de un Irak "transformado" y ocupado. Es así como debe leerse la decisión del Club de París de anular el 80% de la deuda del Estado iraquí -contraída bajo el régimen baazista de Saddam Hussein- para facilitar la tarea a un futuro gobierno iraquí que tendrá serios problemas de legitimidad.



Pero la situación militar norteamericana es difícil. Dos de los países de la región (Siria e Irán) son considerados por el Departamento de Estado y el Pentágono como formando parte del "Eje del Mal". Según Colin Powell, el secretario de Estado a punto de dejar su cargo, Irán podría dotarse rápidamente de misiles con cabezas nucleares.



Después de 20 meses en Irak las tropas de la coalición están cada vez más empantanadas en diversos focos bélicos. Es difícil, por lo tanto, que abran un nuevo frente en la región, opinan los expertos. Esto significa que Condoleeza Rice, la sucesora de Powell en la diplomacia del Imperio, tendrá que hacer gala de pragmatismo o de capacidad de mantener una tensión manejable.



Analistas franceses del CNRS, en un reportaje del Nouvel Observateur del 24 de noviembre, estiman que Condoleeza Rice "será alguien más dura y estará en mayor concordancia con la visión de George W. Bush que Powell". La criminóloga de formación, académica de prestigio, sovietóloga y especialista en el ex bloque comunista, miembro del directorio de la petrolera Chevron-Halliburton, quien fue propulsada al estrellato político por los republicanos de Texas, puede ser una buena ideóloga de servicio pero nada nos asegura que sea una buena diplomática capaz de hacer compromisos. "Condoleeza Rice no podrá cultivar la confrontación a nivel planetario". […] "La guerra de Irak ya les ha costado más de 1000 muertos, miles de heridos, pérdidas económicas del orden de los 150 a 200 mil millones de dólares, en un país ocupado por 200 mil norteamericanos, civiles, militares y mercenarios", agregan los analistas.



Los investigadores franceses del inestable mundo árabe concluyen afirmando que: "en otras circunstancias los norteamericanos comprendieron que se puede ganar militarmente una guerra, pero perderla políticamente. Es lo que quieren evitar en Irak. Sólo el futuro nos dirá si fueron capaces."



La presencia de EE.UU. en Irak puede resumirse en este ejemplo paradojal: La Embajada de Washington en Bagdad es la más grande del mundo, pero su embajador no puede salir de los tres kilómetros cuadrados que conforman la famosa "zona verde".



leopoldo.lavin@climoilou.qc.ca






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