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Sangre latina en el relevo del fuego olímpico

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«En Venezuela me dicen que soy más famosa que el Papa», dijo entre risas Deidre Smyth, la venezolana que consiguió un puesto en el relevo gracias a una selección auspiciada por la compañía china de ordenadores Lenovo.


El relevo de la antorcha olímpica contará mañana con sangre latina gracias a la presencia Deidre Smyth, la diseñadora gráfica que quiere aprovechar sus quince minutos de fama para dar información correcta sobre el cáncer de mama.



Los postulantes tuvieron que convencer a Lenovo de que eran merecedores del premio de llevar la antorcha y Deidre escribió hablando del cáncer de mama y de la posibilidad que tendría en caso de ser relevista de utilizar su posición para difundir información útil para otras mujeres.



«Tuve cáncer de seno, tuve vida de lucha, pero una vez hube sobrevivido utilicé mi experiencia para ayudar a las personas que lo padecen», explica Dreidre, que compara su lucha contra la enfermedad y la vida, en la que «tratamos de hacer las cosas cada vez mejor», con el deporte.



«Se dice que las mujeres debemos chequearnos a los 42 ó 45 años, lamentablemente la edad media en la que se padece es 34. Hay niñas de 15 años como mujeres de 50, pero el cáncer es tan fuerte y ha aumentado tanto que a la edad de 34 años las mujeres deberían hacer su primer chequeo de mamografía», aprovecha esta maracucha para colar su mensaje.



Deidre tiene 43 años y cuatro hijos, que al igual que la madre y el marido de la relevista, acudirán mañana al trazado de Dunhuang, en la provincia de Gansu para ver correr a su madre, que en un principio iba a participar en las etapas de Xinjiang.



«Nos cambiaron porque hicimos una petición muy grande para ello porque la situación social en la ciudad de Shihezi no era buena, tenían muy alto el nivel de la seguridad porque estaban nerviosos de que pudiesen tener problemas. Ni nos permitían siquiera llevar a la familia».



No sabe cuánto tiempo o distancia va a correr pero asegura que está «muy emocionada» con el relevo, tras el cual irá a un colegio a donar dos mesas de tenis de mesa y a enseñarles a los niños de Dunhuang que es un cuatro, instrumento de cuerda de cuatro cuerdas parecido a la guitarra.



Dunhuang, una ciudad histórica ubicada a lo largo de frontera formada por las provincias de Xinjiang, Qinghai y Gansu, espera la llegada de Dreidre, una venezolana que en agosto, gracias a la invitación de unos amigos, acudirá a otro momento estelar de la Olimpiada, la ceremonia de inauguración.



EFE

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