El sindicato alemán de pilotos «Cockpit» convocó el martes una huelga sorpresa de 36 horas de duración en Cityline y Eurowings, que ese día afectó a más de 400 vuelos y ayer, a otros 500.
La huelga de los pilotos de las filiales de la aerolínea Lufthansa, Cityline y Eurowings, concluyó esta medianoche tras 36 horas de paros que obligó a suspender 900 vuelos y la compañía espera que sus servicios funcionen hoy con normalidad.
Se ha tratado en su mayoría de conexiones aéreas dentro de Alemania y de Europa con aviones pequeños y la compañía ofreció a los pasajeros cambiar sus billetes por los de otras compañías o, en los trayectos domésticos, canjearlos por billetes de tren.
Con esta lucha laboral, los pilotos quieren reforzar la presión sobre las negociaciones salariales, estancadas desde hace semanas.
Cockpit rechazó la última oferta de Lufthansa que contemplaba un aumento salarial de entre el 5,5 y el 6,5 por ciento para un convenio de una vigencia mínima de 18 meses y máxima de dos años.
El sindicato había exigido un aumento del diez por ciento y la participación en el beneficio de Lufthansa.
A comienzos de julio Cockpit provocó ya la suspensión de más de 600 vuelos y numerosos retrasos durante una jornada de huelga que afectó a la tercera parte de toda la oferta de Lufthansa.
CityLine y Eurowings cubren trayectos en Alemania y Europa y ocupan a alrededor de un millar de pilotos.
EFE
