El último detenido es otro tarijeño, que fue encarcelado de forma preventiva por delitos de terrorismo ya que está presuntamente implicado en un ataque con dinamita contra el gasoducto que suministra gas natural a Brasil.
Las detenciones de activistas opositores al Gobierno del presidente de Bolivia, Evo Morales, acusados de «terrorismo» por su presunta implicación en las protestas violentas de septiembre pasado, continuaron con la aprehensión de un segundo ciudadano de Tarija (sur), informaron hoy medios locales.
El último detenido es otro tarijeño, que fue encarcelado de forma preventiva por delitos de terrorismo ya que está presuntamente implicado en un ataque con dinamita contra el gasoducto que suministra gas natural a Brasil.
El atentado se produjo en medio de las protestas violentas que se extendieron por varias regiones del país, en las que opositores autonomistas bloquearon carreteras, tomaron aeropuertos, saquearon oficinas estatales y atentaron con dinamita contra infraestructuras gasísticas.
Además, el Gobierno decidió el confinamiento de unos 15 ciudadanos acusados de violar el estado de sitio declarado durante la ola de protestas en el departamento de Pando, donde murieron al menos 18 personas.
Las protestas se intensificaron en el mes de septiembre hasta generar una ola de conflictividad y violencia en el oriente boliviano que tuvo su capítulo más grave en la matanza de Pando.
Además de exigir la restitución de los ingresos petroleros, los líderes autonomistas reivindican un régimen de autogobierno para sus regiones y se oponen al proyecto constitucional con el que Morales quiere refundar Bolivia.
Las detenciones de activistas llevaron a los prefectos (gobernadores) de la oposición a suspender la negociación abierta con el Ejecutivo para pacificar el país. Consideraron que el Gobierno provocó un clima hostil y de persecución hacia líderes y simpatizantes de la causa autonomista.
Sin embargo, el Gobierno anunció que el presidente Morales estará el domingo en Cochabamba (centro), sede del proceso de diálogo, esperando a los prefectos para suscribir acuerdos definitivos.
EFE
