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Las telecomunicaciones y la agenda de crecimiento (II)

Para que el nuevo escenario sea efectivamente un ámbito positivo para el desarrollo dinámico del sector es necesario evaluar cómo la liberalización que implica no afecta la protección de la competencia.


Los desafíos de la industria a principios del siglo 21



Con la creciente penetración de la competencia en la industria de telecomunicaciones, las interconexiones entre las empresas y los pagos por el uso de las redes de los otros operadores plantean nuevos problemas al sector, y se constituyen en fuentes crecientes de conflictos. La discusión en torno a los cargos de acceso, es decir, el costo de iniciar o finalizar una llamada de LD en la red local, resulta difícil, como efecto de la operación de un monopolio local regulado en mercados competitivos que hace necesario fijarlo a nivel eficiente para evitar subsidios cruzados.



La aparición de una creciente competencia en telefonía fija, asociada a una política que promueve el desarrollo de nuevas redes locales, da relevancia al tema de los cargos de acceso que se deben pagar entre compañías locales. La fijación de cargos de acceso diferenciados se sustentó sobre la base de reconocer costos diferentes entre el operador dominante y los entrantes, para promover la competencia y crear las bases para la liberalización de las tarifas al público.



Si la solución de los complejos problemas que involucran los cargos de acceso es difícil, el panorama se hace más confuso cuando se consideran los cargos de acceso de las telefónicas móviles, que además de aparecer hoy en extremo elevados atendida la alta cobertura que ostentan, introducen serias distorsiones en la operación de la industria.



En efecto, la no distinción entre llamadas locales y de larga distancia en la operación de las redes móviles está impidiendo el crecimiento del tráfico, consolida la excesiva participación de la modalidad de prepago, dificulta la efectiva sustituibilidad entre las comunicaciones fijas y móviles internacionales, y genera subsidios cruzados regresivos.



La industria ha alcanzado un grado de madurez tal que permite resolver en conjunto estas dificultades. Sobre este tema volveremos en la tercera parte del presente artículo.



Las nuevas telecomunicaciones tienen muy poco que ver con las del pasado, cuando existía total correspondencia entre las distintas redes y los servicios. En la actualidad las redes tradicionales del servicio público telefónico, las redes de TV cable, las redes de fibra óptica y las nuevas redes WLL o LMDS presentan el potencial de transmitir de manera similar la voz, los datos y las imágenes. Incluso las redes móviles especializadas en voz se aprontan a servir de base también a las transmisiones multimediales, una vez que se implemente la telefonía móvil de tercera generación.



Todos los procesos indicados, en conjunto con la creciente relevancia de Internet, la red de redes, plantean la necesidad de introducir cambios en la normativa para dar cuenta de este nuevo escenario.



Para que el nuevo escenario sea efectivamente un ámbito positivo para el desarrollo dinámico del sector es necesario evaluar cómo la liberalización que implica no afecta la protección de la competencia. En estos ámbitos, tanto al interior de la Unión Europea como en Estados Unidos se ha ido acumulando un bagaje importante de experiencias que pueden ayudar a compatibilizar estos dos objetivos.



Es en este contexto que el acuerdo logrado entre el gobierno y la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa) es de gran importancia para el país, y en particular para las telecomunicaciones. Las proposiciones en torno a la fijación de cargos de acceso nos parecen adecuadas en general. Sin embargo, es necesario ampliar el objeto de análisis en el sentido de incluir a la telefonía móvil. Sobre esto volvemos en la sección siguiente.



También concordamos en la necesidad de fortalecer el sistema de protección de la competencia, y la creación de los tribunales económicos. Nos parece de crucial importancia perfeccionar la total transparencia de los procesos tarifarios, asegurando la participación de los terceros afectados. No obstante, opinamos que es necesario incorporar otros temas para dar un nuevo impulso estratégico a las telecomunicaciones. Sobre este tema volveremos en la tercera parte del presente artículo.



Las telecomunicaciones y la agenda de crecimiento, primera parte



* Master en Sociología y Doctor en Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Libre de Berlín, Alemania.



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  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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