Publicidad

La economía de EEUU y la economía chilena (V Parte)


La recuperación en Estados Unidos luego de la crisis del 2001, que insinuaba una gran fortaleza, cayó abruptamente. En el primer trimestre de este año la economía norteamericana creció a un 5 por ciento. El crecimiento cayó a un 1,1 por ciento en el segundo trimestre de este año, según la información oficial más reciente del Departamento de Comercio de los Estados Unidos.



Esta drástica desaceleración de la economía norteamericana permite afirmar que existe la posibilidad que la economía norteamericana inicie una nueva crisis cíclica, y por lo tanto, una crisis de doble zambullida.



La recuperación no tenía bases sólidas porque la inversión de las empresas norteamericanas ha mostrado tasas de crecimiento negativas en los últimos siete u ocho trimestres. Durante los ’90 la economía norteamericana tuvo un crecimiento muy elevado, apoyado sobre todo en un crecimiento de la inversión de las empresas en maquinaria y equipo de alta tecnología que permitió superar con creces el carácter decadente que caracterizó a gran parte de la industria norteamericana en la década de los ’80.



Estados Unidos se enfrentó la competencia de Japón, Corea y de otros países a través de una reestructuración y modernización de su aparato productivo que contó con fuerte apoyo estatal (ver número II de esta serie).



Ahora bien, como lo señala la historia y la ciencia económicas, el capitalismo se mueve a través de ciclos con sus diferentes fases: auge, cima, crisis, recuperación. El National Bureau of Economic Research (NBER) ha señalado que desde el año 1854 a la fecha se han producido más de 30 ciclos económicos con sus respectivas crisis.



El gran crecimiento de la inversión en los Estados Unidos, luego de ser la base dinámica en los ’90, se transforma en su contrario. El aumento de las capacidades productivas excede las capacidades de consumo, lo que lleva a una disminución de las ganancias y también una fuerte disminución de las inversiones en ampliación y creación de nuevas empresas. Se genera desocupación, incertidumbre, disminuye el consumo, los mercados bursátiles son afectados y los fenómenos de la economía real se amplifican impactando todas las esferas.



La recuperación de la economía estadounidense no pudo continuar al ritmo anterior, porque estaba apoyada en un incremento de consumo de bienes durables como resultado de las grandes promociones de las empresas para evitar disminuciones adicionales de las ganancias, o incremento de las pérdidas.



En sí mismo, el aumento del consumo en los bienes durables por parte de las familias tiene su límite. Después de la renovación de automóviles, computadores y otros bienes durables, la demanda por estos bienes cae abruptamente.



La recuperación también se apoyó en el fuerte incremento del gasto del gobierno, incluyendo un fuerte aumento del gasto militar que tiene efectos importantes, pero transitorios. Además, aquél no puede ampliarse permanentemente debido a que el déficit fiscal puede provocar presiones inflacionarias.



Por otro lado, el gasto militar y la política bélica de Bush han generado una gran inseguridad en la economía norteamericana y en otros países, provocando disminución del consumo y aumentando reservas para eventualidades futuras. En la ciencia económica este fenómeno se denomina preferencia por la liquidez.



En nuestra opinión, la principal causa que explicaría el tránsito hacia una crisis de doble zambullida se debe a una drástica caída de las ganancias empresariales, como se aprecia en el siguiente cuadro.







Las ganancias de las empresas que funcionan al interior de los Estados Unidos han tenido una fuerte caída. A pesar de la recuperación en los dos últimos trimestres, las ganancias en el segundo trimestre de este año, comparadas con las ganancias de 1999, han disminuido en 16.2 por ciento. Las ganancias de las empresas productoras de bienes y servicios no financieros han disminuido en el mismo periodo en 31.4 por ciento.



Las empresas más afectadas son las de la industria manufacturera.







La industria manufacturera en EEUU ha sido alcanzada por la recesión actual. La información más reciente cubre hasta el primer trimestre del 2002, y señala que en términos anualizados la industria manufacturera norteamericana ha disminuido sus ganancias en cerca de 90 mil millones de dólares. Esta disminución de las ganancias equivale al PIB chileno de un año y cuarto.



Dentro de la industria manufacturera, la industria de bienes durables es la más afectada. Sus ganancias de 68 mil millones de dólares en 1999 pasan en el primer trimestre del 2002 a solo 2.5 miles de millones de dólares, lo que significa una disminución de un 96 por ciento.



Para Chile es muy importante que se tenga presente la situación de las empresas manufactureras norteamericanas, y particularmente las industrias que utilizan cobre. Las empresas de tres ramas importantes de la industria norteamericana están trabajando a pérdida. Así sucede con la industria productora de maquinaria y equipo, la industria que produce productos electrónicos y otros equipos eléctricos, y la industria productora de equipos motorizados y equipos.



En la mayoría de los países desarrollados y en otros países, se prevé que las industrias que utilizan cobre están siendo seriamente afectadas.



Actualmente, Chile enfrenta el peor de los escenarios. Sin embargo, se siguen anunciando fuertes incrementos de la producción de cobre. Nuestros estudios han demostrdo desde mediados de los ’90 que la baja del precio del cobre iniciada en 1995 se debe a un crecimiento muy fuerte de la producción en Chile, particularmente de las empresas extranjeras que han saturado el mercado mundial.



En los últimos años, a partir de 1995, los incrementos de la producción en Chile han sido mayores que el incremento del consumo mundial de cobre y de las importaciones de cobre del total de los países del mundo. La situación económica internacional actual agrava en extremo esta situación, porque a la sobreproducción generada desde Chile se acompaña una fuerte disminución de la demanda mundial de cobre.



La fuerte baja del precio del cobre, generada fundamentalmente desde Chile, es la principal causa que explica la crisis de la economía chilena en los últimos años. Los precios en los últimos cuatro años son los más bajos en un siglo, en dólares constantes. La combinación de los aumentos de la producción en Chile y la disminución actual de la demanda mundial de cobre permiten prever que los precios bajos continuarán durante todo el gobierno del Presidente Lagos, y que la crisis económica actual se podría profundizar y prolongar.



Resulta paradójico que la principal riqueza básica del país este siendo explotada en contra de Chile. Sin embargo, es en el cobre donde se encuentran los grandes recursos que podrían financiar en el corto plazo programas sociales y de infraestructura para evitar que la crisis se prolongue y profundice. En una perspectiva de mediano y largo plazo, parte de los recursos del cobre deberían utilizarse para reactivar la economía y apoyar un profundo proceso de diversificación productiva.



* Economista de Cetes, miembro del Grupo de Economía Internacional de Clacso y de la Redem.



_______________

Vea la serie completa de artículos:



Primera parte



Segunda parte



Tercera parte



Cuarta parte

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias