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Salmonicultura y el principio precautorio


Variados conflictos ambientales han surgido estos días, entre ellos se menciona a la salmonicultura. Los efectos sobre el medio ambiente que esta actividad ha demostrado tener a nivel mundial han llegado a señalar que se debe detener su expansión, lo que ha provocado réplicas empresariales y gubernamentales que niegan estas acusaciones y señalan que su proceder se adecua a la normativa chilena. Al leer todas estas versiones, parece insoslayable que todos los fundamentos, tanto de un lado como del otro, son débiles porque no se dispone (o no es utilizada adecuadamente) de información técnica que avale los planteamientos que se realizan.



Inmediatamente surge el interrogante de cómo el segundo productor de salmones del mundo no dispone de información objetiva y científica a la que asirse firmemente, y que avale sus planteamientos. Si se revisan las publicaciones científicas de mayor relevancia para el desarrollo de la acuicultura a nivel mundial, queda de manifiesto que Chile solo produce el 2% del total de esta información, algo que no se condice con nuestra calidad de líder salmonero a nivel mundial.



Este mismo desconocimiento de ciertos datos básicos ha permitido a empresarios y al Estado de Chile, afirmar, que no es lo mismo que argumentar, que en Chile no existen problemas ambientales asociados a la acuicultura. No obstante, el que no exista evidencia sólo implica que nadie ha realizado un esfuerzo de investigación y ello para nada indica que la actividad no esté causando efectos.



Más aún se debe reconocer que el precio de equivocarse, por parte de la empresa y el gobierno, si se produce deterioro ambiental y perjuicio económico, es irreversible y muy grave, y todo por simplemente no haber previsto las posibles consecuencias. Aplicar el Principio Precautorio, algo que se encuentra establecido en nuestra legislación, puede desacelerar el crecimiento y tener un costo momentáneo, pero permitiría retomar una senda de desarrollo sustentable una vez que se hayan tomado las medidas y las mejoras necesarias.





Alejandro Buschmann. Biólogo marino y consultor de Oceana, Oficina para América Latina y Antártica.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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