¿Cómo se desarrollará el proceso educativo si, por ejemplo, en una sala en que había 40 alumnos el próximo años habrá el doble? ¿Cómo se asegurará el aprendizaje? ¿Están preparados los liceos y sus docentes para ello? En definitiva ¿Cómo garantizará el Estado la calidad de la educación de todos los alumnos?
Según estimaciones del Ministerio de Educación, 50.000 escolares, principalmente de Educación Media, no lograrán cumplir con los requisitos formales para pasar de curso este año. Es decir, no tendrán la cantidad de notas suficientes ni alcanzarán el porcentaje mínimo de asistencia (85%). Estos alumnos son aquellos que estudian en liceos movilizados y que no se acogieron al mecanismo de excepción que propuso el Ministerio de Educación, conocido como Plan “Salvemos el año escolar”. Hasta hoy no existe otra solución para ellos, entendida como una oportunidad para demostrar si han alcanzado o no los mínimos de aprendizajes necesarios para pasar de curso.
La Convención sobre los Derechos del Niño establece que todos los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a acceder a una educación de calidad y que el Estado está obligado a garantizarla.
No resulta razonable aprobar por secretaría a todos los estudiantes, dado que es obligación del Estado y de todas aquellas instituciones con reconocimiento oficial dar fe pública de que un estudiante cumplió el proceso educativo y alcanzó los aprendizajes mínimos para ser certificado en él. Tampoco parece aceptable que el país permita que 50.000 escolares repitan el año escolar. En el peor de los casos, serían 128.000 estudiantes los que podrían reprobar el año, un 64% más que en años anteriores, si sumamos a aquellos que cada año repiten por diversas causas algún curso de la Educación Media.
[cita]¿Cómo se desarrollará el proceso educativo si, por ejemplo, en una sala en que había 40 alumnos el próximo años habrá el doble? ¿Cómo se asegurará el aprendizaje? ¿Están preparados los liceos y sus docentes para ello? En definitiva ¿Cómo garantizará el Estado la calidad de la educación de todos los alumnos?[/cita]
En el caso de los estudiantes de 4° Medio, no poder terminar en las próximas semanas el año escolar puede llegar a implicar, en la práctica, postergar un año su potencial ingreso a la educación superior, en especial – aunque no exclusivamente – a las universidades que participan del sistema de postulación y admisión único del CRUCH.
A lo anterior se debe sumar que la repitencia no es, en general, una buena medida educativa, ya que pocas veces cumple fines pedagógicos que le permitan constituirse efectivamente en una “nueva oportunidad”. Por otra parte, y dado que la repitencia es un buen indicador de riesgo de deserción, es plausible pensar que si aumenta el número de alumnos que no pasarán de curso, una parte de ellos podría no retomar sus estudios en 2012 y abandonar definitivamente el sistema escolar.
Finalmente, el hecho que repitan estos estudiantes los afectará a ellos y a sus compañeros de 2012. En efecto, ¿cómo se desarrollará el proceso educativo si, por ejemplo, en una sala en que había 40 alumnos el próximo años habrá el doble? ¿Cómo se asegurará el aprendizaje? ¿Están preparados los liceos y sus docentes para ello? En definitiva ¿Cómo garantizará el Estado la calidad de la educación de todos los alumnos?
El momento presente es complejo, la dispar interpretación del dictamen de la Contraloría General de la República sobre esta materia, así lo demuestra. Por ello, se requiere de una mirada que integre esa complejidad, permitiendo que independiente de las decisiones que las distintas partes – el gobierno, los sostenedores, los estudiantes y sus familias – hayan tomado en el pasado, sea posible hoy articular una solución flexible y factible a la que los estudiantes puedan tener oportunidades a las que sumarse para alcanzar, con su esfuerzo y el de sus profesores, aquellos aprendizajes mínimos que el país ha definido como necesarios para pasar de curso.
