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¿Expropiación o Nacionalización de las Forestales?

Diego Ancalao Gavilán
Por : Diego Ancalao Gavilán Profesor, politico y dirigente Mapuche
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En la actualidad, el mapuche y los pobres de esta sociedad se encuentran en una situación parecida; viven en unas condiciones trágicas a causa de las horribles injusticias económicas que les mantiene arrinconados en condición indignas, agonizando, víctimas de las heridas sociales y económicas. La gran diferencia la marca la situación histórica y política que produjo la injusticia del Estado sobre el Pueblo Mapuche, al violar el tratado de Tapihue de 1825 que despoja al pueblo mapuche de su territorio, por ende, una de las reivindicaciones más importantes para nuestro pueblo es la recuperación del territorio, de ahí el fracaso bicentenario del Estado al tratar de reducir solo a un problema de pobreza la situación Mapuche.

Así las cosas, la restitución de tierras para el pueblo Mapuche es muy distinta a la expropiación para construir un camino o un puente, ya que en la expropiación lo que se busca es pagar un precio justo al dueño de una propiedad para hacer una obra que beneficie a una parte de la sociedad, sin embargo, en el caso mapuche lo que se busca es reparar el daño a un pueblo que se le violó un tratado. En efecto, los títulos de Merced prueban quienes son los verdaderos dueños, por lo tanto, ¿cómo se le pagaría un precio justo por un territorio del cual no son dueños de manera justa?, como sería en el caso de las forestales. El problema es que no existe el mecanismo para llevar a cabo este proceso y esa es precisamente la tarea del ejecutivo y legislativo, crear ese mecanismo.

La dudosa adquisición de tierras de las forestales triplica la superficie de todo el pueblo mapuche junto. Además estas empresas se financian con el dinero de todos los chilenos, por la bonificación forestal del DL 701, creado en dictadura, administrado y mejorado por la concertación, que bonifica del 75% al 90% las plantaciones forestales, es decir, si plantar una hectárea cuesta 1 millón de pesos, a Forestal Arauco y Mininco le cuesta de 100 mil a 250 mil pesos la hectárea.

La verdad sea dicha, el Estado ha gastado más dinero bonificando a dos familias dueñas de las forestes, Angelini y Matte, que a todas las mujeres de Chile beneficiadas con el bono marzo y más que cientos de familias mapuches beneficiadas por la política de compra de tierras desde el año 93′ a la fecha, como lo acredita el “estudio sobre el impacto del modelo forestal para el pueblo Mapuche del Observatorio Ciudadano”.

Con esos aportes a Angelini y Matte, cualquiera se haría multimillonario, ojalá el Estado mediante INDAP, CORFO o SERCOTEC, diera bonificaciones de este tipo para los verdaderos necesitados. Pero tal vez el ejecutivo prefiere dar bonos para administrar la pobreza y no para superarla.

El DL 701, eximen del pago del impuesto territorial a las forestales sólo por la primera roda, sin embargo, hasta la fecha no han pagado esa deuda que supera los 40 mil millones de pesos, ya que según la DIPRES entre 1980 y 1997 se plantaron 7.261.559 hectáreas. Además, forestal Arauco, según su propio análisis financiero, registró una utilidad de US$ 549 millones el año 2013 y paga menos de $20 mil pesos de patente municipal, el negocio de la esquina paga $85 mil pesos. Como decía Galeano “este es el mundo al revés”.

Las principales empresas forestales Celulosa Arauco y Celulosa Constitución eran del Estado, pertenecían a la CORFO y fueron creadas por el Presiente Frei Montava. Pinochet las traspasó a Angelini en 1977 y 1979. La Empresa CMPC fue fundado por Decreto Supremo n°589 por el Presidente de la República, Juan Luis Sanfuentes, el 12 de marzo de 1920. Pero hoy es controlada por la familia Matte.

Con todas estas regalías, ¿cual será el precio justo?, ¿será la nacionalización el precio justo?. Pero ¿por qué estas empresas no han sido tocadas en la reforma tributaria? Que según el gobierno es tan justa y necesaria, seria necesario hacerla justa cobrando a lo menos el royalty a las forestales. No quisiéramos pensar como decía el padre Hurtado que “… por sus negocios, no tienen tiempo de consagrarse a la Patria…, pues una actuación descuidada significa traicionar a la Patria en momentos muy graves”.

A la presidenta quisiéramos los simples ciudadanos verla de cabeza en la labor social y política que dejo pendiente el héroe del partido socialista, el ex Presidente Salvador Allende, nacionalizar CMPC y recuperar CELCO. De esa forma el Estado devolverá al pueblo Mapuche las tierras y al pueblo de Chile las forestales y todas sus riquezas. Precisamente porque de los políticos debe venir al país un ejemplo de moralidad privada y pública, de honradez y de consagración al bienestar nacional.

Este camino es necesario para alcanzar el principio de justicia no solo para el pueblo mapuche, sino también para el pueblo de Chile. Necesitamos un gobierno que haga justicia. En palabras de San Agustín de Hipona “Si de los gobiernos quitamos la justicia, ¿en qué se convierten sino en bandas de criminales a gran escala?…”.

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