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Fierro y Cemento: la Reforma a la Educación Parvularia ¿es sólo eso?

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Christian San Martín
Por : Christian San Martín Presidente Asociación Pro Funcionarios Junji
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Estamos convencidos que la Reforma en Educación Parvularia no es sólo la construcción de obras; se trata de cómo las construimos, con quiénes, su dotación, su capacitación, con sus gremios participando activamente, con su relación con las familias y la comunidad… En fin, que sea una reforma desde la cuna y no desde los fríos fierros y oscuros cementos.


Como trabajadores de la Educación Inicial, partimos el año con promesas esperanzadoras: el Programa de Gobierno nos señalaba una serie de propuestas al sector de Educación Inicial, que van desde el aumento en forma considerable de la cobertura (4.500 Salas Cunas y 1.500 Jardines Infantiles), modificación del Coeficiente Técnico, fortalecer los liderazgos de las Directoras, Capacitación a Educadoras de Sala y Técnicos, diseñar una nueva Institucionalidad de la Educación Parvularia, Procesos de Acreditación, diseñar estrategias para que la familia y la comunidad participen en los procesos y decisiones curriculares en los Jardines Infantiles, entre otros.

Pero en lo que va de este año, las autoridades sólo se han preocupado de instalar comunicacionalmente que el corazón de la Reforma en Educación Inicial pasa por la construcción de más Salas Cunas y Jardines. Así lo han enfatizado en las presentaciones que realizan los Directores Regionales de Junji en los Diálogos Ciudadanos, con un discurso centrado en la construcción, los nuevos metrajes, los diseños innovadores, las salas que debieran tener, pero ni una palabra sobre la calidad, nuevos recursos humanos, la relación con la comunidad y las familias, la desmunicipalización y la Carrera Docente para las educadoras. De diálogo no tienen mucho y son más bien exposiciones, en donde el público es citado en horarios convenientes durante la jornada laboral, para llenar los espacios y hacernos creer que participamos en las grandes decisiones.

Constantemente, en este mundo en el que la inmediatez y la urgencia forman parte de todas las demandas, los educadores intentan transmitir a los niños la importancia de rescatar el verdadero sentido de las cosas, de aprender a convivir con otros, respetar las diferencias, tolerar la frustración. Para reflejar que esta es la línea de la reforma, hace sólo unas semanas se celebró el Día del Niño en la Plaza de la Constitución, con la idea de rescatar los sueños y proyecciones de los niños y niñas, más allá de lo material. Sin embargo, las autoridades insisten en hablar de salas de clases y edificios, cuando el tema de la Educación Parvularia es más complejo.

[cita]Estamos convencidos de que la Reforma en Educación Parvularia no es sólo la construcción de obras; se trata de cómo las construimos, con quiénes, su dotación, su capacitación, con sus gremios participando activamente, con su relación con las familias y la comunidad… En fin, que sea una reforma desde la cuna y no desde los fríos fierros y oscuros cementos./cita]

Este es el momento de ocuparnos de los temas de fondo de la Educación. Hoy es el momento político, ya que contamos con las mayorías para realizar los cambios que soñamos y sin olvidar que existe ciudadanía que quiere participar activamente y ver reflejadas en los proyectos de ley sus ideas.

Sabemos que es importante y se valora el interés por el aumento de cobertura, primero para la contratación de los equipos que en cada región asumirán tan importante tarea así como para la construcción de las obras. Sin embargo, es preciso decir que hasta el día de hoy los trabajadores no hemos sido convocados para ser parte de este proceso, y me refiero a ser consultados desde la experiencia vivida de un aumento de cobertura durante el primer gobierno de Michelle Bachelet, donde hubo problemas en la focalización y en las relaciones humanas al interior de los equipos, esto porque en aquel entonces la institución solo se centró en la “meta”. Tampoco han existido claridades respecto de si vamos a terminar con la selección de párvulos en nuestros Jardines Infantiles; si vamos admitir a todos los niños y niñas, beneficiando a la clase media, y no solamente a los quintiles más vulnerables de la población. Estas inquietudes serían importantes de ser discutidas, analizadas y definidas, a fin de poder construir colectivamente un discurso a favor de la educación inicial y su importancia en la construcción de una sociedad más justa.

Sobre la nueva institucionalidad, es de conocimiento público que el proyecto hoy se encuentra en el Senado, pero en la fase de discusión y análisis con los diferentes gremios no ha existido una convocatoria amplia para dialogar, conocer posturas y elaborar una mejor institucionalidad en la Educación Parvularia. Existen aspectos específicos que hay que abordar con urgencia, como el cambio a la Ley de Junji, el traspaso obligado de trabajadores de Junji a la Superintendencia de Educación, la pérdida de cargos en momentos que necesitamos más personal, los recursos necesarios para dotar de mejores condiciones a las instituciones involucradas, la tercerización de servicios como la fiscalización y la supervisión, o si la Junji será solo un ente Administrativo y Proveedor de servicios. Como trabajadores creemos que Junji debiese cumplir su rol histórico y reforzar su ley, en los aspectos de asesoría y supervisión.

Hoy en los equipos directivos centrales de nuestra Junji no hay posiciones, no hay planteamientos claros, no existen mesas de conversación con los trabajadores para analizar estas iniciativas, y los tiempos legislativos pueden ser sorpresivos y es necesario iniciar diálogos, analizar y construir propuestas desde la más importante institución de Educación Parvularia. Con preocupación, vemos como una vez más todos los esfuerzos institucionales y mediáticos se están concentrando en la construcción de Salas Cuna y Jardines, pero se olvidan de que las Educadoras de nuestros Jardines debieran ser parte de la Nueva Carrera Docente, que los Jardines Vía Transferencia de Fondos (VTF) de los municipios debieran ser traspasados a Junji y saber si se considerara en el proyecto de Mejorar la Educación Pública. Como trabajadores, exigimos a las autoridades y directivos claridades y espacios reales, no sujetos al antojo político, a la supremacía numérica de asociados, sino a fomentar espacios de inclusión y donde no se discrimine. Mejorar a nuestra Junji es de todos y no de pocos, no caben los más iguales.

Estamos convencidos que la Reforma en Educación Parvularia no es sólo la construcción de obras; se trata de cómo las construimos, con quiénes, su dotación, su capacitación, con sus gremios participando activamente, con su relación con las familias y la comunidad. Tenemos que saber si contamos con una institución fuerte y que juegue un rol de administrador y asesor, con personal idóneo y con las dotaciones pertinentes, con remuneraciones que permitan atraer y encantar a las mejores Educadoras y Técnicos, con una visión de educación estatal, sin los efectos nefastos de la subvención. En fin, que sea una reforma desde la cuna y no desde los fríos fierros y oscuros cementos.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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