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Jubilación chilena sin júbilo

Víctor Vera
Por : Víctor Vera Profesor, Magíster en Educación, Orientador Educacional y Vocacional. Asesoría pedagógica, gestión a las escuelas y liceos de la región Metropolitana en el Ministerio de Educación..
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Cuando el pronóstico del tiempo empieza a ser más fiable para los ciudadanos que el comportamiento de las instituciones y sus personeros, la vida en comunidad se torna difícil y cuesta arriba.

Hace ya casi un mes, un proyecto de acuerdo aprobado por derechas e izquierdas en la Cámara de Diputados, proponía como solución a la crisis de las bajas pensiones del sector pasivo una hipoteca habitacional inversa, es decir: hipotecar la vivienda para obtener cierta cantidad de dinero a cuenta del valor del inmueble, recurso a pagar según se tenga vida. Por lo tanto, esos legisladores protagonistas de la iniciativa, enviaron el siguiente mensaje al país: el problema de una jubilación insuficiente para pagar el coste de la vida es de los directos implicados.

En el mejor de los casos, la propuesta es discriminatoria, pues asignaría un alza de pensión directamente proporcional a la tasación comercial del inmueble a ser hipotecado, o sea si la propiedad es de poco valor mercantil, la mejoría en la jubilación sería en el mismo tono, ni hablar respecto de aquellos pensionados que no son propietarios.

Después del rasgamiento de vestiduras de algunos diputados, arrepentidos de dar su sí a la idea, el gobierno se apuró a desestimarla sin argüir mayores comentarios.

Los diputados que propusieron el acuerdo y lo votaron favorablemente, mandatados por sus electores para velar por su bien común, tomaron decisiones en el sentido contrario.

Al revés de la inesperada conducta de los representantes de los ciudadanos, en el mismo período se pronosticó casi con precisión matemática un frente de tiempo lluvioso, con rachas de fuertes vientos, luego del cual bajaría ostensiblemente la temperatura, cuestiones probadas por todo mundo, de manera práctica, en las semanas siguientes.

[cita] Aunque casi nadie, que empieza su vida laboral, se pregunta qué hará cuando jubile, es deber de las instituciones que nos hemos dado hacerse esa pregunta y, por supuesto, anticipar una respuesta favorable que no signifique que las personas estén echadas a su propia suerte. [/cita]

Pasada la anécdota sugerida por los diputados para mejorar las exiguas pensiones, de la mayoría de los jubilados pensionados a través del sistema de las AFP, la respuesta a la pregunta de fondo ¿Cómo se garantiza que la jubilación permitirá la sobrevivencia del sector pasivo?, quedó sin ser atendida.

Hay circunstancias, la jubilación por ejemplo, que merecen ser estudiadas con miras al largo plazo, equivalente a una cohorte completa del ciclo laboral normal, es decir unos treinta o cuarenta años. Aunque casi nadie, que empieza su vida laboral, se pregunta qué hará cuando jubile, es deber de las instituciones que nos hemos dado hacerse esa pregunta y, por supuesto, anticipar una respuesta favorable que no signifique que las personas estén echadas a su propia suerte.

Parece haber bastantes evidencias, ya, acerca de la mala calidad de las pensiones a las cuales acceden la mayoría de los jubilados vía sistema de AFP.

Es bueno, por lo tanto, abordar con seriedad la materia y, pensando en el bienestar general, se tomen las medidas necesarias para resolver la cuestión sin tener que vender los enseres para comprar el pan, transporte o medicamentos.

Hasta ahora, el pronóstico del tiempo sigue siendo más confiable que la jubilación que entrega el sistema de previsión social de las AFP.

La semana venidera habrá chubascos débiles y no se espera otro frente lluvioso….

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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