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Las contradicciones del Rector Peña

Por: Patricio Serendero Sáez


Señor Director: 

El señor Rector Carlos Peña ha publicado en El Mercurio del 29/10/2017 su habitual comentario donde nos explica según él las razones profundas de la caída en la encuesta CEP de la candidata del Frente Amplio (FA) Beatriz Sánchez, además de hacer el perfil político-ideológico de los mismos.

Dice el rector Peña que “Ante todo, el discurso de Sánchez y del Frente Amplio refleja una mala comprensión de la sociedad chilena.»

Si esto fuese verdad, ¿cómo nos explica el señor Peña que 15 días antes, este mismo FA que supuestamente no comprende la sociedad chilena, tuviese casi 10 puntos más según la misma encuesta? Y esto, sin mencionar el sesgo ideológico de todas las encuestas y aquella de la CEP en particular.

Una segunda razón para esta caída según el señor Peña, sería el que se trataría de un grupo generacional donde “ellos se representan a las mayorías como grupos heridos por la desigualdad, anhelantes de protección y de cuidado. Y donde además esos grupos se miran a si mismos como “personas generosas y lúcidas que, sin padecer la injusticia, se empeñan en remediarla”.

Excepto el candidato Piñera, todas las coaliciones políticas chilenas reconocen la realidad de nuestro país, mal que le pese al rector Peña, donde las estadísticas indican que el 52% de los chilenos viven con 300 mil pesos mensuales. Esa es la clase trabajadora. Y de allí, que a pesar varias de estas coaliciones confundan esta abrumadora mayoría con “clase media”, que en verdad no lo es, pretenden con razón defender sus intereses. Lo que sí es cierto en este aspecto del comentario del rector Peña, es que estas personas son lúcidas y generosas. No conocemos líderes, tal vez con algunas excepciones como aquella del actual Presidente de los EEUU o de Corea del Norte, que no sean personas generosas y lúcidas.

Más aún, todos los candidatos quieren un “vendrán tiempos mejores”, el slogan del señor Piñera, quien y a pesar de ser una de las personas mas ricas del país se propone ayudar a los más necesitados. En otras palabras, todos los movimentos participando en la próxima elección presidencial sufrirían de aquello que el rector Peña critica solo en el FA.

Agrega el rector Peña que ello “no se condice del todo con la conciencia de los nuevos grupos medios que han experimentado una fuerte mejora en sus condiciones materiales, una mejora que ellos viven como fruto de su autonomía y su esfuerzo personal.”

¿Cómo es que el rector Peña, puede conocer la conciencia de la clase media chilena, que no llega al 25% de la población del país? Misterio. Pero, ¿es que no favorecen también a esta clase social las propuestas sobre CAE, AFP, Isapres y demás que propone el Frente Amplio de Beatriz Sánchez? ¿Por qué habrían de rechazarla? ¿Por qué no lo habrían hecho desde que el Programa del FA se comenzó a perfilar?

Dice el rector Peña que se suma a lo anterior que «Beatriz Sánchez se muestra, de manera casi explícita, como una vocera de un discernimiento que no le pertenece, y no como una líder genuina, con ideas y visión propias.» Esto es seguramente producto de otro rasgo, también generacional, consistente en atribuir a las decisiones colectivas una suma de virtudes que el discernimiento y el raciocinio individual no poseerían.

¿Pero acaso no es verdad que todos los candidatos presidenciales no representan el pensamiento colectivo de partidos, grupos o movimientos que los apoyan, además de contribuir con sus propias ideas en sus campañas y propuestas? El gran pecado de esta aproximación a la manera de hacer política siempre preocupa y molesta a los defensores del individualismo como el rector Peña. Tiene razón. La toma de conciencia de las mayorías sobre su propia situación puede ser un factor radical de cambio social.

Mostrando toda la carga ideológica del capitalismo, donde el individualismo está en la base de la organización social, el rector Peña nos dice que “para un grupo que piensa que la suma de opiniones es más racional y acertada que el razonamiento individual (en esto están de acuerdo con la economía neoclásica, que considera virtuosa la suma de preferencias individuales), una candidatura presidencial es más una imagen que un liderazgo.”

Efectivamente el razonamiento de un grupo de personas idóneas es siempre mas certero que aquel tomada por un individuo. O que “la suma de preferencias individuales”. Desde los consejos de ancianos que vemos a lo largo de la Historia, las direcciones políticas colegiadas, y todos los colectivos que dirigen casi todas las organizaciones de la sociedad , de la empresa capitalista, cooperativa o sindicato, representan la ganancia en calidad que hace que en general, aunque no siempre, las decisiones del colectivo sean mejores y mas justas que apenas aquella de la suma de sus componentes. Además que infinitamente mas democráticas.

De manera que sí señor Peña, Beatriz Sánchez es “más un rostro del Frente Amplio que en una líder del mismo.” Y por ende, una líder de verdad, surgida de un plebiscito y no impuesta desde arriba a los miembros de su conglomerado.

Incansable por darnos argumentos, que como hemos visto hasta aquí son difíciles de comprender, por decir lo menos, el rector Peña termina afirmando en una larga disgregación pseudo-sociológica que el Frente Amplio – en aquello que sería una actitud generacional – desconoce la historia reciente de Chile.

Se equivoca nuevamente el rector. No olvidamos ni la historia reciente ni el pasado de nuestro país. Ni mucho menos el presente. Este presente de la sociedad chilena, donde el modelo económico aplicado desde la dictadura, de escandalosas diferencias en la distribución del ingreso confirmada hasta el cansancio por organismos internacionales, y donde las exigencias de acumulación del modelo han contribuido largamente para la destrucción del medio ambiente, la expatriación de enormes ganancias provenientes de la minería, la falta de desarrollo científico y tecnológico, la pérdida del producto de nuestro mar para la alimentación de la dieta de los mas pobres, el cabal reconocimiento de los pueblos autóctonos, solo por mencionar algunos de los serios problemas estructurales del país, son todos la lista del cambio profundo que requiere la sociedad.

Querer cambiar o mejorar aquello que no funciona en una sociedad, no implica desconocer las conquistas logradas por el pueblo trabajador, al cual nunca nada le fue regalado.

Patricio Serendero Sáez
Master en Ciencias de la Información, PhD. en Informática

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