Señor Director:
Hace unos días Colo-Colo Femenino jugó la final de la Copa Libertadores frente a Audax Corinthians de Brasil. De ganar, hacían historia al conseguir dos copas. Mientras la transmisión en línea de la final sumó a cerca de 35 mil espectadores, la cobertura de los medios tradicionales fue nula.
En Chile, el fútbol femenino no avanza. Vivimos en una situación particular en el deporte nacional. Dada la estructura de la ANFP, el Estado no se hace cargo porque dicha institución cuenta con recursos suficientes; y, la ANFP, por su parte, no le asigna prioridad alguna.
Chile tiene un potencial tremendo. Tiene jugadoras brillantes, lo que se ve reflejado en el creciente número que hoy juega en el extranjero. El fútbol tiene una popularidad y proyección que otros deportes soñarían, y al mismo tiempo, una carga tan potente de discriminación que enclaustra sus posibilidades de desarrollo. Es hora de hacer un mea culpa más profundo.
Primero, la ANFP más que ninguna otra institución deportiva, sabe que, para recibir retornos económicos, debe invertir. Para ver cambios de envergadura, y largo aliento, se requeriría crear una gerencia de fútbol femenino, evitando asignar la prioridad sólo por consideraciones económicas. Asimismo, establecería un presupuesto estable y daría certezas sobre la utilización de los recursos que traspasa la FIFA para estos fines.
Segundo, de los medios. La cobertura que se realiza del fútbol femenino roza en lo anecdótico. Es hora que dejemos de tratar la práctica de mujeres como novedad.
Tercero, de los Clubes. Al 2019, la CONMEBOL impedirá jugar competencias internacionales a los equipos que no cuenten con una rama femenina. Esto obligará a replantear la importancia del fútbol femenino. ¿No será tiempo de empezar hoy?
Camila García Pérez
Directora – Asociación Nacional de Jugadoras de Fútbol Femenino de Chile
