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Separar a los hijos de sus padres: consecuencias devastadoras Opinión

Separar a los hijos de sus padres: consecuencias devastadoras

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María Amelia Barrera M.
Por : María Amelia Barrera M. Psicóloga. Directora CentroSol Instituto Terapia Centrada en Soluciones.
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¿Qué consecuencias puede tener para los miembros de una familia el ser separados mediante la fuerza y violencia? ¿Qué impacto puede implicar el que los hijos sean arrancado del lado de los padres? ¿Qué señales sociales se entregan con una decisión así tan drástica?

A propósito de la “Tolerancia cero” que implementó Donald Trump en Estados Unidos en contra de la inmigración ilegal, que consistía en que los niños fueran separados de sus padres en la frontera sur del país -el mandatario firmó posteriormente un decreto que revertía la controvertida medida- me gustaría centrarme en dos de las principales consecuencias que una acción de esta naturaleza puede provocar en el eje de la familia.

La figura del apego es fundamental para el desarrollo emocional de los niños. La relación estable y predecible, entre padres e hijos, la cotidianidad y la cercanía tiene un sentido.

El apego es lo que permite a los niños desarrollar una regulación de los afectos, la confianza en sí mismos, la seguridad, la introyección de los valores que se promueven socialmente. Aunque en la vida de la familia se den situaciones extraordinarias, como la emigración, una catástrofe u otro evento difícil, el enfrentamiento de esta situación en familia, con la cercanía de padres e hijos, permite a los niños aprender formas de afrontamiento. La sensación de seguridad se mantiene, el crecimiento es posible en esas circunstancias.

[cita tipo=»destaque»]El menor aprende de los adultos, que son su figura de apego, el cómo enfrentar situaciones complejas. Pero generar una separación violenta de un vínculo tan importante, solo trae alteración en el ciclo de desarrollo de niños pequeños. En ausencia de una figura de apego que colabore con el enfrentamiento de situaciones críticas, el niño entra en pánico, queda expuesto, a merced de los eventos externos sin un protector y mediador. Los efectos emocionales colaterales son devastadores: inseguridad, miedo, crisis de pánico, rabia, respuestas violentas.[/cita]

El menor aprende de los adultos, que son su figura de apego, el cómo enfrentar situaciones complejas. Pero generar una separación violenta de un vínculo tan importante, solo trae alteración en el ciclo de desarrollo de niños pequeños. En ausencia de una figura de apego que colabore con el enfrentamiento de situaciones críticas, el niño entra en pánico, queda expuesto, a merced de los eventos externos sin un protector y mediador. Los efectos emocionales colaterales son devastadores: inseguridad, miedo, crisis de pánico, rabia, respuestas violentas.

Una marca en el proceso de desarrollo que tiene consecuencias y costos a futuro tanto personales como sociales:personas que se sienten menos eficaces, que tienen emociones perturbadoras y que requieren de un tratamiento posterior para superar dicha situación, que encuentran dificultades en su inserción en el desarrollo social.

La otra es el uso de la violencia empleada en la solución de una situación. Este es un acto violento en sí mismo. Es entonces violencia ejercida por las autoridades, violencia sentida por los emigrantes, un modelo de relación que va en el sentido opuesto de lo que queremos lograr como sociedad. Queremos sociedades más desarrolladas, más igualitarias, más aceptadoras y comprensivas de la diversidad.

Progresamos en esa dirección cuando avanzamos en legislaciones que eliminan la discriminación, cuando la población marcha por el trato igualitario. Este acto, tan violento, es por lo tanto un contra-sentido. No es posible eliminar la violencia usando violencia. Es necesario trabajar otras vías de resolución de las dificultades que nos desafía este mundo posmoderno. Es importante pensarnos como sociedad a futuro; pensar en ese futuro, cómo nos gustaría llegar a ser y encaminarnos en ese sentido.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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