Señor Director:
Los últimos años han sido favorables para la Educación Técnico Profesional (TP) en Chile. Entre las iniciativas destacadas están la ampliación de gratuidad para los estudiantes técnicos profesionales más vulnerables de nuestro país. Otra de las medidas relevantes fue la creación del Consejo Asesor de Formación Técnico Profesional en 2016, con el fin de articular una estrategia nacional en torno al desarrollo entre la educación y el trabajo. Sin duda, la formación técnica crece. Sin embargo, aún se necesitan políticas públicas y un mayor liderazgo por parte del sector empresarial que respalden a estos jóvenes.
Es por eso que en el mes de la educación técnica queremos hacer un llamado al Gobierno a definir incentivos dentro de sus políticas públicas, que potencien la relación entre la empresa y los liceos técnicos. Aunque hay varias empresas que han entendido lo virtuoso de este vínculo, ciertamente no es suficiente.
Solo a través del desarrollo de altos estándares formativos en los jóvenes que optan por la educación técnica en la enseñanza media, estaremos ofreciendo a nuestros jóvenes la libertad de poder construir un futuro real. Y para ello, es esencial el involucramiento y compromiso de las empresas de Chile para así lograr generar un puente entre la educación y el sector productivo lo más cohesionado posible para así construir una sociedad más integrada y sin limitaciones para nuestros jóvenes.
Firmemente sostenemos que no es posible concebir la educación media técnico profesional desconectada de las empresas: éstas deben involucrarse, invertir y poner a sus expertos a disposición de los jóvenes aprendices, abriendo sus organizaciones como espacios de formación; sin pensar el retorno inmediato, sino con una visión de mediano plazo.
Andrea Garrido, Directora Ejecutiva Fundación Chile Dual