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Ley de Convivencia Vial, un primer paso para el cambio cultural

Por: Daniela Suau y Ariel López


Señor Director:

Esta semana entró en vigencia la nueva Ley de Convivencia Vial y nos encontramos atentos, expectantes pero, sobre todo, optimistas con el cambio cultural que se debe originar con esta modificación.

La normativa es fruto de un proceso participativo y consultivo, en el que colaboraron más de 100 organizaciones de la sociedad civil a lo largo de Chile, con representación de automovilistas, peatones, motoristas, ciclistas, familiares de víctimas de siniestros viales, académicos y especialistas en transporte.

Su espíritu y principal aporte, más allá de las obligaciones que establece, tiene que ver con reducir los riesgos para los usuarios más vulnerables, mediante una de las principales modificaciones que se consiguió en julio pasado y que fue la reducción de la velocidad máxima urbana a 50 km/h.

Este artículo, parte esencial de la Ley, es un paso importante para disminuir los siniestros de tránsito y reducir la probabilidad de fallecimiento de quienes sean víctimas, pero más importante aún, es esencial para concientizar a las personas que la velocidad es un factor de riesgo en la conducción. Necesitamos caminar hacia ciudades más amables y seguras.

Otra buena noticia, es la facilidad para la generación de zonas de calmado de tránsito. Antes, éste era un trámite complejo, pero con la nueva ley, las autoridades locales podrán fomentar el desarrollo de una red de zonas 30 en aquellos sectores que identifiquen como necesarios, tales como escolares y residenciales.

La creación de un capítulo sobre los ciclos, también es un gran aporte, porque se integra a otros modos que antes no eran reconocidos por la normativa de tránsito, estableciendo que deben circular por ciclovías certificadas, según reglamento que está trabajando el MTT, o bien la calzada, en calles que no cuenten con infraestructura.

Al igual que en la legislación anterior, se mantiene la obligatoriedad del casco, así como la prohibición de pedalear por la vereda (salvo menores de 7 años acompañados, menores de 14 años solos, personas de la tercera edad y aquellas con movilidad reducida), pero se gana en un nuevo derecho para los ciclos, quienes al momento de ser adelantados deben ser sobrepasados a una distancia segura de 1,5 metros.

Más allá de la normativa, sentimos que es importante abordar la discusión generada los últimos días con la misma inteligencia emocional que deberíamos movernos en nuestros viajes cotidianos. Nuestro llamado a los medios de comunicación y a detractores, es a dejar de lado titulares y conceptos que dan cuenta de una especie de guerra cotidiana, más que de un llamado activo a cuidarnos mutuamente mientras somos parte del tráfico.

Nuestro llamado es a que los usuarios y autoridades no olviden que esta Ley apunta a la convivencia de todos, a crear condiciones mínimas para que los distintos modos de transporte sean capaces de compartir el espacio con respeto.

La nueva Ley es un avance hacia ciudades en la que todos debemos aprender a convivir y una gran victoria para la sociedad civil organizada, pero sabemos que debemos continuar impulsando medidas, como el proyecto de Ley CATI, crear una política de fomento a los modos sustentables, políticas para la convivencia en zonas rurales, medidas que fomenten la intermodalidad y gestionar más zonas de calmado de tránsito, entre otros.

Daniela Suau y Ariel López
Colectivo Muévete

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