Publicidad
La importancia de lo colectivo en la investigación Opinión

La importancia de lo colectivo en la investigación

A. Bastías, J. Berger, C. Gainza y C. Undurraga
Por : A. Bastías, J. Berger, C. Gainza y C. Undurraga Presidenta Asociación Red de Investigadoras, Directora Ejecutiva Redes Chilenas de investigación ReCh./Director Asociación Nacional de Investigadores en Posgrado ANIP/Directora Asociación de Investigadores en Artes y Humanidades, AyH/Colaborador Asociación Nacional de Investigadores en Posgrado ANIP, Consejero y Vocero de Redes Chilenas de Investigación ReCh
Ver Más


La iniciativa individual es buena y necesaria para el trabajo político, en cuanto aporte de experiencias, pero se queda corta si no se remite a un colectivo que desborde los espacios, los intersticios de la opinión y la política pública. Ya no es suficiente la experiencia personal o el correcto diagnóstico, creemos que es fundamental la acción y cooperación empática, que debe ser colectiva y coordinada en un conjunto de acciones en orden a un objetivo común, como la democracia.

En las últimas semanas se han publicado cartas y columnas respecto a los problemas de financiamiento de los programas de becas de postgrado y el rol de las y los Investigadores en Postgrados (IeP) que son financiados por el Estado, ya sea en Chile o en el extranjero. Por qué y para qué es necesario financiar la investigación en Chile constituyen las preguntas de fondo en estas cartas, las cuales deberían ser un desafío principal en las políticas que debe abordar el nuevo Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (MinCTCI). Si bien las opiniones abordan temas relevantes, muchas veces el tono y el lugar desde donde se posicionan, les hacen perder el horizonte para lograr una discusión con altura de miras. Es importante señalar que, y este es quizás el problema mayor de las misivas mencionadas, el financiamiento público de la investigación no tiene como objetivo el desarrollo de proyectos personales. Por el contrario, la inversión en investigación tiene como horizonte el aporte al desarrollo sostenible y sustentable para el bienestar de todas las personas en nuestro país.

En este sentido, hace falta una visión más política del asunto. No podemos culpar a los individuos, en este caso los y las investigadoras, por no ser capaces de insertarse en el país, sino por el contrario, culpar la inexistencia de una visión política de largo plazo respecto al aporte que debe realizar la investigación al país. De esta forma, cuando se concibe la investigación como un gasto y no como una inversión y cuando falta una política de largo plazo, entonces ocurren cosas como la falta de presupuesto para la correcta ejecución de algunos programas y recortes en el financiamiento para investigación, entre otras cosas.

Hemos heredado de la dictadura una visión individualista y competitiva de la investigación, donde los programas de financiamiento fomentan la competencia entre pares observado en el último cambio realizado por CONICYT en el otorgamiento de beneficios complementarios a becarios de postgrado. Ese individualismo ha calado tan hondo que incluso en una de las cartas publicadas se realiza el llamado a que los investigadores “se las arreglen por sí solos” como un emprendedor/a. Sabemos que la lógica del emprendimiento pone la responsabilidad del éxito o fracaso en el individuo, donde aquel que no triunfa es quien no se “esforzó” lo suficiente por alcanzar ese éxito.

Hacer ese llamado, tal como ocurre en otros ámbitos, es desconocer las desigualdades estructurales que delinean las relaciones en la sociedad chilena. Más que apelar a la resiliencia de los investigadores o a su esfuerzo individual, es importante ser capaces de mirar más allá de la superficie del problema y dirigir la crítica a los cimientos que nos tienen compitiendo por fondos. Además, es necesario que entendamos que esta situación no es un problema solo de becarios, sino de toda la comunidad de investigadores/as: becarios, académicos, centros de investigación y universidades.

Invitamos a que más investigadoras e investigadores en postgrado y ya titulados, se sumen a organizaciones, movimientos o partidos que ofrecen instancias para pensar el conocimiento, como también a generar nuevas instancias propias en organizaciones en regiones, centros de pensamientos, etc. La lucha es primero por una articulación efectiva, y luego seguir por una lucha donde el conocimiento y su democratización sean lo fundamental.

Como investigadoras e investigadores que hemos alcanzado un alto grado de formación, entendemos la responsabilidad de aportar a la sociedad y al país. Pero, para que esto ocurra, es necesario definir el espacio de la investigación en la sociedad a través de políticas que apunten a esa dirección. Proponemos que estas políticas aborden lo siguiente:

Velar por los derechos laborales de los y las trabajadoras del conocimiento. Cumplir mínimos como contratos, seguros, pre y post natales y comunicar con antelación argumentos en caso de despido y desvinculación. Tener oportunidades de apelar a despidos irregulares o injustificados.

A nivel de diseño de política del MinCTCI, impulsar la carrera de investigador/a que permita generar condiciones laborales estables de investigación en el país. Además, fortalecer a los actuales Institutos del Estado y fomentar la creación de Centros de investigación en las distintas áreas del conocimiento e interdisciplinas, con el objetivo de que existan planes de desarrollo específicos para cada área del saber y que, además, puedan absorber suficientes IeP diversificando los lugares de inserción más allá de las Universidades. Esto generará oportunidades para que los IeP puedan optar a trabajos que necesiten del conocimiento del experto, insertándose en el país.

Crear formas de trabajo centradas en los equipos de trabajo. Apuntar a financiamiento de proyectos y equipos más que a investigadores individuales. La investigación es un desafío colectivo antes que individual. De esa forma dar por terminado el sistema de competencia por fondos.

Plantear un formato más adaptable de retribución de las becas internacionales y nacionales. Deben crearse estímulos públicos para la retribución (tanto en el Estado como en la empresa privada) que permitan a los ex becarios aportar desde sus áreas de especialidad. También considerar la retribución fuera de los límites del país, pues el aporte puede realizarse desde cualquier rincón del planeta mientras se establezcan nexos de colaboración concretos con equipos, centros, facultades u organizaciones en el territorio nacional.

Repensar los “castigos” que tienen los becarios que inclumplen algunas de las cláusulas del convenio de su beca. Chile tiene a nivel mundial, una de las más altas tasa de titulación de becarios nacionales y en el extranjero, por ende, resulta desproporcionado el castigo de devolver el dinero total de la beca obtenida (decenas de millones de pesos!). Se transforma en un crédito más que una beca.

Censo del posgrado en el país. Queremos saber cuántos investigadores con grado de magíster, doctorado y posdoctorado hay en el país, sus temas de investigación y cómo podemos aprovechar estos conocimientos para el desarrollo sostenible, humano y ecológico del país. Al mismo tiempo, nos parece necesario instancias participativas con la sociedad civil en la evaluación de políticas públicas en relación al conocimiento. Asociado a ello, proponemos realizar sondeos de condiciones laborales del trabajo investigativo y que sus resultados sean de carácter público para la toma de decisiones.

Conicyt, y la futura Agencia que lo reemplazará, debe mejorar las formas de administrar la adjudicación de fondos y concursos, como también respetar los tiempos en la entrega de resultados de postulación.

Conocer y colaborar con el plan nacional de formación de IeP, en el cual se aborden los temas de:

a) cantidad de IeP que se forman según las necesidades del país, definidas de forma democrática.
b) redefinir la calidad de los programas que los forman y definir los mínimos exigidos para poder optar a financiamiento.
c) oportunidades de inserción de IeP, formados tanto dentro como fuera de Chile.

Para finalizar nuestras propuestas, creemos que el naciente MinCTCI tiene grandes desafíos que deben ir dirigidos a generar colectivamente una política de investigación en Chile a largo plazo. Esperamos que esta generación participativa sea la política de las nuevas autoridades del sector. Las organizaciones y colectivos de investigadoras e investigadores estaremos dispuestos a trabajar por ese fin.

Adriana Bastías – Presidenta Asociación Red de Investigadoras, Directora Ejecutiva Redes Chilenas de investigación ReCh.
Juan José Berger – Director Asociación Nacional de Investigadores en Posgrado ANIP.
Carolina Gainza – Directora Asociación de Investigadores en Artes y Humanidades, AyH.
Cristian Undurraga – Colaborador Asociación Nacional de Investigadores en Posgrado ANIP, Consejero y Vocero de Redes Chilenas de Investigación ReCh.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias