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Anemia de juego y goles DEPORTES

Anemia de juego y goles

Pablo Flamm
Por : Pablo Flamm Periodista deportivo
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No tiene una tarea fácil Berizzo, pero por ahora mantiene un crédito al estar comenzando este proceso. Más allá de los resultados, se busca urgente una identidad de juego, una manera de interpretar en cancha, una idea que se pueda sostener y volver a tener a Chile como protagonista activo. Y eso debe ser relativamente rápido, porque la anemia actual de juego y goles es crítica.


Chile suma 545 minutos sin abrazarse. La anemia de gol del equipo es realmente preocupante, tomando en cuenta los partidos ante Brasil, Uruguay, Corea del Sur, Túnez, Ghana y Marruecos.

Ante los africanos, quienes están clasificados al Mundial, Chile volvió a mostrar mucha inconsistencia en el juego y eso sí que preocupa mucho, porque hay momentos en que literalmente el equipo no lograba articular alguna jugada con intención.

La Copa Kirin no es la medida real para el inicio del trabajo de Berizzo, ya que el técnico firmó y se subió al avión, sin tener injerencia directa en la nómina, pero sí en la idea de juego, sí en las formaciones, cambios y decisiones durante los juegos.

Chile ha perdido mucha consistencia y velocidad. Es un equipo que intenta seguir teniendo la posesión como arma fundamental, pero muchos de sus exitosos protagonistas ya están en la parte final de las carreras.

[cita tipo=»destaque»]Ante Marruecos quedó en evidencia la diferencia de intensidad y velocidad. Hay una muestra clara de cuán lejos estamos hoy en día del fútbol que predomina en el orbe.[/cita]

Berizzo no es Bielsa, de hecho, es el menos bielsista de los bielsistas. Hablo de la filosofía de juego, de la forma cómo encarar los momentos de los partidos y esto no es una crítica, al contrario, cada técnico tiene su mirada y forma de sentir el fútbol, pero por ahora Berizzo busca y trata de lograr una fórmula que logre articular al equipo.

Suena majadero, pero los reemplazos inmediatos de la “generación dorada” no están en el nivel y jerarquía que se pueda anhelar. Hay buenos jugadores, pero no a la elite de los bicampeones de América. Y por eso preocupa mucho nuestro nivel y el futuro más cercano. Porque ya no basta con esos recuerdos del equipo de la jauría, o esa escuadra que sometía a los rivales, hoy Chile está en una crisis de juego y gol profunda y no se ve muy alentador el panorama en lo más inmediato. Por ello, Berizzo tiene mucho, pero mucho trabajo.

Ante Marruecos quedó en evidencia la diferencia de intensidad y velocidad. Hay una muestra clara de cuán lejos estamos hoy en día del fútbol que predomina en el orbe. Cuando los chilenos quieren o intentan conducir, te caen dos o tres. Cuando juegas de espalda y quieres apoyarte, siempre tienes uno encima. Cuando quieres tratar de salir jugando, la presión alta termina por ser tan eficaz y contundente, que puede terminar en gol.

¿Cuál es la fórmula? No lo sé tan certeramente, más que seguir trabajando y esperando poder tener más jugadores en el primer nivel. Y no se trata de que lleguen a equipos de Europa o Asia, se trata de que sean protagonistas, que sumen partidos y más minutos. No que alternen o cada tres o cuatro partidos sean citados. La competencia hace más fuerte a la selección, es cosa de ver hoy a los argentinos, brasileños, uruguayos y ecuatorianos, dónde están jugando y con qué frecuencia.

No tiene una tarea fácil Berizzo, pero por ahora mantiene un crédito al estar comenzando este proceso. Más allá de los resultados, se busca urgente una identidad de juego, una manera de interpretar en cancha, una idea que se pueda sostener y volver a tener a Chile como protagonista activo. Y eso debe ser relativamente rápido, porque la anemia actual de juego y goles es crítica.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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