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¿Dónde está la información confiable? Opinión

¿Dónde está la información confiable?

Rocío Mayol Troncoso
Por : Rocío Mayol Troncoso Psicóloga Doctora en Ciencias Biomédicas Académica Fundadora @cientificamente_mujeres Experta Hay Mujeres
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La lectura y la comprensión lectora son muy importantes para la democracia.


En agosto del presente año se presentó el informe “El fenómeno de la desinformación: Revisión de experiencias internacionales y en Chile”, elaborado durante julio y agosto de 2023 por la Comisión asesora contra la Desinformación, convocada por el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación. 

El informe señala que es clave comprender este fenómeno en su contexto local para diseñar soluciones adecuadas. Asimismo, destaca que es fundamental proteger la libertad de expresión como pilar esencial de la democracia, y estudiar la desinformación para proponer medidas idóneas al contexto nacional. Ante esta comisión se levantaron varias dudas y alarmas del tipo que se perdería la libertad de prensa o se atentaría contra la libertad de opinión. Sin embargo, estudiar el fenómeno no es lo mismo que censurarlo, y comprenderlo nos permite mejorar los canales de comunicación.

En una sociedad como la nuestra, donde existen dificultades en la comprensión lectora, siendo esto prominente en niños y niñas en condición de pobreza, estudios han demostrado que los adultos en Chile presentan analfabetismo funcional, es decir, “no pueden leer de forma eficiente para funcionar en el mundo o en la sociedad”, en palabras de Carmen Sotomayor, experta en Pedagogía de la Lengua Materna. 

La lectura y la comprensión lectora son muy importantes para la democracia. Debido a que permiten que exista “mayor igualdad, participación, diálogo, argumentación y negociación en vez de violencia, porque a medida en que las personas discuten, conversan, argumentan, leen y están más informadas, pueden mejorar su participación social”. Además personas con mayor comprensión lectora podrían hacer mejor uso de la información y ser más exigentes con las fuentes que están consultando o de donde están recibiendo dicha información. 

Ahora tenemos un problema mayor como sociedad, según Hannah Arendt: “La deliberada falsedad y la pura mentira como medios legítimos para el logro de fines políticos, nos ha acompañado desde el comienzo de la era escrita”, ¿cómo se puede tener una opinión sin estar informado? Si todo el mundo miente, la consecuencia no es que la gente se crea las mentiras, sino más bien que nadie cree ya en nada y esto incluye los medios de comunicación.

Entonces, ¿dónde está la información confiable? Resulta difícil establecer confianzas cuando desde los mismos parlamentarios(as) se genera información falsa. Es confuso para la población saber en qué creer. Y los medios informales, sin evidencia, comienzan a tener el mismo peso que las fuentes formales y con evidencia. 

Considerando esto es que se vuelve crucial fortalecer los canales de comunicación basados en evidencia, sin sensacionalismo y fortalecer el sistema educativo, pues una sociedad que no comprende lo que lee, le da más terreno a la desinformación, se margina del debate público, aumenta las brechas y finalmente atenta a que Chile sea un país más equitativo y democrático.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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