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Tutelas constitucionales frente a la legitimidad y representatividad del proceso Opinión

Tutelas constitucionales frente a la legitimidad y representatividad del proceso

Leonardo Cubillos
Por : Leonardo Cubillos Subsecretario General Partido Radical
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No debemos olvidar el llamado que hizo el Presidente Boric al convocar a todos los sectores en un trabajo de responsabilidad y unidad para cimentar el nuevo proceso constitucional, poniendo en manos del Congreso Nacional la conducción del proceso de diálogos y acuerdos de las fuerzas políticas. Este esfuerzo no puede ser en vano y los actores incumbentes debemos tener en claro que no solo está en juego las oportunidad de un real cambio amplia e históricamente demandado por los chilenos y chilenas, sino que tal proceso debe estar revestido de un modelo eficiente pero también representativo.


El resultado del plebiscito del 04 de Septiembre del 2022 dejó un mensaje claro del pueblo de Chile al mundo político: hacer las cosas de manera distinta. Se fijó una nueva ruta en materia constituyente y se determinó que el nuevo texto no reunía las condiciones para ser aprobado, desnudando el mensaje tácito de aprender de aquel rechazo para el proceso que viene.

Transcurridos los días el llamado realizado por el Presidente de la República hizo eco en todos los sectores políticos del país, con una convocatoria a la responsabilidad y a no desaprovechar esta segunda oportunidad que estaba dando nuestro pueblo, no solo para poder concretar una nueva Constitución Política, sino además poder avanzar en las transformaciones sociales reconocidas por todos y todas.

Los Partidos Políticos, recogimos este llamado y nos unimos en los primeros diálogos constitucionales al alero del Congreso Nacional, convirtiendo una incertidumbre política, en pasos concretos para avanzar en el mandato otorgado por la ciudadanía para la elaboración de un nuevo texto constitucional.

Si bien este proceso avanzó, prontamente configuraron posiciones políticas que derivaron en mesas paralelas, e incluso coordinaciones que trataron de minar el esfuerzo llevado por las máximas autoridades del Parlamento.

En este contexto se han dado los avances – como retrocesos también – que han ido configurando un discurso entre las coaliciones y partidos políticos, configurando una serie de elementos que han dado forma a las denominadas Bases Constitucionales (que ha ido sufriendo cambios de denominación partiendo por bordes constitucionales, después principios constitucionales hasta llegar a la actual), para seguir avanzando en los aspectos denominados como “mecanismos” que para que se entienda, se refieren a las instancias que se organizarán para tener un órgano que redacte la nueva Constitución (que incluye elección, composición, atribuciones, plazos, inhabilidades e incompatibilidades, entre otros aspectos relevantes).

En 1867, Walter Bagehot en su libro “La Constitución Inglesa” hizo un análisis del funcionamiento político del Reino Unido, estableciendo como categorías distintas, pero confluyentes la idea de una constitución imponente y una constitución eficiente. En esta última, destaca el rol del Gobierno, mientras que en la otra, el poder de Dios y la Corona, que se imponen representativamente sobre el pueblo. Estos elementos permiten diferenciar los aspectos de legitimidad y representatividad de la constitución. Extrapolándolo al mundo occidental, donde imperan las democracias y las repúblicas constitucionales, el soberano y con ello la representatividad, reside en la nación, el pueblo, la ciudadanía.

En síntesis, el elemento “imponente” de las constituciones, sólo es viable en la medida que se les otorga legitimidad y representatividad, las hace sostenible en el tiempo. Su eficiencia radica en los procesos y principios democráticos radicados en ella.

Las tutelas constitucionales que hoy son parte de las conversaciones, por muy justificadas o nacidas incluso como elementos de “eficiencia” para evitar caer en los errores del proceso rechazado, pueden terminar minando la legitimidad de una Constitución esperada por todos y todas.

[cita tipo=»destaque»] Se puede estar comprometiendo la legitimidad del futuro proceso constituyente y por supuesto su representatividad, generando camisas de fuerza al nuevo cuerpo u órgano constitucional.[/cita]

Entre las que son parte del debate, si bien las Bases Constitucionales son las que más generan consenso, aquellas asociadas al denominado “mecanismo” – que aún se encuentran en análisis – son las que nos pueden llevar a ese extremo. Destacan las de naturaleza electoral (tipo de listas y territorio electoral), las de composición (paridad de entrada o salida, mecanismo “cebra”,  escaños reservados), el rol de los “expertos”, la existencia de un órgano árbitro. Incluso algunos han lanzado la idea de someter el nuevo proyecto a una aprobación previa por parte del Congreso Nacional antes de ser plebiscitado.

Al irse naturalizando el debate sobre la tutela, claramente las fuerzas políticas podemos caer en un proceso que nos permita ver el bosque, solo por buscar un acuerdo entre los árboles. Se puede estar comprometiendo la legitimidad del futuro proceso constituyente y por supuesto su representatividad, generando camisas de fuerza al nuevo cuerpo u órgano constitucional. Peor aún, terminar disfrazando este proceso, en donde el velo oculte lo que termine siendo solo una reforma constitucional.

Incluso han surgido voces llamando a un nuevo plebiscito de entrada como salida institucional, para  que nuevamente sea el elemento “imponente” (es decir el pueblo) quien encauce los elementos sobre los cuales deberá sustentarse el nuevo proceso.

No debemos olvidar el llamado que hizo el Presidente Boric al convocar a todos los sectores en un trabajo de responsabilidad y unidad para cimentar el nuevo proceso constitucional, poniendo en manos del Congreso Nacional la conducción del proceso de diálogos y acuerdos de las fuerzas políticas. Este esfuerzo no puede ser en vano y los actores incumbentes debemos tener en claro que no solo está en juego las oportunidad de un real cambio amplia e históricamente demandado por los chilenos y chilenas, sino que tal proceso debe estar revestido de un modelo eficiente pero también representativo.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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