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Buen morir: ampliar la mirada Opinión

Buen morir: ampliar la mirada

Harry Macías
Por : Harry Macías Coordinador Nacional Cuidados Paliativos Instituto del Cáncer RedSalud
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Gran discusión han despertado las iniciativas para hacer frente a la necesidad de entregar cuidados paliativos. Los puntos de controversia se han enfocado en si debe considerarse la eutanasia como una alternativa terapéutica o la necesidad de generar oportunamente reglamentaciones que protejan la calidad de vida de las personas con enfermedades terminales y favorecer el buen morir. Sin embargo, el tamaño del desafío es de tal magnitud, que requiere una aproximación mucho más integral para que como país podamos hacernos cargo. 

De acuerdo con la OMS, cada año unos 56,8 millones de personas necesitan de cuidados paliativos, 25,7 millones de ellos, en el último año de su vida. Pese a ello, solo el 14% de ese volumen recibe la atención que necesita, los demás, están expuestos a vivir la enfermedad y las consecuencias de su progresión hacia la terminalidad con síntomas que impactan de forma importante su calidad de vida. 

En Chile, se estima que esa población alcanza a cerca de 125 mil personas, y si bien en el caso de patologías crónicas la Ley 21.375 acoge su atención y derechos desde marzo de 2022, una preocupación central debe ser la disponibilidad de profesionales sanitarios formados y capacitados para atender las necesidades que padecen los enfermos oncológicos y portadores de enfermedades crónicas avanzadas. Usando como referencia al Instituto del Cáncer RedSalud, estamos hablando que un equipo transdisciplinario capaz de atender esta condición requiere además de médicos paliativistas, de enfermeras, psicólogos, kinesiólogos, fonoaudiólogos, nutricionistas, terapeutas ocupacionales, químico farmacéuticos y técnicos en enfermería.

Asimismo, al contemplar la red de salud del país, tenemos que tomar en cuenta los desafíos logísticos y de procesos para extender la cobertura al domicilio de los pacientes, ya que uno de los mayores retos es poder brindar un acompañamiento y atención de calidad que tenga en cuenta las voluntades anticipadas de los enfermos, el buen morir y el acceso a terapias adecuadas en su entorno, junto a sus familiares.

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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