Publicidad
¿Qué mide exactamente el Índice de Percepción de la Corrupción? Opinión

¿Qué mide exactamente el Índice de Percepción de la Corrupción?

Camilo Jara Villalobos
Por : Camilo Jara Villalobos Abogado y candidato a doctor U. Edimburgo
Ver Más

La metodología esencial del Índice es tomar los puntajes de otros sondeos internacionales sobre temas como gobernanza, entorno empresarial, riesgos políticos, competitividad. Lo hace de fuentes tales como la “Guía de Riesgo País” de The Economist, el “Anuario de Competitividad” del Institute for Management Development, la “Encuesta de Opinión a Ejecutivos” del World Economic Forum y el “Índice del Estado de Derecho” del World Justice Project. Luego, con los puntajes de dichas encuestas, Transparencia Internacional realiza un proceso de estandarización estadística de las distintas fuentes, que da como resultado un puntaje único para cada país que va de 0 a 100 (donde “0” es muy corrupto y “100” muy limpio), que representa el nivel general de percepción de corrupción para cada país.


Esta semana, Transparencia Internacional publicó una nueva versión del Índice de Percepción de la Corrupción. Chile obtuvo un puntaje de 67 sobre 100 y fue calificado como el 27° país menos corrupto del mundo, el segundo mejor de América Latina detrás de Uruguay. Estos resultados son esencialmente idénticos al obtenido por nuestro país en los últimos cinco años y varias voces se han levantado criticando el “estancamiento” de Chile en la lucha contra la corrupción.

Ahora, ¿qué significa exactamente obtener 67 puntos en el Índice de Percepción de la Corrupción? No es fácil responder esta pregunta.

Como precisión previa, medir la corrupción no es tarea fácil porque esta nunca ocurre de manera pública. La literatura académica señala que la corrupción puede medirse por tres vías. Primero, a través de encuestas de percepciones. Segundo, mediante las estadísticas judiciales sobre los casos de corrupción perseguidos por el sistema penal. La última es mediante encuestas de victimización a ciudadanos o empresas sobre el pago de sobornos para acceder a servicios públicos. Así, los tres métodos son parciales y miden una parte del fenómeno.

El Índice de Percepción de la Corrupción corresponde al primer método, y está basado en las percepciones de expertos internacionales. Se trata de una “encuesta de encuestas”. La metodología esencial del Índice es tomar los puntajes de otros sondeos internacionales sobre temas como gobernanza, entorno empresarial, riesgos políticos, competitividad. Lo hace de fuentes tales como la “Guía de Riesgo País” de The Economist, el “Anuario de Competitividad” del Institute for Management Development, la “Encuesta de Opinión a Ejecutivos” del World Economic Forum y el “Índice del Estado de Derecho” del World Justice Project. Luego, con los puntajes de dichas encuestas, Transparencia Internacional realiza un proceso de estandarización estadística de las distintas fuentes, que da como resultado un puntaje único para cada país que va de 0 a 100 (donde “0” es muy corrupto y “100” muy limpio), que representa el nivel general de percepción de corrupción para cada país.

El Índice de Percepción de la Corrupción apareció cuando algunos empleados del Banco Mundial cansados de ver cómo los dineros invertidos por el banco no llegaban a destino fundaron Transparencia Internacional. Como querían atraer la atención internacional sobre el fenómeno de la corrupción, pero tenían limitaciones presupuestarias, desarrollaron la metodología antes descrita y lanzaron el primer Índice en 1995. Desde entonces se ha repetido anualmente.

El Índice de Percepción de la Corrupción ha recibido varias críticas. Una es su eventual desconexión con la realidad, ya que los expertos internacionales no tienen cómo conocer la realidad cotidiana de países donde no viven. Otra crítica recurrente es que las personas encuestadas son usualmente un grupo relativamente homogéneo de hombres de negocios blancos, de altos ingresos y basados en las principales plazas financieras, lo cual provocaría sesgos a favor de los países ricos y en contra del sur global. De hecho, numerosos análisis han mostrado que el Índice tiene una correlación casi perfecta con el ingreso per cápita.

Sin embargo, el principal problema es su escasa utilidad como herramienta para combatir la corrupción. Como el Índice entrega solo un puntaje general, pero no entrega información sobre dónde está la corrupción dentro del país, es esencialmente inútil para realizar políticas públicas. Por ejemplo, si el Gobierno quisiera iniciar una campaña de lucha contra la corrupción, saber que Chile obtuvo 67 puntos en el Índice, no da pista alguna sobre cómo orientar la lucha y los recursos.

En suma, el Índice de Percepción de la Corrupción ha sido una herramienta valiosa al atraer la atención internacional sobre el problema de la corrupción, pero hay que tener cuidado al leer sus resultados.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias