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Las deudas para este 8 de marzo BRAGA Créditos: Agencia Uno

Las deudas para este 8 de marzo

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Lidia Casas
Por : Lidia Casas Centro de Derechos Humanos UDP.
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¿Qué tendría que pasar en BancoEstado, el más usado en sectores populares, para que las mujeres solteras no tuvieran que contar con una “declaración de soltería” para disponer de aquellos fondos que están declarados como herencia? Al parecer, falta aún convicción entre sus directivos para asegurar la igualdad de género, no solo un saludo por el 8M, sino un compromiso sincero para erradicar la discriminación.


Transcurridos más de 33 años desde la recuperación de la democracia en Chile, es importante recordar que el movimiento de mujeres y feministas del país fue un activo y comprometido actor en aquella lucha, impulsando el eslogan “Democracia en el país y en la casa”. Sin dudas, en estas tres décadas hemos avanzado un largo y pedregoso camino, pero todavía hay un largo trecho por recorrer.

[cita tipo=”destaque”] Es importante valorar los pasos que se han dado, pero también los desafíos y áreas en que aún podemos avanzar. Sin duda, el rol de la sociedad civil es indispensable como fiscalizador no solo de promesas programáticas, sino de una vigilancia ciudadana en aquellos temas en que los poderes del Estado están comprometidos social y legalmente. [/cita]

El reconocimiento de la violencia como una conducta vulneratoria en contra de las mujeres en diversos espacios ha sido materia progresiva de preocupación, pero, como es de suponer, no es solo una cuestión de declaración en una ley o leyes, sino de la implementación efectiva de las distintas herramientas con las que cuenta el derecho. Los cambios avanzan con reformas legales, pero se requiere en forma decidida la implementación de políticas públicas. Por ejemplo: ¿qué campañas públicas de forma sistemática se realizarán para reducir el acoso y las agresiones sexuales en contra de mujeres y especialmente en contra de niñas en el transporte público? Una problemática como esta debe comprometer a todas las empresas del transporte, públicas o privadas, para que desarrollen protocolos claros y eficaces. El acoso en la calle y otros espacios públicos, lamentablemente, es una experiencia compartida por muchas de nosotras, especialmente cuando éramos niñas y adolescentes. Este es uno de los temas que debe salir del clóset, para que no continuemos transmitiendo a las nuevas generaciones que “así es la vida no más”.

Otra pregunta que se mantiene vigente es: ¿qué tendría que pasar entre profesionales de la salud para que no estigmaticen a las mujeres que buscan interrumpir su embarazo en cualquiera de las tres causales, especialmente en caso de violación? ¿Cómo podemos pensar que se valora la vida de ellas cuando hay médicos en provincia que se declaran objetores, negándose a realizar abortos para salvar la vida de una mujer? ¿Dónde quedó la lex artis? A la luz de largo debate que tuvimos en Chile, quizá este argumento fue solo una excusa para no comprometerse con lo más mínimo.

Otras deudas comprometen las obligaciones internacionales, como los acuerdos amistosos que Chile ha suscrito ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, y que se han guardado en el olvido. En 2007, a propósito del caso Arce y Otra ante la Comisión, se acordó la reforma del régimen matrimonial de la sociedad conyugal, pero no existen avances. Distintos gobiernos han impulsado propuestas, pero hay políticos que no están dispuestos a erradicar la condición de ciudadana de segunda categoría que sufren las mujeres casadas en sociedad conyugal para disponer de aquellos bienes heredados sin que haya una firma del marido o de un tribunal.

Aquí, las prácticas de actores públicos y privados siguen siendo brutales. ¿Qué tendría que pasar en BancoEstado, el más usado en sectores populares, para que las mujeres solteras no tuvieran que contar con una “declaración de soltería” para disponer de aquellos fondos que están declarados como herencia? Al parecer, falta aún convicción entre sus directivos para asegurar la igualdad de género, no solo un saludo por el 8M, sino un compromiso sincero para erradicar la discriminación.

Podemos decir con esperanza que la paridad de género como principio rector quedó establecido para el nuevo proceso constitucional. La existencia de la búsqueda de igual número de mujeres y varones en su calidad de expertos da cuenta de la necesidad de incorporar activa y no simbólicamente a las mujeres en distintos espacios de deliberación. Es de esperarse, así, que los partidos y alianzas políticas estén a la altura en la presentación de candidaturas para la elección de consejeros constitucionales.

Es importante valorar los pasos que se han dado, pero también los desafíos y áreas en que aún podemos avanzar. Sin duda, el rol de la sociedad civil es indispensable como fiscalizador no solo de promesas programáticas, sino de una vigilancia ciudadana en aquellos temas en que los poderes del Estado están comprometidos social y legalmente. Como me dijo muchas veces mi abuela, la vida es dura para las mujeres, y tenemos que mantener luchas en distintos frentes por avanzar por nuestros derechos.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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