Opinión
Nuestro objetivo sanitario con las infecciones respiratorias nunca más debe ser solo mitigar un desastre, una catástrofe y una crisis (pensando en las camas), sino prevenir cada contagio, cada enfermedad y cada muerte (pensando en las familias). Y esto ya es posible con #las7capas propuestas un año atrás. COVID/LongCOVID aumenta la carga de enfermedad en nuestras familias: un 10-20% de todas las personas infectadas o reinfectadas con COVID continuará inflamándose 2-3 meses después de su contagio y eventualmente presentará enfermedades agudas o crónicas que demandarán diversas prestaciones médicas, comprometerán su calidad de vida, les harán perder años de vida saludable, reducirán su productividad económica.
Incluso vacunados, todavía podemos contagiarnos con infecciones (y reinfecciones) respiratorias, incluyendo COVID/LongCOVID. Al respirar, todos generamos aerosoles respiratorios y así compartimos con los demás nuestras infecciones respiratorias a través del aire; del mismo modo, inhalamos aerosoles respiratorios ajenos y nos contagiamos: ya sea en el campo cercano (a menos de 2-3 metros de la persona fuente, incluso en exteriores) o en el campo lejano (a cualquier distancia de una persona fuente, solo en interiores). Cuando estamos infectados con COVID, podemos contagiar a otros incluso 2 días antes de sentirnos enfermos y hasta 14 días después.
Sin testearnos, no podemos adivinar quién es la persona fuente que está contagiando a los demás en un espacio público, incluso no podemos adivinar si somos nosotros mismos. Pero sí podemos aplicar principios éticos, nuevos paradigmas, evidencias científicas y tecnologías disponibles en Chile, mediante un método propuesto por el Centro de Prevención de Crisis de la ONG Desinflámate y difundido en Iberoamérica como #las7capas, para pasar de mitigar a prevenir infecciones respiratorias endémicas por VRS o Influenza (Campañas de Invierno); lograr que la actual pandemia de COVID/LongCOVID deje de ser una amenaza para la Salud Pública y aumentar nuestra resiliencia médico-social frente a futuras enfermedades emergentes transmisibles a través de aerosoles respiratorios.
En Chile, los Planes “Paso a Paso” del Gobierno del ex Presidente Sebastián Piñera y “Seguimos cuidándonos” del Gobierno del Presidente Gabriel Boric, han fracasado porque han confundido extremosamente Pandemia con Desastre vs. Normalidad y Protección Civil Sanitaria con Mandato vs. Autocuidado, ambos de una manera tan arbitraria como equivocada y sin contrapeso, control o crítica alguna por parte de los otros poderes del Estado. Esto, incluso cuando desde la academia o la sociedad civil hemos recurrido directamente a ellos intentando prevenir una crisis sanitaria, social, económica y cultural por COVID/LongCOVID.
Ignorando hitos científicos de estos últimos tres años, tan relevantes y trascendentes como #COVIDisAirborne, #VaccinesPlus y #CovidConsensus, aún hoy (marzo de 2023, 4to año de pandemia), en Chile no se está garantizando la seguridad escolar a los niños –como tampoco la seguridad clínica a los pacientes–, por una ilegítima e irresponsable decisión que han tomado deliberadamente las autoridades educacionales y sanitarias de este país, en abierta contradicción con Convenios Internacionales vigentes que las obligan a protegerlos de un modo preferente.
En vez de enmendar sus propios errores, comenzando justamente por Educación y Salud, aquellos(as) que deberían respetar y hacer respetar los Derechos de niños y pacientes, continúan incumpliendo su deber de enseñar, regular y facilitar una multicapa de intervenciones no-farmacológicas (complementarias a vacunas, test y antivirales) con estándares de calidad que permitirían cortar eficazmente cadenas de contagio aéreo en espacios públicos mediante una combinación de aire interior limpio y elementos de protección respiratoria.
Tales buenas prácticas (#las7capas) son recomendables como precauciones universales en todos nuestros espacios públicos, no solo en Educación y Salud, sino también en Transporte, Trabajo, Comercio, Turismo, Cultura y Deporte. Aire interior limpio (Ventilación CO2<550-700ppm y/o Filtración HEPA/MERV13 6-12 ACH), un avance civilizatorio en cuya implementación estamos 100 años atrasados, junto con elementos de protección respiratoria (Respiradores N95/FFP2 bien ajustados) que utilizaremos siempre cuando no haya garantía de aire interior limpio (previniendo contagio lejano, en interiores), pero también cada vez que no haya distanciamiento >2-3m (previniendo contagio cercano, incluso en exteriores), deben ser precauciones universales y requisitos de calidad/equidad para escuelas, transportes escolares, liceos, institutos y universidades seguras en tiempos de pandemia o Campaña de Invierno, como también para hospitales, ambulancias, clínicas, centros de salud y consultas médicas seguras en tiempos de pandemia o Campaña de Invierno.
Nuestro objetivo sanitario con las infecciones respiratorias nunca más debe ser solo mitigar un desastre, una catástrofe y una crisis (pensando en las camas), sino prevenir cada contagio, cada enfermedad y cada muerte (pensando en las familias). Y esto ya es posible con #las7capas propuestas un año atrás. COVID/LongCOVID aumenta la carga de enfermedad en nuestras familias: un 10-20% de todas las personas infectadas o reinfectadas con COVID continuará inflamándose 2-3 meses después de su contagio y eventualmente presentará enfermedades agudas o crónicas que demandarán diversas prestaciones médicas, comprometerán su calidad de vida, les harán perder años de vida saludable, reducirán su productividad económica o incluso podría provocar una muerte prematura… Prevenible en todo caso, porque LongCOVID aún no tiene cura, pero sí podríamos llevar su prevención primaria al siguiente nivel con #las7capas.
Desde Fundación Desinflámate para la Medicina Social, a través del proyecto AIRE y VIDA, sin fines de lucro ni conflictos de intereses, estamos poniendo a disposición de todas las madres y los padres, apoderados o tutores de Chile una Carta Descargable, para facilitar un diálogo no-negacionista entre Familias y Directores(as), como también una educación científica popular al interior de las respectivas Comunidades Educativas, liderando transformaciones y actualizaciones urgentes que no pueden esperar un cambio constitucional o una reorientación política, dado que es hoy cuando –con inexcusable negligencia– las autoridades educacionales y sanitarias están poniendo en riesgo la Salud y la Vida de nuestros hijos(as) –e integrantes más vulnerables de nuestras familias–.
