El presidente mexicano Vicente Fox, acusado de violar la Constitución tras un presunto acuerdo secreto con George Bush, deja sentado un precedente inédito en la historia latinoamericana a partir de la iniciativa del mandatario estadounidense para hacerlo intervenir en el referendo venezolano. Tal vez Chile, en el extremo sur de América, esté a la espera de su turno.
El impacto de acuerdos de carácter macro y de envergadura continental, como el que han sellado los presidentes Vicente Fox y George W. Bush, probablemente impida visualizar las razones subyacentes por las que el diferendo chileno boliviano, ya incorporado en la rutina de los medios, se convertirá en lo que Chile precisamente desea: un tema bilateral que no llegue al «laberinto diplomático continental», como dice la ministra de RREE, Soledad Alvear.
El uso que EEUU hace de la subrogancia para ejercer el poder -caso de España en el Cono Sur: ver in extensu el carácter de la visita del Rey Juan Carlos- se complementa ahora con México, un país que había hecho funcionar su diplomacia con relativa autonomía. No es un precedente único a nivel continental, porque han existido intervenciones de todos los tipos para reacondicionar las débiles democracias latinoamericanas. El caso venezolano, con el referendo apoyado por los EEUU, puede ser paradigma de estos nuevos tiempos, en los que el viejo golpe de Estado militar ha caído en desuso. Por lo menos en esta fase.
La postura de Fox, no es sorprendente, y no fue un logro de la Cumbre de Monterrey porque la «nueva alianza» Bush-Fox empezó a gestarse, paradójicamente, en el momento en que México no adhirió a la invasión de Irak. Monterrey fue, así, la puesta en escena para declarar a los cuatro vientos que aquí «está México para facilitar y apoyar que en 2005 en las Américas esté instalado el ALCA y facilitar los procesos democráticos en el continente».
Había también un acuerdo previo entre los EEUU y México, -que Fox ocultó al Parlamento- que involucraba al presidente en un rol fiscalizador en el referendo venezolano, donde Chávez se juega la presidencia.
Tiembla México
El acuerdo Bush-Fox para intervenir en Venezuela marca el estilo de los procedimientos que se imponen y rubrica una nueva fase de intervencionismo y control. Varias figuras del parlamento mexicano, especialmente del PRI y el PRD, se oponen con vehemencia ante el hecho, montado a espaldas del parlamento y de la ciudadanía. «Fox se extralimitó constitucionalmente» señalaron senadores de ambos partidos.
Políticos de centro como del CEN tricolor, por su parte, advirtieron a Fox que evite la sumisión y el entreguismo incondicional. «García Cuevas manifestó a los medios mexicanos que había sido (el acuerdo) un yerro más de Fox, en tanto que Arnaldo Chavarría y Antonio Soto del PRD expresaron que » Fox había tenido una actitud servil».
En el parlamento mexicano un amplio grupo, que probablemente integrarán miembros del Pan -el partido de Fox- exigirá una declaración enérgica del legislativo en contra de la reiterada actitud del mandatario de violar la Constitución. El respetado Senador F. Bartlett señaló que el presidente ultrajó los principios tradicionales de la política exterior mexicana.
Vicente Fox se defiende explicando a los medios y a las cadenas de TV que actúa con profesionalismo para facilitar que en América Latina se consolide la democracia y que no hay tal intervensionismo. «No somos lacayos de Bush , somos profesionales» señaló a La Jornada, el periódico mexicano más leído. Que haya pronunciado la palabra lacayo indica el grado de ingerencia de la Casa Blanca en la política exterior mexicana en esta fase de aislamiento del presidente estadounidense.
Como dijo a El Mostrador.cl un funcionario del Departamento de Estado que no concuerda con la política Bush, éste «aplicara en Latinoamérica "la política del rastrillo" para identificar aliados y disidentes. O te sometes a su política exterior o sucumbes en tus propias debilidades».
El equipo presidencial comprende un grupo de embajadores entre los que destacan aquellos en Argentina , México, Brasil. Colombia y Chile, que serán las puntas de lanza para imponer la doctrina Bush en el continente. «Todos se caracterizan por sus vínculos con la comunidad anticastrista cubana en EEUU. Todos son partidarios de la invasión a Irak, y fueron entrenados en políticas expansionistas. Es la oportunidad dorada para que EEUU asiente su liderazgo en el mundo y aproveche la oportunidad para conseguir una verdadera paz. Es una construcción de slogan que al parecer, Wolfowitz, ‘el Cardenal Richelieu de la Casa Blanca’, copió directamente del régimen soviético. Cuando se leen y se escuchan se parecen cada vez más a las oraciones de Kim Il Sung, el padre del actual mandatario de Corea del Norte. Falta que levanten una estatua a Bush, que «fue puesto por Dios», declaró Jeff Boykin a Fox News.
El punto de partida
Al aceptar intervenir en el referendo en Venezuela, México se convirtió en el punto de partida de esta estrategia. Es un país con capacidad de liderazgo en el continente y con un peso fundamental en la región centroamericana y en el Caribe. «Con esta actitud de Fox, es probable que los días de Cuba estén contados. Es cuestión de un par de años», concluye el oficial del Departamento de Estado.
Su óptica es compartida por los análisis del Institute for Policy Sudies de Washington, en el sentido de es la política unilateral la que EEUU la que comienza a implementarse en Latinoamérica.
«Las prioridades de China, Corea del Norte e Irak principalmente impedían una preocupación práctica en América Latina, pero las divergencias habidas en la reunión de la OMC en Cancún fueron el detonante para revertir una situación de «descuido», nos dijo en su oportunidad Sarah Anderson del IPS.
Bush logró con Fox lo que pocos mandatarios estadounidenses pudieron en mas de 50 años de historia política después de la Segunda Guerra Mundial. Era muy difícil conseguir un aliado con el PRI en el poder. Quizá el mas propenso a trabajar con cierto grado de subordinación fue Salinas de Gortari, que curiosamente vuelve a hacer sentir su poderío económico en el PRI y en la política mexicana en general.
Mediática moderna
Hiperpragmatismo: así se le llama un estilo "de hacer" sin demasiadas elucubraciones teóricas. Se instala y desintala una idea o un procedimiento de acuerdo a como vayan saliendo las cosas. Es el sello de las acomodaciones y las reacomodaciones para hacer funcionar un sistema -económico en primer lugar- que debe manejarse desde cúpulas políticas legitimadas a través de una impresionante inversión mediática y publicitaria.
Fox estrecha su alianza con Bush en momentos de incertidumbre en la economía mexicana. El acuerdo respecto de los emigrantes con los EEUU es para efectos mediáticos, pero la oposición interna aumenta. El crecimiento económico de México, que llego a un 6 % en la década pasada, como efecto del NAFTA, viene cayendo. Los índices demuestran que llegó a menos del 1% a comienzos de esta década y, según el World Fact Book ahora se recupera hacia el 2% (versión actualizada en Noviembre de 2003). Al mismo tiempo la pobreza dura , blanda y de todas las texturas no baja del 40% según la misma fuente.
Los matices ideológicos
Se acabaron los matices con Fox. Se destapó su alineamiento irrestricto y para mantener al PAN en el gobierno, jugó la carta Bush e intentará cumplir el rol de poder subsidiario en áreas que van mas allá de aquellas en las que México venía haciéndolo.
El PAN que rondó el centrismo en los primeros años de Fox, ahora que las cartas estratégicas estadounidenses fueron descubiertas opta por la alternativa unilateral. Los pactos que podrían haberse forjado con el PRI y el PRD, la otra mitad de los votantes de México, se obstruyeron por la injerencia de EEUU. Era de esperar que el PAN apoyara esta política. «EEUU es la potencia de turno, la tenemos a un paso, somos el país que sostiene mas issues bilaterales con ellos, sería francamente suicida una política de enfrentamiento. La autonomía relativa de antes no existe. Antes era todo o algo . Ahora es algo o nada. No hay mucho donde elegir», dice G. O. un analista de acuerdos de libre comercio mexicano.
La faceta de Fox que mas gusta a Bush es su voz decidida y fuerte para asumir liderazgos, como dejó caer el New York Times en un resumen de la reciente Cumbre, bien podría marcar la senda de otros jefes de Estado.
<B<Chile y el modelo mexicano
Chile está en una posición privilegiada para conformar la otra pinza del cangrejo que controlaría la esfera continental. Una está situada en el México de Fox, al norte, con injerencia directa en las economías y los procesos políticos de Centroamérica, el Caribe y parte del norte de América del Sur. Intervenir en el referendo de Venezuela es el punto de partida. La otra pinza, por el sur, bien podría ser Chile, dialogando y facilitando las estrategias de la Casa Blanca para fortalecer mercados y democracia. Un rol subsidiario en tamaña estructura de poder significa una oportunidad que nunca Chile había tenido en su historia -y que por otra parte nunca hubiera sido posible que se le ofreciera .
Ahora que hay un consenso nacional por la soberanía y el tema de Bolivia y la salida al mar, el mismo consenso puede contribuir a la formación de una alianza con Norteamérica. En el clima de aparente disenso con las políticas unilaterales de los EEUU por parte de Brasil y la Argentina -una disensión que esta por verse cuanto tiempo podrán mantener- la posición exterior chilena puede fortalecerse con este plan estadounidense de las dos tenazas para el control continental.
Chile si no ha discutido un acuerdo de esta naturaleza con EEUU, tiene ahora otra oportunidad de fortalecer su posición internacional. Y también para resguardarse de sorpresas futuras respecto a eventuales acciones de Bolivia. Bush abrió las cartas con la direccionalidad que lo caracteriza, sin medias tintas. Fox juega con los mismos naipes, pero con oposición parlamentaria. Y en Chile el Parlamento tiene la palabra para que el presidente no quede en la posición desfavorable en que se encuentra Fox, si es que se decide dar ese paso decisivo con respaldo político y disipar ambigüedades. En un escenario como el teóricamente planteado sólo faltaría la voz de la ciudadanía.
