Según el ex ministro Secretario General de Gobierno, que presidió en su momento el Comité Presidencial de Modernización de la Educación Chilena (1994) y el Comité Presidencial de Política de Educación Superior (1990), la creación de organismos autónomos para administrar procesos complejos, se hacen con pocos recursos y no pensando en el largo plazo.
Para José Joaquín Brunner el ‘error informático’ que se produjo en el proceso de asignación de créditos para la educación superior, corresponde a un problema estructural de los organismos del Estado, más que a un tema particular del Ministerio de Educación (Mineduc).
Según el ex ministro Secretario General de Gobierno, que presidió en su momento el Comité Presidencial de Modernización de la Educación Chilena (1994) y el Comité Presidencial de Política de Educación Superior (1990), la creación de muchos organismos autónomos para administrar procesos complejos, se hacen con pocos recursos y no pensando en el largo plazo.
Aunque prefiere no pronunciarse con respecto a si este hecho afectaría la eventual nominación de Pilar Armanet como ministra o la continuidad de Marigen Hornkohl en la cartera, señala que un "error" como el conocido por la opinión pública estos últimos días, debe ser considerado en el marco de un encuadre más general al momento de su evaluación.
Problema estructural
-¿Cómo interpreta lo sucedido en el Ministerio de Educación? ¿Es un error informático o un problema estructural del sistema?
-Creo que el hecho real es que hay básicamente un error informático, que posteriormente desencadena una serie de consecuencias. Pero aquí también hay otro tema, que tiene que ver con el hecho de que el Estado en Chile, muchas veces busca crear organismos con relativa autonomía para manejar procesos complejos, que tienen que ver con la vida académica o con otras esferas del aparato público.
El problema es que (el Estado) no los hace con suficiente tiempo; no invierte suficientemente en crear las capacidades para esos organismos; no les permite actuar con el personal que requieren actuar. Yo creo que eso, a esta altura, está empezando a ser un error que puede tener consecuencias, como hemos visto en este caso, en todas aquellas esferas en que el Estado por si solo no puede regular las cosas.
Esto pasa en el ámbito del medio ambiente, de la educación, de la educación superior. El Estado tiene la intención de crear estos organismos, pero lo hace, digamos, bajo presión, con pocos recursos y no pensando en el largo plazo, yo creo que ese es un problema estructural.
-¿Estima que este tipo de problemas pueden llegar afectar la nominación de Armanet y Hornkohl al Mineduc?
-Mira, me siento tan ajeno a ese tipo de discusiones y la verdad es que no sé, porque la verdad es que estamos hablando de 20 cargos en el país, sobre los cuales decide una persona, que es la Presidenta electa. Ahora, en realidad son tantos y tan complejos las variables que consideran los Presidentes al hacer estas designaciones.
A mí me tocó conocer en un tiempo de cerca esto, que la verdad yo creo estos elementos por cierto que entran en las consideraciones; ahora, cuán decisivos van a ser o no, dependerá exclusivamente de la persona que hace sus designaciones.
-En todo escándalo es sólo de dos nombres de los que más se habla -Pilar Armanet y Marigen Hornkohl, pero en el Mineduc también está Cristián Cox, en definitiva ¿Cuál es el perfil que debe tener el futuro ministro o ministra de Educación?
-Lo que pasa es que no hay un perfil ideal; depende mucho de la naturaleza del Gobierno mismo y del equipo de la Presidenta; depende mucho del énfasis que quiera poner en los asuntos de su programa de esta área en lo educacional. ¿Cuál va a ser la persona más ideal? Perdona que no lo diga, no creo que haya un perfil ideal.
Hemos visto pasar muy distintos perfiles con distintos grados de éxito en el Ministerio de Educación (Mineduc) durante los últimos 10 años. Gente que viene del mundo político académico, como Ricardo Lagos; gente que viene del mundo estrictamente académico, como Ernesto Schiefelbein; gente que viene del mundo político y de la gestión política, como Sergio Bitar; gente que viene del mundo educacional y político, como Mariana Aylwin.
Son distintos perfiles y la verdad es que no necesariamente uno es excluyente del otro. Lo que importa es qué es lo que quiere la Presidenta que sea ese ministerio durante los próximos años y eso va a determinar quién es el tipo de persona más conveniente. Si este va a ser un ministerio de administración y de gestión de programas que ya están en marcha; va a ser un ministerio para hacer innovaciones importantes; va a ser un ministerio con mucha o poca carga legislativa; el centro va a estar puesto en la educación preescolar y la atención temprana de los niños, cosa que la Presidenta subraya mucho… Bueno, eso te hace en cada caso decidir un perfil distinto, de modo que yo no soy una de las personas que crea que hay un perfil único e ideal.
Por ejemplo, hay personas que dicen que el ministro tiene que ser un experto en educación, yo he escuchado gente que dice eso y argumentos a favor de eso, pero a mí no me convence. Creo que puede ser un experto educacional o también una persona que no tenga experticia en ese campo, pero que es una persona inteligente, con capacidad de gestión y que se hace muy rápidamente de los problemas en educación.
«No quiero participar en este festival»
-¿Y dónde está el énfasis del programa de Bachelet para los próximos años?
-El programa tiene un énfasis muy decidido en extender la cobertura y elevar la calidad, en definitiva, hacer una especie de pequeña revolución en el terreno de la atención temprana de los niños y la educación preescolar, y eso por motivos básicamente de equidad, de crear igualdad de oportunidades al nacer y no esperar que las desigualdades terminen imponiéndose durante esos seis años con más fuerza, que la desigualdad con que ya nacen nuestros niños.
Entonces, ese es un foco muy presente en su programa. Veo también un foco muy fuerte también puesto en mantener y ampliar la capacidad de la educación superior, de darle acceso a los jóvenes que completan su educación secundaria y un vínculo entre la educación superior, sobre todo las universidades, con capacidad de investigar, en relación con la innovación y la competitividad de la economía, ese sería un segundo foco.
Y por cierto, hay un tercer foco que tiene que ver con una tarea que ha quedado pendiente de este gobierno, pero que ella lo asume con mucha fuerza en su programa, que es la de la subvención diferenciada para los alumnos de la educación básica que provienen.
-¿Qué nombres le suenan para el ministerio?
-No me suena ninguno y me voy a excusar porque no quiero participar en este festival, que a esta altura encuentro casi caricaturesco, de gente que se autoproclama, de gente que nombra otros nombres, a veces para quemarlos, otras veces para ayudarlas… Como si esto fuera un gran bazar, encuentro que en realidad tiene tan poco que ver con las decisiones que toman los Presidentes que lo único que uno hace es quedar en vergüenza. Paso en esta pregunta.
-¿Pero internamente tiene sus preferencias?
-No tengo ningún tipo de preferencias. Ojalá que sea alguien que tome con enorme entusiasmo y vocación uno de los sectores más importantes para el país, es lo único que espero y por supuesto que voy a estar ahí para colaborar.
-Finalmente, ¿Está de acuerdo con las "cabezas que han rodado" en este caso?
-No, creo que este no es ejercicio de renuncia. Estos son problemas típicos que se causan cuando uno no tiene claramente definido y no ha creado estos organismos con toda la solidez que se requiere y el organismo es el que tiene que asumir las responsabilidades. La asumió ya su director ejecutivo y el que tuvo a cargo los procesos informáticos, eso me parece bien. Ahora, el consejo deberá esperar que concluya este proceso, que es delicado, que se ha visto dañado en esta etapa, y después ellos verán si en realidad están dispuestos y en condiciones de seguir o le dan el paso a otra gente, pero creo que eso lo tendrán que decidir los propios miembros del consejo.
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