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‘Camilo Escalona no es capaz de dialogar con todos los sectores del partido’

A juicio de la parlamentaria, el timonel socialista »no es un conductor en el sentido de generar espacios para que la gente reflexione y producto de esa reflexión, por mayoría se pongan los consensos». Agrega que una situación que grafica esta situación es lo ocurrido con el senador Carlos Ominami.


"Siempre se inventa cualquier cosa", ironiza la diputada Isabel Allende cuando se le pregunta si su ausencia en el acto de aniversario del Partido Socialista (PS) respondió a una protesta hacia la conducción de Camilo Escalona. Es que la parlamentaria, que compitió con el senador por la presidencia de la tienda, mantiene una mirada crítica de la gestión que éste ha hecho. Por eso, llamó la atención que no estuviera en el Teatro Caupolicán el viernes pasado.



Explica que previamente se había comprometido asistir a una cena en Rancagua, donde compartió con el ex dirigente Carlos Altamirano, el diputado Alejandro Sule (PRSD), el senador Juan Pablo Letelier (PS), y representantes de las bases del partido. Asegura que "no me arrepiento" de haber optado por mantener la cita en la VI Región.



Justamente una de las críticas que tiene Isabel Allende de la directiva actual es que, a su juicio, ésta no va a regiones, por lo que tiene poco contacto con las bases.



Afirma que Escalona tampoco tiene una relación fluida con sus parlamentarios, al punto que señala que cuando hay reuniones de la bancada del PS "él no va". Según la parlamentaria, en un año, el timonel de la colectividad solo ha tenido dos encuentros con la bancada.



Ahora mira con inquietud lo sucedido con el senador Carlos Ominami, después de que éste votara en contra del proyecto de depreciación acelerada, por lo cual Escalona lo acuso de querer convertirse en "el Altamirano de Bachelet".



Para Isabel Allende dicha calificación "no sólo es una extrapolación absurda, no estamos viviendo la Unidad Popular ni nada que se le parezca, entonces no tienen ninguna razón de ser. Además si con eso intenta denigrar a alguien que fue un dirigente muy importante como Carlos Altamirano, tampoco tiene sentido. Camilo Escalona no tiene por qué recurrir a las descalificaciones, más bien lo que tiene que hacer es dialogar, y dialogar no con cualquiera. Carlos Ominami a lo mejor va a estar más de acuerdo o menos de acuerdo, pero es una persona que de economía sabe y que, por lo tanto, lo mínimo que se debe y se merece es un espacio con respeto donde él pueda hacer sus planteamientos, y eso no lo sabe hacer Camilo y no lo hace».



"El tiempo nos ha dado la razón"



-¿Cómo evalúa la gestión de Camilo Escalona?
-Ha jugado un rol que es muy importante, en el sentido de que el Partido Socialista es absolutamente claro su lealtad con la Presidenta. En eso el rol de Camilo encabezando el partido era absolutamente lo predecible y lo normal, estamos todos de acuerdo. Además lo dijimos siempre, en la campaña se desató una polémica a mi juicio bastante artificial cuando nosotros dijimos que éramos 100% leales, no necesariamente incondicionales. Creo que el tiempo nos ha dado la razón, han surgido temas que no estaban en la agenda, han existido de repente situaciones difíciles, y además hay impasses que son inevitables. Estoy muy de acuerdo con el apoyo que se le ha entregado a la Presidenta, estoy muy de acuerdo en que el partido esté ordenado en torno de los desafíos de la Presidenta.



¿Cuál es la crítica que yo le hago? Débil la conducción, Camilo no es capaz de dialogar con todos los sectores del partido. Débil en el sentido de que no genera un espacio de reflexión colectiva, apela a la disciplina, pero no va al mismo tiempo haciendo reflexiones. Es incapaz de generar espacios de reflexión. Creo que los diputados, los senadores podemos votar con mucho más gusto proyectos del gobierno, que previamente han sido discutidos. No hay instancias para la reflexión, y esa es la gran debilidad de Camilo Escalona: no es un conductor en el sentido de generar espacios para que la gente reflexiones y, producto de esa reflexión, por mayoría se pongan los consensos.



Eso por un lado, y por otro, no tengo ninguna duda de que sigue el partido exactamente igual como estaba antes de la elección y después de la elección, que es un partido que no se relaciona con sus bases, los dirigentes están en Santiago pero muy rara vez salen, salvo que vayan a su propia circunscripción. Normalmente no hacen giras los miembros de la mesa, los miembros de la comisión política dialogan poco con la base, mucho menos con los dirigentes sociales y yo siento que este partido ya debería irse preparando para las municipales.



-Por esta falta de instancias de reflexión que usted habla ¿a su juicio, el senador Escalona tiene responsabilidad en el surgimiento de los llamados díscolos?
-Claro, si hubiera mayor espacio de diálogo, evidentemente que sería distinto. Hay un grado de responsabilidad, porque es incapaz de generar espacios, sus respuestas siempre son iguales: o no está en el programa y por lo tanto no se discute, o apela a la disciplina férrea. Ahí hay un error. No toda la responsabilidad es de él, porque hay díscolos porque son díscolos, porque les gustó ser díscolos. No justifico los díscolos, creo que no hay ninguna necesidad. Lo que sí creo es que serían distintas las conductas de los parlamentarios si tuvieran ese espacio.



-¿El caso del senador Ominami y la depreciación sería una expresión de esta falta de diálogo?
-La situación con Carlos Ominami sirve para graficar que si el partido hubiera tenido un espacio de reflexión, habríamos podido a lo mejor convencernos de que a pesar que se podía ser muy crítico, había que apoyar el proyecto por A, B o C razón, o no. Pero ese espacio no se dio.



-Después de la votación sobre la depreciación acelerada ¿conversó con Ominami?
-Conversé la misma noche de la votación, cenamos juntos en Valparaíso, porque yo quería conocer su opinión, y me explicó su posición. La línea argumental de Carlos era decir que no estaba disponible porque no había una compensación para las pequeñas empresas y ya cuando se vino a ofrecer, era muy tarde. Si hubiera habido un espacio de reflexión, el gobierno pudo haberse dado cuenta además que era muy acelerado lo del proyecto, que era preferible darle un tiempo más, dar un espacio para un acuerdo mayor, que era ver si efectivamente se podía hacer un marco de acuerdo más potente con las Pymes, haber conversado más con los distintos actores, en lugar de haber hecho la estrategia que hizo (Andrés) Velasco que aceleró, aceleró, con los resultados que tuvo.



-¿En este escenario, Carlos Ominami no aparece haciéndole el juego a la derecha?
-No, la derecha jugó una movido política muy oportunista pero muy eficaz, porque se dio cuenta que no había los votos y decidió simplemente desmarcarse y pasarle la cuenta al gobierno. Que en eso haya coincidido Carlos Ominami en realidad es lamentable, pero no es que le esté haciendo el juego a la derecha. La derecha se dio cuenta de que con esta conducta se iba a perder el proyecto y se asestaba un golpe al gobierno y, de paso, un rayón importante al ministro de Hacienda. Ellos fueron hábiles.



-¿Y frente a esta habilidad de la derecha se hace un llamado de atención a la Concertación que si no se ordena se arriesga a perder?
-Hubo un mensaje para el gobierno, por supuesto para el ministro Velasco y es un llamado de atención para todos nosotros. O sea, no podemos seguir así, y por eso yo era partidaria de que se hiciera la reunión de la Concertación, porque ese espacio nos hace falta colectivamente. Me habría gustado en la medida que hubiéramos hecho no un tipo de reunión donde todo está dicho o participan solamente los presidentes de partidos y los jefes de bancada, si no un lugar donde hubiera un espacio real para que los ministros hubieran escuchado y los parlamentarios hubieran hablado. Como estamos tan enredados se prefirió esperar hasta el 21 de mayo, eso también es razonable tal como estaba el ambiente, mejor sacar los desafíos que hay en este momento y concentrarnos después. Claro que es un llamado de atención, no puede un gobierno quedarse indiferente cuando sus propios parlamentarios no votan un proyecto importantísimo para el gobierno. Algo anda mal.



"Me encantaría un desafío senatorial"



-¿Qué planes tiene para su futuro político?
-Primero el partido tiene que resolver un tema que aparentemente sólo afectaría a los diputados, no a los senadores. No se en qué condición vamos a quedar. Si la decisión es mantener esta norma en torno a que no se puede ir a la reelección quienes tenemos más de dos periodos, no podría ir a la reelección, eso lo tendrá que determinar el partido. A mí me gusta el Parlamento, me gustaría estar por un periodo más, sea como diputada o sea como senadora. Si se resolviera que no, obviamente hay que inventarse otra cosa.



-¿Le gustaría postular al Senado?
-Este vez espero que si se toman resoluciones, se tomen resoluciones con el debido tiempo, no puede ser que a mí me ofrecieron finalmente dos meses antes, cuando incluso estaban cerrados los cambios electorales. Ahí faltó generosidad, y no sólo del partido, si no en este caso del PS-PPD. Me encantaría un desafío senatorial, siempre y cuando hubiera una posibilidad clara, con la suficiente antelación, para poder decir OK, sino no, yo estoy feliz como diputada por Puente Alto.



-Esta semana estuvo marcada por la presencia de José Miguel Insulza ¿Cómo ve sus posibilidades de ser el candidato del PS?
-Hay que atenerse a lo que el propio José Miguel dice, que es demasiado prematuro estar hablando de precandidaturas y candidaturas menos.



-Ya una vez Camilo Escalona lo proclamó en el PS.
-Fue un error y claramente debe haber sido considerado así, porque después de eso nunca más Escalona volvió a proclamar a José Miguel. Después tuvo en varias declaraciones al respecto, yo siempre he considerado que es un error, pero no es el momento para estar abordando el tema, estos son demasiados momentos importantes para el gobierno actual, no debemos estar pensando qué va a pasar en tres años más. Es evidente que hasta que hayan pasado las municipales no vamos a destapar realmente las candidaturas presidenciales.

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