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Gobierno aplaza respaldo a creación de área protegida para la ballena azul

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Proyecto busca declarar como Área Marina Costera Protegida la zona entre el sur de Chiloé y el archipiélago de las Guaitecas, en la X y XI regiones. Sus detractores, entre los que se cuentan Ecoceanos y la Conapach, consideran que el proceso ha sido poco transparente y que tiene un trasfondo de intereses económicos, que va en desmedro de los pescadores artesanales.


Los coletazos de los opositores al proyecto del Área Marina Costera Protegida (AMCP) en el Golfo de Corcovado se hicieron sentir este miércoles en la reunión de la Comisión Nacional del Uso del Borde Costero, que optó por detener el proceso, aplazando la decisión del Gobierno de apoyar esta iniciativa.



Entre los asistentes a la comisión se encontraban los ministros de Defensa, José Goñi, de Vivienda, Patricia Poblete, de Obras Públicas, Eduardo Bitran, y de Bienes Nacionales, Romy Schmidt. Además, participaron entidades ambientales y representantes de la Conapach y otros sectores productivos de la zona.



El área en cuestión busca proteger las cerca de 200 ballenas azules que habitan el sector y abarca 51 mil kilómetros de aguas de la zona entre el sur de Chiloé y el Archipiélago de las Guaitecas, en la Décima y Undécima regiones.



La comisión, presidida por Goñi, decidió retrasar la validación al proyecto hasta que se realice un proceso de consulta pública que incluya a todos los sectores involucrados, entre ellos los pescadores artesanales, unos de los principales opositores al proyecto.



De hecho, uno de los aspectos que más objetan, y que hicieron ver durante el encuentro, es la falta de información a la que han tenido acceso respecto de la iniciativa y los alcances que ésta tendría para el sector.



Esta mesa de trabajo multisectorial tendría su primera reunión en octubre en la isla de Chiloé y estaría conformada por representantes de la Confederación Nacional de Pescadores Artesanales de Chile (Conapach), grupos medioambientalistas y el Gobierno Regional, entre otros.



Otro punto cuestionado, esta vez por Bitran, tiene relación con el impacto de las obras públicas, ya que es un área de creciente transporte marítimo y como la propuesta no establece controles claros para la actividad industrial, se prevé un aumento en la circulación.



Los detractores



Muchas son las miradas que están sobre este proyecto, entre las que se cuentan organismos medioambientales y científicos, tanto a favor como en contra, autoridades regionales, pescadores y trabajadores.



Entre las ONG detractoras, se encuentran el Centro de Conservación Cetácea y Ecoceanos. El director ejecutivo de esta última, Juan Carlos Cárdenas, considera que el "trasfondo" del asunto va mucho más allá de la voluntad de proteger a las ballenas.



"Simplemente es una forma encubierta de privatizar un área para luego licitarla y así promover el desarrollo de oportunidades en el negocio turístico. De lo contrario, no se explica la gran dificultad que ha existido en el proceso para conocer sus reales alcances", opina.



Justamente en frente del área en cuestión se encuentra el Parque Tantauco, perteneciente al empresario y candidato presidencial de Renovación Nacional (RN), Sebastián Piñera.



Y otro hecho que llama la atención de Cárdenas es el enorme interés de Bernardo Matte, presidente de Colbún, que se ha coordinado con otros empresarios para impulsar la creación del Área Protegida.



Para el veterinario, este tipo de "coincidencias" explicarían por qué se eligió el lugar en cuestión y el gran lobby que ha tenido desde diversos sectores, siendo que según la información científica "el mayor índice de avistamientos de ballena azul se encuentra en el noroeste de la isla de Chiloé y no en el Golfo de Corcovado. Esto deja fuera de el área protegida a cerca del 60% de la población de ballenas azules que hay en Chile".



La pesca artesanal



Otros críticos a la iniciativa impulsada desde hace dos años son los pescadores artesanales de la zona, que sienten que no han sido tomados en cuenta y que no se les ha informado con transparencia acerca de cómo serán las reglas del juego.



En suma, no saben cómo afectará el proyecto a su sector. Si bien, se les dijo que las actividades que se realicen hasta la aprobación del decreto no tendrían cambios, los proyectos futuros deberían contar con un Estudio de Impacto Ambiental (EIA) y eso podría tener consecuencias.



"Por ejemplo, actualmente estamos solicitando áreas de manejo que aún no están otorgadas porque el trámite es bastante largo. ¿Y qué pasará si esto se aprueba y aún están en solicitud? Y si algún pescador quiere hacer un cultivo ¿no podrá?.No tenemos información al respecto ni tampoco de los reales alcances de esto", detalla Cosme Caracciolo, presidente de la Conapach.



Coincide con Cárdenas en que el apuro dado al proyecto en los últimos meses está relacionado "con un gran negocio turístico".



En todo caso, sostiene que si pueden despejar todas las dudas no se opondrán al proyecto, siempre y cuando no "se termine considerando a los pescadores artesanales como parte de la biodiversidad y una mera atracción turística".



Los impulsores



Doce son las ONGs que han apoyado la iniciativa. Entre ellas se encuentra la World Wildlife Fund (WWF), Greenpeace y el Centro de la Ballena Azul, presidido por el biólogo marino Rodrigo Hucke, y descubridor de la existencia de ballenas en Corcovado.



David Teckling, coordinador de WWF, está de acuerdo con que se haya solicitado una mesa que impulse un proceso sistemático y bien estructurado con los actores, pero le preocupa "que no se haya definido quién es el responsable de armar los hilos de la propuesta y los plazos en que deberá realizarse, porque todo el esfuerzo puede perderse entre miles de intereses".



Frente a las críticas de los opositores, sostiene que se confunden demasiadas cosas y que existe suficiente base científica que avala la existencia de ballenas en la zona. "Estamos convencidos que esta es un área de suma importancia a nivel global. Y hay que tomar en cuenta que el sector del Golfo anticipa enorme crecimiento en la actividad económica, por eso ahora es el momento de protegerlo, porque en un par de años más será muy difícil".



Coincide plenamente con esta visión el coordinador de estrategia y planificación del Centro de la Ballena Azul, Maximiliano Bello, y agrega que es necesario mirar la propuesta con altura de miras y no centrarse en especulaciones de ciertos sectores.



Argumenta que ellos han promovido reuniones con la gente de la zona, pero que el principal impulsor debería ser el Estado. Pero está optimista, porque considera que lo "de hoy fue una postergación, pero hay una voluntad de todos los actores de seguir estudiando el tema".



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