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Del lavado de imagen corporativo al compromiso con los DD.HH. y laborales

El secretario internacional del famoso modelo de gestión, Eduardo Campos de Sí£o Thiago, conversó con el El Mostrador sobre los alcances de este salto cuántico en Responsabilidad Social. Un hito que busca involucrar a organizaciones civiles y gobiernos, además de empresas. Por eso la filantropía quedará a un lado y comenzarán a estandarizarse aspectos relacionados con la protección de los trabajadores, el cuidado ambiental y la atención de los derechos de las personas. Una revolución que t


Tras sus difundidas normas de sistemas de gestión de la calidad y control medioambiental, la Organización Internacional de Normalización (ISO) ¬-¬líder mundial en el desarrollo de normas para productos, servicios y prácticas de gestión- está promoviendo y coordinando, desde el año 2005, la elaboración de la norma ISO 26000.



La futura ISO 26000 será la base de lo que se entenderá por Responsabilidad Social en todo el mundo, dado que sus contenidos orientarán a organizaciones y empresas en la aplicación de valores, principios, procesos y prácticas en temas tan amplios como los derechos humanos, el medio ambiente, asuntos laborales y el trabajo con los consumidores y la comunidad.



En el marco de esas actividades, Chile fue distinguido como anfitrión de la VI Reunión del Grupo de Trabajo de Responsabilidad Social, donde más de 400 delegados de 80 países debatirán y aprobarán los principales contenidos de esta nueva norma internacional. La cita, organizada por el Instituto Nacional de Normalización (INN), se llevará a cabo en Santiago entre el 1° y 5 de septiembre de este año y convocará además, a un centenar de representantes de organismos internacionales como la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y Global Reporting Initiative (GRI), entre otras.



Para dar a conocer los principales avances de la futura norma y proyectar su innegable impacto en el mercado, el INN organizó dos seminarios previos a la cumbre de septiembre. El primero de ellos se realizó en Casa Piedra la semana pasada y contó con la intervención del Secretario Internacional de ISO 26000, Eduardo Campos de Sí£o Thiago, miembro del Grupo de Trabajo ISO encargado de liderar la discusión sobre la norma.



En conversación con El Mostrador.cl, el experto brasilero aclaró que ISO 26000 está concebida para ser más que una guía para aplicar lo que en Chile conocemos como "responsabilidad social empresarial (RSE)", especialmente a nivel de grandes corporaciones, puesto que al abreviar el término a Responsabilidad Social, el documento amplía y enfatiza su alcance a todas las organizaciones sociales, ya sean públicas o privadas.



"No se puede negar que la Responsabilidad Social es un tema que partió de las industrias, pero en la fase de estudio de la norma, percibimos que ésta no era sólo exclusividad de los empresarios sino que atañe también a toda la sociedad. Entonces se decidió quitarle el carácter corporativo para abarcar todo el universo de organizaciones sociales que trabajen bajo criterios de Responsabilidad Social, incluidas las empresas", explica Campos de Sí£o Thiago.



Según señala el experto, el concepto y la propia norma buscan ir más allá del clásico ejercicio filantrópico (como suele asimilase en Chile), y abordar el trabajo de las organizaciones con todos sus stakeholders o públicos de interés, sean internos o externos, en las relaciones con sus propios trabajadores, sus vinculaciones con los consumidores o usuarios, y en general, con la comunidad que circunda sus actividades productivas.



"Apadrinar colegios, hospitales y niños no es el concepto que persigue la ISO, que busca conceptos más genéricos relacionados con la protección de los trabajadores, el cuidado ambiental, la atención de los DD.HH., las buenas prácticas laborales y no necesariamente, con elementos filantrópicos, que está muy bien que las empresas lo hagan, pero no es el propósito ni el fin de este proceso. La norma apunta a otra cosa", destaca el Secretario Internacional de ISO 26000.



Existe cierta tendencia a pensar que algunas grandes empresas usarían la Responsabilidad Social como una herramienta para "lavar imagen" respecto de prácticas cuestionables en materia ambiental, por ejemplo. ¿Cómo la norma pretende cubrir ese tipo de aspectos?



-Esa es una discusión interesante que así como se da en la opinión pública, también se vivió al interior de nuestro Grupo de Trabajo. Pero no hay que confundir a la opinión pública con procesos paralelos. Uno es el que nosotros hemos iniciado con ISO y en ese sentido, es importante que la norma no se convierta en la idea de las sepulturas blanqueadas, bonito por fuera más no por dentro. La idea es que la norma brinde orientación para las organizaciones que realmente quieren modificar sus prácticas en todo ámbito, no solamente parecer que lo hicieron.



Ha dicho que la norma también incluye aspectos de tipo laboral. ¿Qué significa una organización socialmente responsable en la relación con sus trabajadores?



-Las organizaciones no solamente deben cumplir aquel mínimo que la ley establece, por ser obligatorio, sino que eventualmente debieran evaluar acciones adicionales que vayan más allá, como de hecho ya lo hacen muchas. La norma intenta definir esas cosas específicas, de tal manera de complementar la serie de normas internacionales y documentos de protección hacia el trabajador.



Considerando la capacidad de penetración de ISO en el mundo, ¿cuáles son las expectativas cifradas en el futuro de esta norma?



-Las expectativas son altas. La Responsabilidad Social es un tema "de moda", hay muchas empresas que efectivamente hacen evaluaciones y reportes; ONG’s que entregan premios o distinciones, y eso nos evidencia que existe un interés sobre el particular. Por otro lado, la gran cantidad de participantes en la elaboración de la norma también es un buen indicador. Son virtualmente casi todos los países del mundo los involucrados y todos los grupos de interés (stakeholders). Sin embargo, luego de su publicación, una norma de esta naturaleza necesita de la concientización, internalización y divulgación en todos los segmentos de la sociedad civil.



¿Cuál ha sido la posición de los gobiernos respecto a ISO 26000?



Hoy está más en el discurso, pero falta mucho para que los gobiernos se involucren. La prueba está en la poca participación del sector gubernamental en la mayoría de los comités nacionales de ISO en el tema. A veces porque no les conviene o porque no entienden que es una herramienta para el desarrollo.



¿Cree que en este tema, el mundo y especialmente las grandes corporaciones, están preparadas para implementar normas voluntarias como ISO 26000?



-Fue una decisión importante al interior del Grupo de Trabajo que la norma no se tornase obligatoria, sino que fuera una guía orientadora de naturaleza voluntaria. La fuerza de la norma está en su adhesión, no en la fuerza de la ley. Además, no hay que olvidarse de las fuerzas del mercado, entonces no tengo dudas que una vez publicada, la norma será implementada por muchas de las grandes empresas que mueven el mundo.



¿Piensa en algún ejemplo en particular?



-El gigante petrolero Petrobras es una compañía de influencia fuertísima en Brasil. Ellos están atentos a nuestro trabajo y tienen a uno de sus expertos en los grupos de trabajo de ISO, lo que nos indica que implementarán la norma prácticamente apenas se publique. Entonces eso genera en el mercado un efecto multiplicador. La experiencia demuestra que en varios casos, aunque se trate de normas voluntarias de asumir a nivel internacional, al final la práctica las torna "obligatorias", por la vía de los contratos, por ejemplo. Entonces la norma tiene el poder de estimular al mercado para que trabaje en el marco de un determinado nivel de exigencias.



O sea, ISO está apostando a ese tipo de impacto y penetración.



-Aún es temprano para poder proyectar eso, pero estamos seguros que si bien ahora no es posible precisar el tamaño del impacto de la norma cuando sea publicada, estamos seguros que será muy grande. Es que ISO 26000 vendrá a cambiar la forma y la mentalidad con que las organizaciones están operando actualmente la Responsabilidad Social. ISO 26000 tiene un fuertísimo potencial para generar cambios. El interés en ella será alto siendo o no certificable, porque las empresas verán en la norma una herramienta muy útil para mejorar su desempeño.



¿La Responsabilidad Social debiera ser parte del plan estratégico de toda organización?



-Existen diversas estudios que, efectivamente, manifiestan un impacto financiero positivo en las empresas que se preocupan del tema. Hay indicadores muy claros que demuestran que la sociedad civil tiene la tendencia a presentar mejor buena voluntad con las empresas que trabajan con Responsabilidad Social porque las sienten más cercanas a la comunidad. Por lo tanto, ese tipo de acciones tienen que estar definitivamente asociadas a los objetivos estratégicos de toda organización. Por eso es que no se convierten en costos, si no en inversiones.



¿La reunión de Santiago será clave para el futuro de la norma?



-Muy clave, pues pensamos mutar a una etapa más adelantada en el proceso. Nuestro interés es que todos los puntos de vista sean contemplados en un documento único que contenga las diferentes perspectivas de los stakeholders. Por eso no ha sido sencillo construir el consenso. Pero estamos logrando éxito y esperamos que la reunión de Santiago finalmente nos acerque a lo que será el texto final. Después de Santiago estaremos próximos para pensar en la publicación de la norma el año 2010.










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