Aunque el discurso oficial de la derecha es que el Presidente electo tiene total libertad para elegir a quienes lo acompañarán en el primer gobierno del sector después de 52 años, lo cierto es que los partidos mueven sus fichas y presionan. El timonel de RN se ha encargado de mandar el mensaje que si Longueira entra, la compensación natural sería que Andrés Allamand también encabece una cartera.
La conformación del primer gabinete de Sebastián Piñera ha dado para varias especulaciones. Una es la posibilidad de que parlamentarios del sector sean llamados a ocupar cargos ministeriales. Y aunque el discurso oficial en RN y la UDI es que se ha dejado al Presidente electo toda la libertad para seleccionar a quienes lo acompañarán en su gobierno, lo cierto es que subrepticiamente se intenta tener algún grado de influencia en la decisión. Particularmente en el caso específico de los legisladores.
Este aspecto ha sido tema tanto al interior del gremialismo como en Renovación Nacional. Tanto, que en Antonio Varas, es el propio timonel quien pretende bloquear la llegada de Pablo Longueira a un ministerio poniendo como moneda de cambio la incorporación de Allamand para compensar el tonelaje político del líder UDI.
Si alguien ha sido transparente en esta materia es justamente el senador gremialista, quien desde hace varios meses viene manifestado abiertamente su deseo de desempeñarse en una cartera social. Se habla de que esta podría ser Vivienda, pero él ha señalado que si no cualquier otra que le permitiera desarrollar sus inquietudes en esa área. Justamente esa disposición no sólo abrió la polémica al interior de las filas de su tienda, sino que inmediatamente encendió las alertas de los socios de pacto.
[cita]Por lo pronto, las especulaciones no paran. Se dice que Piñera ya le ofreció la cartera de Trabajo a Lavín y que a Vivienda iría Longueira, quien sería reemplazado en el Congreso por el actual presidente de la Cámara, Rodrigo Álvarez.[/cita]
Al timonel de Renovación Nacional, Carlos Larraín, pocas cosas le pasan inadvertidas y ésta no fue una de ellas. A raíz de las intervenciones del parlamentario gremialista, sutilmente primero, luego bastante más abiertamente, el máximo dirigente de RN comenzó a promover la llegada de Allamand, quien empezó a sonar en la prensa como uno de los candidatos de RN para dar el salto del Legislativo al Ejecutivo. En la tienda afirman que el timonel ha planteado que si el senador de la UDI llega al gabinete, entonces se esforzará para que lo propio ocurra con su par de RN.
A fines de enero, Larraín señalaba que “si se requiere reclutar a una persona de las capacidades de Andrés Allamand, de pronto hay que hacer el sacrificio. A mí no me gusta el esquema, pero excepcionalmente puede justificarse para reclutar a gente de mucha valía”.
Pero en el partido no existe gran entusiasmo para que eso se concrete. Si bien Larraín ha recibido el apoyo de su entorno más cercano en este afán, lo cierto es que en RN existe un debate similar al que se ha dado en la UDI. No son pocos los que estiman que “no tiene sentido debilitar la bancada, para ir a ocupar un cargo al Ejecutivo, cuando debe haber suficiente gente bien preparada para eso”. Aunque en RN también admiten que no deja de ser tentador que de sacar a un senador se lo pueda reemplazar a dedo por alguien del partido. Incluso, no faltan los que ven que tras esta maniobra Larraín tenga en mente colocar en el Congreso a alguien más cercano a su redil.
Más suspicaces aún son aquellos que ven en esta iniciativa de Larraín la sola y única idea de “bloquearle a Longueira la llegada a un ministerio. En el fondo, no es que quiera verdaderamente que Allamand sea ministro, sino que pretende evitar que Longueira lo sea”, dice una fuente de Antonio Varas, porque efectivamente su primer apronte sobre el tema es que no le agrada la idea de que parlamentarios pasen a los ministerios.
Entonces, con esta “movida”, añade, el timonel de RN apunta a evitar que el senador de la UDI pudiera llegar a tener una plataforma desde donde convertirse en un peligro inminente, con miras a la próxima disputa presidencial. Esto considerando que la aspiración del sector es que “si Piñera hace un buen gobierno, los cuatro años podrían convertirse en doce”.
Adelantándose a este escenario, al presidente de RN se le habría puesto entre ceja y ceja frenar el ingreso de Longueira al gabinete, estrategia que no ha pasado inadvertida en la tienda de calle Suecia. Sobre todo porque a eso se suma el hecho de que una de las cartas de la UDI para asumir un cargo en el Ejecutivo es Joaquín Lavín. Y si bien el ex alcalde viene de morder el polvo de la derrota electoral, en el gremialismo tienen la convicción de que en un ministerio “podría brillar, porque ése es su ámbito”.Lo que lo convertiría automáticamente en otro eventual candidato, pese a que en su colectividad advierten que no es el momento para comenzar a especular con nombres para el próximo gobierno, cuando todavía Piñera ni siquiera ha asumido el cargo en plenitud.
Pero mientras Larraín hace sus propios cálculos en el entorno del mandatario electo sostienen que no hay ninguna decisión tomada respecto a incluir, o no, parlamentarios en el gabinete. Aún cuando será el propio Piñera quien tenga la última palabra, el debate no merma. Y tanto en la UDI como en RN es mayoritaria la idea de que “no sería un buen precedente” conformar un gabinete sacando parlamentarios del Congreso “cuando existen tantos nombres capacitados para hacer un buen papel”.
Por lo pronto, las especulaciones no paran. Se dice que Piñera ya le ofreció la cartera de Trabajo a Lavín y que a Vivienda iría Longueira, quien sería reemplazado en el Congreso por el actual presidente de la Cámara, Rodrigo Álvarez. En el círculo más cercano del Presidente electo insisten en que “todo puede ser” y que finalmente será él quien tome la decisión, aún cuando se le sugieran nombres de personajes bien preparados en sus áreas. Incluso advierten que mucho de lo que se ha publicado o se dice acerca del eventual gabinete “son puros mitos”.